La campaña de vacunación es la estrategia de mayor peso con la que se busca contener la pandemia de Covid-19. Al escenario de déficit de inoculantes y en constante cambio se le suma la amenaza de nuevas variantes, en particular la Delta (surgida en India) que hace repensar los pasos.
Entre ellos, los últimos días se ha puesto el enfoque en la necesidad de ampliar la cobertura con esquemas completos mientras que ayer se supo que Nación considera acelerar esto en uno de los más amplios grupos de riesgo: los mayores de 60 años.
En Mendoza, 35,9% de las personas vacunadas de esa edad están en esa condición mientras que 152.158 esperan una segunda dosis. Sobre una población total de 317.786 habitantes que superan esa edad, han recibido al menos una dosis 266.240, es decir 83,78%. Han completado el esquema 114.082 y hay 51.546 que no han recibido vacunación, de acuerdo a un relevamiento de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Mendoza (Aclisa) a partir de la información oficial.
Esas poco más de 150.000 personas deberán ser alcanzadas cuanto antes, dado que el gobierno nacional evalúa acelerar la aplicación de segundas dosis en ese segmento, tal cual informó Infobae ayer. Según detalla el medio, el objetivo es acortar el intervalo sugerido de tres meses entre la primera y la segunda dosis.
Tras haberse decidido en marzo postergar las segundas dosis, las últimas semanas hubo un cambio de mirada. Es que la variante Delta es altamente contagiosa y responsable de un aumento de casos de Covid-19 y hospitalizaciones en el Reino Unido y otros países. Por ello, expertos a nivel internacional advierten que lo ideal es contar con el esquema completo ya que algunos estudios han observado que ante esta mutación decrece la eficacia con una dosis.
Y justamente, los mayores de 60 años son el grupo de mayor riesgo ya que tienen más chances de desarrollar cuadros graves.
Hay que considerar que por el momento se han detectado tres personas con esta variante de preocupación. Se trató de viajeros que llegaron al país y fueron aislados. De todas formas, con la intención de acotar riesgos, el gobierno dispuso reducir 70% el ingreso de personas a Argentina y sólo permitirá 600.
Los desafíos
El mayor desafío en este plano es justamente tener las segundas dosis. Es que los adultos mayores fueron, luego de los trabajadores de la salud de áreas críticas, el segundo grupo priorizado. En ese contexto, una gran proporción ha recibido la vacuna rusa Sputnik V que tiene una particularidad: requiere dos dosis, como las tres que se usan en el país, pero el segundo componente es diferente del primero. Como si fuera poco, Rusia ha enviado una pequeña proporción de segundas dosis en relación a la cantidad que ha enviado de las primeras.
Así las cosas, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, afirmó el miércoles que se evalúa la posibilidad de combinar inoculantes de diferente marca. La decisión deberá ser considerada en el marco de la Comisión Nacional de Inmunización (CoNaIn) y del Consejo Federal de Salud y la primera de las reuniones se realizará mañana, según dijo a Los Andes la directora de Inmunizaciones de la provincia.
Sucede que, como desafío extra, no se conoce demasiado sobre combinaciones de vacunas y menos con Sputnik. La combinación de inoculantes es una estrategia reciente en el mundo y sobre lo cual hay pocos estudios. Pero además, los que se han hecho incluyen sobre todo AstraZeneca como primera dosis con la opción de Pfizer o Moderna como segunda. Especialistas consultados por Los Andes dijeron no conocer abordajes con la vacuna rusa por lo que es un recorrido en el que habrá que avanzar.
Opciones
El segundo componente de la vacuna rusa requiere más tiempo para su desarrollo, aunque se ha anunciado que próximamente llegarían dosis. En ese contexto de dilaciones, a muchos de los vacunados se les vence el plazo sugerido como intervalo. Aunque ya las autoridades sanitarias han salido a señalar que “las vacunas no vencen”, se genera cierta inquietud.
Hay dos desarrollos que se consideran como probables segundas dosis de Sputnik V ya que tienen una formulación similar.
La del laboratorio AstraZeneca, una de las vacunas que se cree con más chances. Ya se usa en el país, es la más similar de las que hay y recientemente se activaron las entregas. Se fabrica en Argentina (aunque se envasa en Estados Unidos) y también llega por el mecanismo Covax.
Otra ventaja para la opción inglesa es que según recordó la ministra de Salud de la Nación, Vizzotti, ya se está evaluando: “Argentina ha sido impulsora de un estudio que se está terminando entre Gamaleya (el instituto desarrollador ruso) y AstraZeneca por el intercambio de las plataforma.
La otra es la del laboratorio CanSino, Convidecia. Se trata de una propuesta de una sola dosis y si bien aún no ha llegado al país, ya hay un acuerdo tras la compra de poco más de 10 millones de dosis por parte de los gobiernos Nacional y de la provincia de Buenos Aires. Es una fuerte candidata ya que su formulación es similar a la del componente 2 de la Sputnik V.
“El adenovirus de Cansino es un adenovirus 5, y son vacunas que se pueden combinar”, dijo el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, al ser consultado sobre el probable complemento. Fue desarrollada por el Beijing Institute of Biotechnology y se le atribuye una efectividad de alrededor de 65% para la prevención de enfermedades sintomáticas, 28 días posteriores a su aplicación monodosis. Como la mayoría de sus pares, se estima en 90 a 95% su eficacia para prevenir cuadros graves de Covid-19. La infectóloga Elena Obieta, referente de la Sociedad Argentina de Infectología, opinó en el mismo sentido: “Podríamos pensar por ejemplo, como segunda dosis a la vacuna Cansino que es una vacuna china que ya está siendo utilizada con un esquema de una única dosis y utilizarla como refuerzo de la primera de Sputnik porque también es un adenovirus 5 no replicativo, parecida a la segunda de la Sputnik”.