Pablo Álbarez, el niño de ocho años de Rosario que se convirtió en el primer caso de Hepatitis Aguda en Argentina y tuvo que ser trasplantado, se recupera favorablemente y pudo reencontrarse con su madre.
Al despertarse pidió ver a su mamá ni bien abrió los ojos. “Me avisaron a la mañana que tenía que venir porque Pablito se había despertado y estaba inquieto porque me extrañaba”, aseguró Vanesa, su mamá.
El nene lleva una semana internado en el Sanatorio de Niños de Rosario. Debido a la gravedad de su situación, tuvo que recibir un nuevo hígado y la semana pasada fue operado gracias a la donación de una familia de La Pampa.
El niño tuvo que ser sometido a una operación que duró 5 horas.
Sus padres lo estuvieron acompañando todo este tiempo y estuvieron lo más cerca posible dentro de lo que permite una operación de esta complejidad, pero recién este sábado fueron habilitados a estar con él, una vez que Pablito se despertó y dejó de usar la asistencia respiratoria mecánica.
Mientras tanto, en el sanatorio rosarino habilitaron espacio suficiente para que Vanesa y su marido puedan estar con su hijo y, al mismo tiempo, Pablo ya empezó a comer. Los médicos dicen que volverá a su casa en 10 días.
“Le di un beso y le dije que le había mandado saludos todo el mundo. No hacía otra cosa que mirarme. No quiere que me vaya ni un minuto de su lado y yo tampoco, lo único que necesito es estar cerca de él”, aseguró Vanesa dando detalles del reencuentro.
“Ahora estoy tranquila, si vos me preguntabas ayer estaba destrozada”, remarcó nuevamente la mujer. “Cuando se consiguió el hígado, salió en todos los medios, pero yo no me quería hacer ilusiones. El médico me llamó a las 8 y media de la noche y ya me quería venir al sanatorio. La emoción fue tremenda”, concluyó la mujer de 40 años.