Probablemente pocos hubieran imaginado que un lago podría concentrar a los mendocinos en una zona rural como Coquimbito, en Maipú, dominada por fincas, viñedos y barrios privados. Pero será una opción este verano para practicar deportes extremos luego de que dos hermanos decidieran montar un parque acuático en ese distrito. Si le sumamos un bar de playa que está inspirado en las costas de California y el Pacífico mexicano, suena impensado. Pero no lo es.
Germán Griffouliere y su hermana Mailén se pusieron dos años atrás a la cabeza de este proyecto en una finca familiar. “El Roble wake complex” será inaugurado en enero y permitirá practicar como actividad principal el wakeboard, un deporte que se realiza a través de un sistema de cable carril eléctrico, con un circuito de obstáculos en una laguna artificial de 220 metros de longitud.
Será para deportistas profesionales y nuevos interesados en descubrir un deporte acuático que se presenta como una de las actividades con mayor crecimiento a nivel mundial.
Dentro de las 8 hectáreas del complejo se desarrollaron los diferentes espacios para esparcimientos, actividades deportivas y zonas de relax.
“Es un lugar pensado para todas aquellas personas que les gusta el deporte, el aire libre, la buena comida y la adrenalina”, comentó Germán para enumerar que el complejo contará con parque acuático y deportivo, solarium, espacio para kayak, paddle, surf palestra de escalada, venta y alquiler de equipamiento náutico minipipe skate, senda de running, música, playas artificiales, bar y restaurante en espacios verdes preparados para coaching, outdoor, training team y building experiencial.
En una zona ganada por fincas y viñedos, el proyecto prevé un beach bar “para hacernos olvidar la locura de la ciudad”, según apuntan sus dueños. Además, prometen que tendrá una oferta gastronómica variada. “Buscamos reproducir lugares costeros del sur de California y norte del Pacífico mexicano. Pensamos en un bar de estilo playero con impronta surfer, pero con un estilo propio”, cuenta Germán, con la aprobación de su hermana arquitecta.
El proyecto fue producto del trabajo de un grupo de expertos que se sumaron al sueño, vinculados con las comunicaciones, el deporte y la gastronomía.
“La cuarentena implicó un desafío y estamos tratando de ver junto al municipio qué forma la daremos a la inauguración, si será con reservas o turnos. Nos adaptaremos al protocolo”, explica el joven emprendedor.
En cuanto a las expectativas, sostiene que tienen que ver con el hecho de generar una cultura deportiva en Mendoza. “Será un granito de arena para ampliar ese abanico de deportes al aire libre”, se ilusiona.
La laguna está recubierta con membrana y será apta para principiantes y expertos. Allí podrán organizarse campeonatos.