Historias de vida: son amigas, superaron el cáncer y lanzaron un emprendimiento solidario

Confeccionan sombreros, pañuelos y gorros pensados para pacientes oncológicos. Las Tutis en vos, un proyecto que nació en pandemia.

Historias de vida: son amigas, superaron el cáncer y lanzaron un emprendimiento solidario
Hacen diseños para personas que tienen cáncer.

Fernanda Regazzoni (47) y Griselda Castellanos (50) son grandísimas amigas desde la adolescencia. “Muchísimos años, ¡más de 30!”, agregan casi a las carcajadas y sin importar la cantidad exacta de años que llevan compartiendo momentos.

Fernanda es agente de viajes y Griselda es licenciada en relaciones públicas. “Son áreas totalmente distintas a la del emprendimiento que encaramos juntas, al que nos dedicamos ahora y que nos ha vuelto a juntar”, resumen las simpáticas mendocinas. Y, por sobre todas las cosas, luchadoras; de esas que no dan el brazo a torcer ni en el peor momento.

Griselda tuvo cáncer de mama hace ya tres años, mientras que Fernanda lo atravesó -y superó- durante este interminable e inolvidable 2020. Y fue esta coincidencia -una de tantas que ya acumulan en sus años de amistad- la que las llevó a encabezar un original y exitoso emprendimiento.

“Las Tutis en vos” es el nombre del proyecto que encararon en plena pandemia -como para vivir más de cerca la adrenalina-; y que consiste en confeccionar gorros, pañuelos, turbantes, vinchas y sombreros con un diseño y un especial cuidado, pensados para aquellas mujeres que están realizando un tratamiento oncológico y han perdido el cabello.

“Cuando estás sin cabello y estás en tratamiento, la piel es muy sensible. No te podés poner nada que te pinche, raspe o lastime. Los productos que hacemos, entonces, tienen una costura que no marca, no pincha, cubren toda la cabeza y son ajustables para los distintos tipos de cabeza. Tuvimos en cuenta que sean bonitos, y que estén hechos con telas suaves”, resaltan las amigas y emprendedoras. Destacan que han tenido en cuenta los distintos momentos y situaciones para sus accesorios; por lo que los hacen sobrios y discretos para situaciones de trabajo, pero también descontracturados y llamativos para otros momentos.

“A las dos nos pasó que el tratamiento de quimioterapia nos hizo perder el pelo. Y no había nada lindo en el mercado, unos pocos pañuelos -todos iguales-, turbantes y nada más. A eso se suma el hecho de que, cuando una va con un pañuelo por la calle, se siente observada y siente que va con un cartel que dice: ‘Tengo cáncer’. El objetivo de nuestro emprendimiento es alivianar un poco la carga, y sentirse un poquito mejor. Sobre todo para esa gente a la que le afecta mucho el tema de la alopecia (pérdida de cabello) y la apariencia”, resume Fer. “Cuando a cada una de nosotros por separado nos tocó pasar por ese proceso del tratamiento, no encontrábamos nada en el mercado que nos hiciera sentir un poco más cómodas. Y mirarte al espejo es muy fuerte; no solo que no tenés cabello, sino que se te caen también las pestañas, las cejas; estás más hinchada. Es realmente una nueva imagen tuya con la que te encontrás. Entonces, se nos ocurrió hacer algo que no existiera y pudiera ayudar. Y creo que nuestro proyecto permite mimarse un poquito”, acota casi en el acto Gri.

Más que una prenda

“Gri tuvo cáncer de mama hace tres años, y yo este año. Yo me apoyé mucho en ella, porque cuando una atraviesa esta enfermedad; busca apoyo en un par para pasarla. Estuvimos muy unidas durante todo el tratamiento. En mi caso, lo empecé en enero y terminé a finales de julio, y gracias a Dios todo salió bien. Es fundamental entender que una termina bien las cosas porque se ocupa. Si yo me hubiese dejado estar, a mí no me descubrían el cáncer”, rememora Fernanda.

La idea de fabricar los accesorios vanguardistas surgió en mayo, en medio de la pandemia y cuando Fer estaba en pleno tratamiento oncológico todavía; y ya en septiembre pudieron salir a la calle con los productos. “Este emprendimiento nace de la empatía y del amor, para que quien tenga que pasar por un tratamiento oncológico y no se sienta cómoda o cómodo mirándose al espejo, pueda encontrar otra cosa”, agregaron.

Al estar ambas dentro del considerado grupo de riesgo, fue difícil al comienzo del aislamiento salir a la calle a buscar el material para confeccionar las prendas. Desde las casas de telas les enviaban fotos, videos y compartían toda la información. Y hasta las emprendedoras pudieron participar de distintos webinars y charlas por Zoom para aprender e interiorizarse en Marketing, redes sociales y registros de marca.

“En octubre hicimos varios vivos en las redes con especialistas y la gente se enganchó un montón. El día internacional del cáncer de mama tuvimos una charla con el doctor Walter Laspada; y también hicimos vivos sobre nutrición, psico-oncología. Ya para el año que viene, en febrero, vamos a retomar los vivos con estos temas. La idea es cambiar el paradigma de lo que significa el cáncer. Cuando uno ve estas situaciones con una mirada positiva, te ayuda a enfrentar los tratamientos de otra manera. Siempre buscamos por medio del humor y las cosas lindas destacar la actitud ante la vida. Y siempre decimos que la palabra cáncer no es sinónimo de muerte; sobre todo cuando es detectado a tiempo. Hay que verlo como una enfermedad más, con tratamientos un poco más intensos”, coinciden las socias y amigas.

Por qué el nombre

“A Gri, desde chica, le dicen Titi; y a mi me dicen Tuti. Entonces elegimos ese nombre y quisimos que esas niñas que tenemos dentro nos acompañen en el proyecto. Y la parte del ‘en vos’ es porque nuestro objetivo es estar justamente en las personas. Desde la génesis del emprendimiento, no nos dedicamos solo a ofrecer productos; sino que nuestra premisa siempre fue que nuestras redes sociales -Facebook e Instagram- sean, por sobre todas las cosas, un espacio de encuentro para pacientes, familiares y amigos; donde las dudas que puedan tener, se puedan abordar. Que sean un espacio de contención también”, resume Fernanda sobre el origen del nombre “Las Tutis en vos”.

Griselda acotó: ”Ante estas situaciones, cada uno hace lo que puede. Hablamos desde nuestro lugar, y sentimos que te tenés que aferrar a lo que vos sientas que te llegue más; sea lo espiritual, un hobby, la lectura u otra actividad. Cuando te diagnostican y te dicen que tenés cáncer, es una bisagra en tu vida. Se te da vuelta todo. Cada uno hace lo que puede. Pero la actitud es fundamental, y la actitud positiva es tener ganas, pero también que la gente que te acompaña pueda respetar tus tiempos”.

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