Historias de mendocinos que crearon entrañables lazos de amistad

Diferentes motivos juntaron a estas personas y de esa unión nació el cariño que este martes les permite celebrar una jornada especial.

Historias de mendocinos que crearon entrañables lazos de amistad
Alita Gómez, Jesica Ibaceta, Silvina Funes, amigas y comerciantes, dueñas de Tienyasustentable.com. Foto: Mariana Villa / Los Andes

A veces no existe un motivo si no un sentimiento, una energía, una casualidad que generan entrañables lazos de amistad. Para sumar al festejo del Día del Amigo, ocho mendocinos cuentan cómo construyeron vínculos inquebrantables con sus pares, tanto que algunos llegan a considerarlos familia.

El error telefónico que inició una amistad

Con el ímpetu que la caracteriza, Noelia Rolón, mamá de Emanuel, que tiene parálisis cerebral, encabezaba el año pasado una campaña tendiente a conseguir bicicletas inclusivas para niños discapacitados de su departamento, La Paz.

Intentaba marcar el número telefónico de una fábrica de rodados de Buenos Aires, pero se equivocó y terminó hablando con una abogada porteña especializada en políticas públicas: Anabela Quintana.

Tal vez por ser también madre, Anabela le siguió la charla y quedó conmovida cuando Noelia le contó las necesidades de estos chicos. Le habló de su ciudad, de su hermosa provincia y de los muchos niños y jóvenes con discapacidad que necesitaban bicicletas inclusivas y sillas de ruedas adaptadas para mejorar su calidad de vida.

Hoy ambas se ríen y aseguran que se hicieron amigas gracias al azar, la obra del destino, la suerte…

Porque aquella primera charla equivocada llevó a Anabella a salir a pedir donaciones que poco después cargó en su camioneta y llevó en persona al este mendocino.

Reunió una bicicleta inclusiva, una cama ortopédica, computadoras, impresoras, ventiladores, equipos de aire acondicionado, calefactores, juegos didácticos, ropa y calzado, entre otros elementos.

“Cargué las cosas y emprendí rumbo a Mendoza con un entusiasmo enorme y la alegría de poder ayudar a Noelia”, cuenta. El vínculo, luego de aquellos días en los que tuvo un recibimiento hermoso, sigue intacto.

“Es una alegría saber que esta amistad que nació sin querer, crece y se fortalece. Solo pido seguir disfrutando de las cosas buenas que nos presenta la vida”, concluye Noelia, mientas Anabella proyecta una nueva visita para octubre.

Hermanados por el amor al prójimo

Franco Cattáneo, Franco Venier y Jesús Rey son parte del grupo  "Los amigos de la calle"
Franco Cattáneo, Franco Venier y Jesús Rey son parte del grupo "Los amigos de la calle"

Franco Cattáneo, Franco Venier y Jesús Rey se conocieron gracias a una iniciativa loable y solidaria denominada “Los Amigos de la Calle”, un grupo integrado por jóvenes y adolescentes que brindan alimento y contención a los “sin techo”.

Las coincidencias afloraron de inmediato. Los tres son profundamente católicos, tienen un gran espíritu solidario y también el empuje necesario para dedicar tiempo a las personas que deambulan sin hogar.

“Los tres llegamos al grupo impulsados por el Movimiento de Schoenstatt y unos unieron las mismas inquietudes”, resume “Fran” Cattáneo.

Hoy, cuentan, la pandemia limita las juntadas, pero los asados, las charlas y las risas resultan siempre moneda corriente y momentos únicos.

“Como amigos, casi hermanos, tenemos miles de proyectos”, coinciden.

Jesús valora la parte espiritual de sus pares y asegura que entregar un plato de comida es lo de menos. “La gente necesita ser escuchada, desahogarse y eso lo tenemos claro los tres por igual”, señala.

“Fran”, Franco y Jesús fueron construyendo una amistad inquebrantable sustentada por algo que los une desde un principio: el amor al prójimo. Por eso hoy se sienten hermanados.

Socias, madres y “casi familia”

Alita Gómez Quiroga, diseñadora; Silvina Funes, médica y Jesica Ibaceta, técnica en Administración de Empresas, tienen tanto en común que a esta altura de sus vidas se definen como “familia”.

Alita Gómez, Jesica Ibaceta, Silvina Funes, amigas y comerciantes, dueñas de Tienyasustentable.com. Foto: Mariana Villa / Los Andes
Alita Gómez, Jesica Ibaceta, Silvina Funes, amigas y comerciantes, dueñas de Tienyasustentable.com. Foto: Mariana Villa / Los Andes

Amigas de toda una vida, son mamás, sostén de hogar y mujeres que salen adelante sorteando dificultades.

La pandemia por el Covid-19 las sorprendió cuando integraban “Damas”, una asociación civil de emprendedoras.

La situación laboral se tornaba cada día más difícil y así fue que decidieron pensar ideas. Aunaron esfuerzos y ahorros y crearon un marketplace para empresas, pymes y emprendimientos sustentables denominado “Tienda Ya” (www.tienyasustentable.com y en redes @tienyacomunidad).

“No sólo compartimos intereses sino que nos entendemos y apoyamos. Más que amigas nos estamos convirtiendo en familia, no todas son rosas, pero nos cuidamos”, define Alita.

Jésica dice que con sus compañeras coincide energéticamente, vibra en la misma sintonía y recibe aprendizajes desde el amor y la amistad.

“En los negocios dicen que no se ven sentimientos, pero destaco que entre nosotras hubo una unión y conexión desde el corazón y de allí nacieron las ganas de crear y dejar un mundo mejor a nuestros hijos”, expresó.

Silvina acotó: “Tuvimos la misma visión, grado de esfuerzo y objetivos, es decir, aliarnos para diseñar soluciones para los emprendimientos, empresas y pymes, además de contribuir a que mejoren sus modelos de negocio para que tengan salud económica”.

Las tres se retroalimentan, aprenden una de otras, crean acuerdos, reglas, se motivan, comparten experiencias y conocimientos.

“Todavía estamos en proceso, es decir, en plena convocatoria y dando de alta a emprendimientos, construyendo la sociedad”, enumera Alita.

La tarea no es fácil, asegura, porque requiere invertir, dividir gastos, juntar dinero y consultar a contadores y abogados.

“Como mamás y sin hombres en la casa, es una tarea que nos cuesta, pero no nos victimizamos, sino que compartimos el mismo deseo de progresar”, agrega.

Para Alita, Silvina y Jesica, el lema de su sociedad es “La unión hace la fuerza”. Aclaran, no obstante, que nada llega de regalo y que para lograrlo es preciso ser audaz.

“Y es la audacia, precisamente, lo que nos sobra y lo que compartimos”, concluye Silvina.

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