María del Valle González López, tenía 23 años. Era la presidenta de la Juventud Radical de La Paz y hace casi 6 meses murió por por las complicaciones de un aborto realizado con misoprostol. Hoy su familia decidió romper el silencio.
En una entrevista de Infobae, Lidia Rosa Fiore, la mamá de María, aseguró que su hija menor fue víctima de una praxis y analizan resultados de la autopsia para determinar qué hacer. Según la familia, la joven militante ingirió 12 pastillas de misoprostol y afirman que el seguimiento para la interrupción del embarazo fue realizado por teléfono.
“Es muy terrible todo. De tenerla el fin de semana de Pascua con nosotros, disfrutando de la familia, pasé a ver a mi hija muerta el domingo siguiente. Le voy a mandar una foto para que vea cómo fue”, dice Lidia Rosa Fiore, a Infobae.
María estaba de novia y estudiaba licenciatura en Trabajo Social en la Universidad Nacional de Cuyo. El lunes 5 de abril, la víctima ingirió Misoprostol para abortar y murió seis días después, el domingo 11, en el Hospital Perrupato, de San Martín.
El viernes 9, a Lidia le avisaron que su hija estaba internada y según describe la mujer, fue el novio quien le dijo que tenía una apendicitis o algo en la vesícula. “Marcos, mi hijo, me dice ‘mami, ¿vos sabías que Nico la ha llevado a la María muy enferma al hospital?’ A la una menos diez de la madrugada, me cae un mensaje del novio ‘mirá Lidia, a María la pasaron al quirófano, ahí van a ver si es la vesícula’. A la 1:40, me dice: ‘Ya salió del quirófano María’. Y yo digo qué alivio, qué rápido, le sacaron la vesícula o el apéndice. Y él me dice ‘no, vos sabés que han encontrado una infección muy grande en los intestinos y no la han podido tocar así que la están medicando para ver si pueden bajar la infección’”.
La madre llega al hospital el sábado 10. “¡Cómo no me van a avisar! ¿Por qué no me han avisado?”, les recrimina al novio y a la madre de éste, que también está allí.
“Tipo dos de la tarde sale la doctora a los pasillos de terapia y me dice ‘¿vos sos la mamá?’ Una doctora amorosa, que me atendió rebien. ‘Sí, desde las 9 de la mañana estoy, quiero ver a mi hija, ¿qué le pasó?’ ‘¿Vos sabés lo que está pasando?’, me pregunta. ‘Nico me dijo que era algo en la vesícula’. ‘No, parece ser que ha tomado una pastilla abortiva’”. La vida de María corre peligro, le dice.
Lidia se reprocha hasta hoy el haberse “tildado” -es la palabra que usa-. El shock le impidió reaccionar. “Yo llegué y ella estaba en terapia intensiva, no me dejaron verla -recuerda-. El novio todo el tiempo mintiéndome; él y su madre. ‘María va a estar bien, está medicada porque tiene una gran infección en los intestinos. Yo nunca pensé que mi hija estaba en ese estado… fue terrible. El novio en los pasillos, me abrazaba, conteniéndome, pero a todo esto yo estaba en la luna, no sabía nada, mis hijos tampoco, hasta que lo dijo esa médica”.
Después él admitió: “Ella tomó una pastilla abortiva, pero no sabemos si fue eso lo que le hizo mal”, le dijo. “Pero no fue una pastilla, fueron 12″, corrige Lidia.
“Le juro por todos los santos del cielo que yo me tildé -insiste-, no supe decir nada, no supe reaccionar contra él, no sabía lo que estaba pasando, me descompuse en los pasillos del hospital, me llevaron en silla de ruedas a la guardia para tomarme la presión”.
Fue luego de esa segunda intervención, que le dijeron a Lidia que no había esperanza: “Cuando la traen de vuelta, de la segunda cirugía, la jefa de terapia me dice ‘Tu hija se va a morir, no podemos hacer nada con ella, tiene totalmente infectados los intestinos. Tiene 3, 5 días de vida, no más. Eso fue el sábado a la tarde, tipo 7, 8. Y el domingo a las 6 de la mañana murió”.
EL celular de María
EL teléfono de la joven se ha convertido en una pieza clave del caso. Marcos fue quién le dijo a su madre que lo iba a cargar para ver que tenía: ‘Mamá, dame el teléfono de María, lo voy a poner a cargar, a ver qué tiene’. Horribles cosas tiene en el teléfono, hasta el aborto tiene en el teléfono”, dice Lidia.
Se refiere a que, en el aparato, quedó registrado el intercambio de María con la médica. “Marcos lo tiene guardado, también su madrina que es abogada”, agrega ella.
“Fue con pastillas -dice por su parte a Infobae en diálogo telefónico Marcos González López, hermano de María- Yo sé cómo fue todo porque tengo el celular de mi hermana. Allí está todo el chat con la doctora que la guiaba. Hizo todo el procedimiento en el departamento del novio, por teléfono”.
Le dieron 12 pastillas de misoprostol para tomar en 3 veces. “Empezó a las 10 de la mañana -sigue contando Marcos-. En la segunda toma ya le dice a la médica que se siente mal. En un momento, el novio toma el teléfono y dice ‘Mari se ha desvanecido…’” Tenía diarrea y sangrado.
Finalmente, las pastillas hicieron su efecto: “A las 20 horas le avisan a la doctora que había soltado el feto -dice Marcos-. Está hasta el aborto en el teléfono…”
Durante los dos días siguientes, María se sintió mal, presentó dolores y mareos. La doctora le dijo que se haga una ecografía. “Ella le avisa que no consiguió turno hasta la semana siguiente. Pero la médica no parece preocupada”, aseguró Marcos.
Pero recién el viernes y tras afirmarle que tenía dolor abdominal la médica le dijo que la fuera a ver, pero más tarde la trasladaron al hospital Perrupato, según describió la familia, quien señaló que para la médica todo era “normal”.
“Todo por teléfono, ¿por qué no la llevó al hospital? se podía haber evitado todo esto”, se lamentó la madre.