El hotel El Torreón, ubicado en España 1433 (Ciudad), es uno de los lugares en Mendoza que debió transformarse excepcionalmente en un “hospital”, para aliviar al menos un poco el sistema sanitario provincial. Allí se han acondicionado habitaciones con los recursos necesarios para la internación de pacientes con Covid-19 “autoválidos”, que se encontraban previamente internados en hospitales y que han recibido una derivación a un efector de menor complejidad.
Los Andes pudo conocer desde adentro el lugar, y conocer los pormenores del funcionamiento a través de Verónica Ledesma, médica clínica (que además trabaja desde hace más de 10 años en la guardia del Hospital Central). La profesional se encarga de la coordinación médica y la gestión de los recursos, junto a un equipo de la subsecretaría de Planificación y Coberturas Públicas Sanitarias.
La profesional contó que, en este momento, se encuentran internadas 29 personas con un estado clínico estable. El equipo está conformado por 11 médicos y 10 enfermeros, y adelantó que la idea es duplicar ese número. “Se hace muy intenso, hay días en los que corremos todo el tiempo. Hay enfermeros las 24 horas. Por el momento, hay un médico desde las 8 hasta las 22. y la idea es extender esa atención a las 24 horas, todos los días de la semana”, agregó.
Al trabajo de coordinación y seguimiento de la evolución clínica de los pacientes, se suma la responsabilidad de capacitar a nuevos profesionales. “Es conocida la falta de médicos que hay en general. Justamente ahora estamos con tres médicos que se han recibido hace muy poco, capacitándolos en todos los recursos que necesita. Por ejemplo, el uso de protección personal, medidas básicas de manejo del paciente en un servicio de internación y tratamientos y seguimientos en Covid-19. Es como una residencia específicamente para coronavirus. Afortunadamente, los médicos tienen una gran capacidad y están sedientos por seguir aprendiendo”, reconoció.
Verónica Ledesma reconoce en cada frase el trabajo de sus colegas y todo el equipo que permite que se pueda brindar un servicio que ella considera esencial. “Es verdad que estoy muy agotada, pero realmente también muy emocionada, porque está muy bueno pensar que los pacientes pueden estar haciendo reposo, con oxígeno a bajo flujo y estar atentos a ellos en este lugar, que les puede cambiar el pronóstico de su enfermedad. El oxígeno precoz, el tratamiento oportuno, es lo que va a hacer que ese paciente tenga mayores chances de estar bien”, se alegró. “Eso es una motivación enorme. Trato de vivirlo desde ese lado y no desde el cansancio, eso no va a cambiar hasta que no termine la pandemia.”, consideró.
Uno de los datos que más llama la atención de la médica es que la edad media de los pacientes internados en el hotel ronda los 45 o 46 años. Además indicó que el promedio de cantidad de días de internación se puede extender entre los 10 y los 12 días. Para lograr dar el alta a un paciente se necesita que al menos durante 48 horas muestren una estabilidad clínica es decir, que no requieran oxígeno, que no presenten fiebre, entre otros factores.
La profesional informó que durante la última semana debieron pedir el traslado de algunos pacientes, cuyo cuadro empeoró, pero a su vez encuentra alivio en las cinco personas a las que pudieron otorgarle el alta hasta ahora.
La relación con los pacientes se vuelve muy cercana según contó Verónica. “Una chica que se fue de alta el jueves tenía que rendir un parcial de Psicología, entonces aprovechó y se puso a estudiar acá. Estaba feliz cuando le dimos el alta porque se podía ir a estudiar a su casa. Son cosas que quizás en el hospital ni te enterás”, contó.
En otro sentido, explicó que, al ingresar, a cada paciente se le informa la disponibilidad de la línea 0800 de Salud Mental. “Es gente que viene arrastrando desde hace varios días situaciones complejas desde lo emocional. Hay que tratar de contemplar eso lo más que se pueda”, destacó.
Para Verónica trabajar en un hotel significa un estrés agregado según lo definió. “La diferencia para mí tiene más que ver hasta dónde puedo llegar con el paciente. En el hospital lo puedo esperar un poco más porque sé que puedo intubarlo. Acá no tengo ese recurso, todo tiene que ser más precoz. Acá no me puedo permitir tanto margen para esperar a los pacientes”, concluyó.