Hoy, 31 de mayo, se celebra el Día Mundial sin Tabaco, una fecha instituida en 1987 por la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el propósito de sensibilizar a la población sobre los efectos letales del tabaquismo.
Este día busca “llamar la atención mundial hacia la epidemia de tabaquismo y sus efectos letales”, según informó la OMS.
El tabaquismo es una de las principales causas de enfermedades y muertes prevenibles en el mundo. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), actualmente hay unos “1.300 millones de consumidores de tabaco en todo el mundo”. Las cifras son alarmantes: ocho millones de personas mueren anualmente a causa del tabaco, y de estas, un millón son no fumadores, víctimas del humo ajeno.
A pesar de los esfuerzos globales para reducir el consumo de tabaco, los desafíos persisten. Según datos recientes, la mitad de los fumadores intenta dejar de fumar, pero solo el 4% lo logra sin apoyo profesional. Estos números reflejan la necesidad de contar con programas de apoyo y políticas públicas efectivas que ayuden a las personas a abandonar el hábito.
Cómo impacta en el ambiente
Además de los graves efectos sobre la salud humana, el tabaquismo tiene un impacto significativo en el medio ambiente. Las empresas tabacaleras contribuyen enormemente a la degradación ambiental, exacerbando la escasez de recursos y la fragilidad de los ecosistemas.
Desde la deforestación para el cultivo de tabaco hasta la contaminación causada por las colillas de cigarrillos, el impacto ambiental del tabaquismo es vasto y complejo.
El Día Mundial sin Tabaco no solo se enfoca en los daños del tabaquismo, sino que también busca promover medidas de control del tabaco a nivel global.
La OMS y la OPS instan a los gobiernos y a las organizaciones de la sociedad civil a implementar políticas efectivas, como la prohibición de la publicidad del tabaco, el aumento de los impuestos sobre los productos de tabaco y la creación de espacios libres de humo.