Alejo Muñoz tuvo una vida corta, pero feliz. Y una muerte tan trágica que conmueve. Había nacido exactamente el día en que comenzó el aislamiento por el Covid-19 –el 20 de marzo de 2020– y era el único varón de una gran familia compuesta casi íntegramente por mujeres.
Por eso era el mimado, el “principito”, el “chinito”, un niño alegre, hiperactivo y muy parecido a su abuelo Alejandro.
Aunque Alejo llevaba el apellido de su padre, fue Marilin, su mamá, quien lo crio sola. Para ganar un dinero extra, la mujer, que es policía y tiene otra hija, prestaba servicios extraordinarios y dejaba al bebé al cuidado de Brenda, de 20 años, una de sus siete hermanas.
Justamente el martes a la tarde, día de la tragedia, un corto circuito iniciado en el primer piso desató el drama: Alejo tomaba la mamadera en la cama mientras Brenda había ido al baño, situado en la planta baja, donde vivían ocho personas más, los abuelos y bisabuela de la víctima, además de cinco tías.
“El humo se propagó tan rápidamente que Brenda no pudo volver a subir. Hoy la abruma la culpa y la desesperación, ella cuidaba al bebé todos los días”, relató Yesica, tía del niño.
Alejo fue hallado por los bomberos en estado inconsciente debajo de la cama. “Era un sobreviviente, un valiente. Corría todo el tiempo, se caía y volvía a levantarse. Con ese mismo ímpetu y esas ganas de vivir terminó muriendo. Creemos que quiso resguardarse, por eso se escondió debajo de la cama”, añadió.
Las llamas no dieron tregua: el techo tomó fuego enseguida y se expandió hacia a heladera, que explotó por el gas. También se destruyó todo el mobiliario.
“Estamos destruidos, con un dolor indescriptible sumado a la culpa de mi hermana. Su familia perdió todo”, insistió Yesica, para dejar los datos de la caja de ahorro para los interesados en colaborar.
También relató que pese a las maniobras de RCP realizadas por los bomberos, el pequeño murió poco después en el hospital Gailhac.
El trágico suceso ocurrió alrededor de las 19 en una casa ubicada en calle Liniers y Aristóbulo del Valle del barrio San Pablo, en Las Heras. Tras un llamado de emergencias, efectivos policiales arribaron al lugar junto con Bomberos para lograr apaciguar las llamas.
Cuando los bomberos lograron ingresar a la vivienda se encontraron con que el niño de dos años yacía en el interior totalmente desvanecido. Tras un arduo trabajo, los uniformados lograron rescatar al chico, mientras que la ambulancia ya lo esperaba afuera del domicilio para darle los primeros auxilios.
Sin embargo, una vez en la ambulancia, personal del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC) comenzó a realizarle maniobras de RCP mientras emprendieron el traslado urgente al hospital Gailhac.
Pese a los esfuerzos médicos, a las 20.04 el personal del hospital informó que la criatura había fallecido. Al momento del hecho, el menor se encontraba al cuidado de su tía. Su madre, quien es parte de la Unidad Especial de Patrullaje (UEP) de la comisaría 57, de Godoy Cruz, estaba prestando servicios extraordinarios en ese mismo departamento. El padre del niño, que no vivía con el menor, también es auxiliar de la Policía.
Cómo ayudar
La familia ahora debe seguir viviendo con un hogar destruido. Para quienes deseen ayudarlos, pueden hacerlo: Marilin Rodriguez, CBU 011063663300636112508101 / Alias PIEDRA.LUJO.ATUN.