Mendoza es una de las provincias argentinas que reúne más eventos de entretenimiento. Sin dudas, la noche mendocina no pasa desapercibida y mucho menos cuando se trata de una fecha en especial.
Este fin de semana, Mendoza se viste de miedo, terror y fantasmas para festejar Halloween. Más allá de la gran cantidad de propuestas para disfrutar, en el departamento de Maipú se desarrollará una de las fiestas más esperadas del año.
Disfraces, música y mucha diversión. Mariano Sosa es uno de los productores de eventos más conocidos de la juventud maipucina y, como era de esperar, este año no defraudará.
Muy cerca del corazón del departamento reconocido por sus vinos, se festejará Halloween anticipado con una imperdible fiesta. Con la promesa de alto nivel en técnica nocturna, Sosa se unió a Nacho Timi para que la provincia viva una de las mejores fiestas de la época.
Timi, por su lado, será el encargado de musicalizar la fiesta junto a Santiago Peralta, un DJ invitado de la provincia de Córdoba. Otro detalle, además de la gran oferta de tragos y bebidas, será el premio al mejor disfraz de la noche, por lo que la vestimenta especial será obligatoria.
El lugar elegido para desarrollar el festejo es Mambo, un boliche ubicado en calle Maza Norte 3506 de dicho departamento. Las puertas se abrirán a partir de la medianoche. Las entradas anticipadas pueden adquirirse al 2617109961.
Una vez más los maipucinos se destacarán por la producción de una fiesta de Halloween. Anteriormente tuvieron la posibilidad de reunir público de toda la provincia en el salón de la Bodega Marquéz de Montecristo, Hotel Sheraton y Runner.
Qué se festeja en Halloween
Detrás de los dulces y las travesuras infantiles, se esconde una historia menos alegre.
Esta fecha se festeja ampliamente en países del mundo anglosajón como: Estados Unidos, Irlanda, Canadá y Reino Unido, con la excepción de Australia y Nueva Zelanda donde la tradición no está tan popularizada.
Los orígenes de la tradición remontan a un festival celta que se realizaba hace más de 3.000 años. La fiesta comenzaba con la temporada de cosecha y daba lugar al “año nuevo celta” que justamente coincidía con el solsticio de otoño.
Quienes realizaban esta ceremonia y todos los vecinos creían que durante los tres días de celebración que comenzaban el 31 de octubre, los espíritus de los muertos -buenos y malos- podían caminar entre los vivos.
Para ahuyentar todo aquello que podía acercarse, las personas usaban máscaras y disfraces. Además, llevaban a cabo ritos purificadores y banquetes en las tumbas de los antepasados familiares.