Historias de vida: el profe que pasó 63 días en terapia intensiva y sobrevivió al coronavirus

Marcelo Fortunato. La experiencia más difícil y traumática para este periodista y profesor de batería de San Martín se convierte en un positivo testimonio para quienes están luchando contra el virus.

Historias de vida: el profe que pasó 63 días en terapia intensiva y sobrevivió al coronavirus
REGRESO. Marcelo estuvo 63 días internado y fue recibido como un héroe en su ciudad.

Cuando todo estaba listo, a fines de enero, para pasar unos días de descanso en San Luis, Marcelo Fortunato, periodista, profesor de batería y personaje muy querido en San Martín, terminó siendo hisopado en el Hospital Perrupatto en medio de una pesadilla que le cambió la vida para siempre.

De 50 años, por entonces con 105 kilogramos de peso, se había cuidado como nadie para evitar contagiarse, pero igual el virus le llegó y con las consecuencias más dramáticas: transitó más de dos meses con respirador, en coma inducido, codeándose con la muerte.

Pero como la vida siempre da segundas oportunidades, hoy Marcelo puede contar su experiencia tras haber hecho un “click” en su vida.

Primero, porque desde aquel alta médica tan significativa, su vida jamás volvió a ser igual y pudo priorizar lo verdaderamente importante. Pero también porque hoy está vacunado y se sacó de su cuerpo nada menos que 15 kilogramos de peso.

Hoy, lo vivido le dejó lo esencial: no estresarse y de dejar de darle importancia a los problemas menores; sobre todo a lo material y monetario.

“Entendí que es importante dejar a atrás las preocupaciones exageradas, muchas horas de trabajo, si lo que realmente importa es tu interior y la relación con la gente que te ama”, deduce.

Como buen italiano, se define familiero y abrazador. “Y tener tantos amigos ha sido siempre un privilegio para mí. Me tomo las cosas con más calma”, señala.

El haber estado tan cerca de la muerte aumentó su fe en Dios, en los hombres, en la ciencia y la voluntad.

RECARGADO. Marcelo tiene 50 años.
RECARGADO. Marcelo tiene 50 años.

“Mis principios –advierte- no cambiaron mucho porque siempre mi familia y amigos fueron lo más importante de la vida. Nunca fui materialista y ahora mucho menos”.

Y, sin dudas, si hay algo que extrañó mientras tuvo conciencia fue el verdadero afecto de su familia.

“Fernanda, mi novia, me hablaba siempre mientras estaba en coma inducido y nunca dejó de cuidarme. Nunca dejó de pensar que yo saldría vivo de la terapia”, resume y agrega que los amigos de rugby y de la música se turnaban para trasladar a sus hermanas desde San Martín hasta el Hospital Del Carmen (en Godoy Cruz) –primero- y luego a la Clínica de Rehabilitación San Andrés (en la Quinta Sección, de ciudad), donde estuvo Marcelo recuperándose.

De a poco todo va tomando el cauce natural y la rutina del trabajo, las clases de batería para niños y el gimnasio vuelve a su ritmo.

El destino quiso que Marcelo no fuera una víctima más de las que el Covid-19 se está llevando.

Por el contrario, volvió a San Martín como un verdadero héroe y el corazón ancho de tanto recibimiento cálido en las calles y en el acceso al municipio. “Me recibió una comitiva de gente que nunca imaginé que estaría allí, hasta el intendente Raúl Rufeil, preocupado y atento por mí”, recuerda.

“Muchos músicos mendocinos me llamaron y me dedicaron canciones. Me llegaron cartas, libros, revistas, me incluyeron en cadenas de oración cristiana, en grupos de otras religiones, de metafísica y, por supuesto, el apoyo del padre Leo Di Carlo, que rezó por mi salud y la de todos los enfermos de Covid”, agradece Marcelo.

En su “haber”, además de la calidez y el amor de tanta gente, Marcelo posee hoy más 5000 mensajes en el teléfono que fue respondiendo de a poco. “Como pude, sorprendido por la cantidad de gente que me quiere. Eso me emocionó mucho y sigo aún llorando de la emoción”, reflexiona y agrega: “el peso fue toda una complicación pero insisto, estoy para contarlo. Gané la batalla”.

Ovacionado como un héroe

Pero un párrafo aparte merece el recibimiento de los vecinos y compañeros de San Martín después de aquel inolvidable 24 de abril cuando le dieron el alta.

Fue en la explanada municipal luego de ¡63! días de permanecer, tal como lo asume, “en otra dimensión”.

“Alguna vez la cultura popular dijo que la amistad es uno de los capitales más importantes de los seres humanos. Y la pandemia devolvió el poder de la frase que hasta el momento parecía haberse esfumado producto de la vorágine de la rutina. Este mediodía de viernes, San Martín fue diferente, porque la guerra del Covid-19 no pudo con un luchador y, así como se cuentan los avatares del conflicto, también se deben resaltar las batallas ganadas”.

Con esas palabras las redes se inundaron de amor. “El Marce”, había sido tema de conversación constante y parte de las cadenas de oraciones durante los últimos dos meses.

“Desde el inicio de la pandemia y sabiendo que cada día de trabajo era una pelea con un enemigo invisible, Fortunato nunca faltó y junto al equipo de Prensa, entre otras áreas comunales, supo que su actividad era esencial”, agregaba el escrito.

Marcelo Fortunato es un periodista “todo terreno”, como lo señalan, con la filmadora en brazo, el micrófono en mano o desde la PC, relató las actividades que la comuna hizo durante 2020 para enfrentar el virus.

Marcelo aquel día llegó escoltado por automóviles y, a su lado, Vito, su padre y su amigo. Su hijo, su novia, sus hermanas.

Marcelo Fortunato es testimonio de la batalla difícil y desconocida que hoy da la humanidad.

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