Un hallazgo importante para entender cómo se produce una fecundación exitosa logró el Laboratorio de Lípidos y Exocitosis Acrosomal que funciona en el Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM), que depende del Conicet y la Universidad Nacional de Cuyo.
La responsable de la investigación, Silvia Belmonte, farmacéutica y bioquímica, detalló, en diálogo con Los Andes, que el descubrimiento consiste en las “vías de señalización inducidas por diferentes esfingolípidos durante la secreción”.
“No sólo hemos demostrado la presencia y actividad de enzimas del metabolismo de los esfingolípidos en una célula terminal como el espermatozoide humano, sino que hemos definido cómo estas moléculas regulan la secreción del gránulo espermático”, explicó la investigadora, para admitir que se trata de un hallazgo muy específico y con un vocabulario complejo, aunque sumamente importante y único en el campo de la reproducción y de los lípidos.
Tanto es así que los resultados de este equipo de científicos mendocinos fueron publicados por la prestigiosa revista Frontiers in Cell and Developmental Biology.
En definitiva, sostuvo Belmonte, se descubrió cómo actúan los diferentes lípidos durante la secreción del gránulo espermático haciendo posible la fertilización del óvulo.
“Hasta hace poco, la ciencia sabía que la progesterona induce la secreción del gránulo espermático generando una célula capaz de fertilizar al óvulo. Hemos aportado nueva información al respecto: que esta hormona necesita de la síntesis de ceramida-1-fosfato (un esfingolípido) para poder ejercer ese efecto”, explicó la científica.
En otros términos, dijo, el espermatozoide humano es una célula terminal cuya única función es transferir el material genético al ovocito. Para que esto ocurra debe secretar el contenido de su gránulo único denominado acrosoma. Este proceso se conoce como exocitosis o secreción acrosomal y es absolutamente necesario para que ocurra la fecundación.
“Los complejos proteicos implicados en la secreción —continuó la científica— se han caracterizado muy bien, pero existen pocos datos referidos que demuestren el papel de los lípidos en este proceso. Nuestro laboratorio está enfocado en descubrir cómo los diferentes lípidos que constituyen las membranas participan activamente en la secreción”.
Hasta hace poco tiempo se consideraba que los lípidos tenían roles exclusivos en el metabolismo energético y en la estructura de las membranas, lo cual impidió el descubrimiento de otras funciones de estas moléculas en la biología celular y, por lo tanto, el avance de las investigaciones en el campo.
“Nuestro grupo ha determinado que los esfingolípidos intervienen en numerosos mecanismos de transmisión de señales en el espermatozoide humano sin los cuales la fecundación del óvulo sería imposible”, reiteró.
La investigadora detalló que este trabajo —el primero en implicar a la ceramida-1-fosfato en la vía fisiológica de la progesterona— también contribuye al conocimiento molecular del efecto biológico de esta hormona, debido a que las moléculas de señalización por ella producidas aún no se conocen por completo.
“Esta investigación es un aporte importante al campo de la bioquímica de la reproducción y abre nuevos escenarios acerca de las moléculas que podrían verse involucradas en la infertilidad masculina, acercando el conocimiento básico a la medicina traslacional. Además, enfatizamos que el equilibrio en la concentración y calidad de los lípidos de la gameta masculina es indispensable para la fecundación”, sostuvo.
Quiénes integran el equipo
Bajo la dirección de Belmonte, participan de este trabajo la doctora Cintia Vaquer, los licenciados Anahí Pacheco Guiñazú y Rodolfo Arias que, al momento de realizar la tarea experimental, eran becarios de CONICET; y los doctores e investigadores Laila Suhaiman, Gerardo De Blas y Martín Pavarotti, algunos también son docentes en Ciencias Médicas. Completan el grupo, las estudiantes de Medicina Antonella Ferreyra y Guadalupe Carbó.
Colaboran los doctores Antonio Martínez y Leonardo Pelletán del Instituto de Medicina Reproductiva de Mendoza (IMR).
El equipo indaga desde hace años el efecto de las concentraciones y el metabolismo de diferentes lípidos en la gameta masculina que afectan sus funciones.
En general se conoce el impacto y la importancia del colesterol, de diferentes fosfolípidos y esfingolípidos asociados al proceso de secreción del gránulo acrosomal, además de estudiar las proteínas que regulan las concentraciones de los mismos y aquellas que son reguladas por lípidos.
“Sin embargo, los aportes de nuestro laboratorio pueden extrapolar a los mecanismos que ocurren en células secretoras especializadas, como las neuronas o las células de glándulas endocrinas, contribuyendo así al conocimiento científico en el campo de la biología celular”, dijo.
La difícil tarea de ser investigador en Argentina
Egresada de la Universidad Juan Agustín Maza, Belmonte, que nació en General Alvear y, además, es enóloga, admitió la “odisea” que representa ser científico en la Argentina, aunque instó a los jóvenes investigadores a tener paciencia y jamás abandonar la vocación.
“Esto fue un gran estímulo más allá de que somos conscientes de las dificultades que la ciencia tiene en este país porque los insumos se pagan en dólares, todo cuesta mucho más. Por eso siempre digo que hay que seguir adelante más allá de las adversidades, sortear obstáculos y continuar rumbo al objetivo, sobre todo si éste es claro y concreto”, manifestó.
En ese sentido, sugirió a las nuevas generaciones que deseen dedicarse a la investigación científica, ser perseverantes. “Los hallazgos jamás salen en el primer intento. Requiere pensar y repetir la prueba numerosas veces. Esto lleva tiempo, trabajo y muchísimas frustraciones”, indicó.
“Además, es difícil conseguir fondos para proveer a los becarios, sus tesis, así como también los reactivos y la puesta en marcha del equipamiento”, agregó.
Concluyó: “Quienes se dediquen a esto deben saber que nada es inmediato, al contrario. Lleva tiempo, paciencia y miles de pruebas, pero el estímulo y la gratificación son muy grandes”.