Guardias saturadas en Mendoza: el 85% de las consultas que se atienden en clínicas privadas no son urgencias

Esta es la proporción que estiman en Mendoza de casos que deberían resolverse en consultorios o por otros canales. El dato coincide con una encuesta realizada a nivel nacional. Esto pone en evidencia los obstáculos del sistema para que los usuarios lleguen a una atención adecuada. Las causas y las consecuencias.

Guardias saturadas en Mendoza: el 85% de las consultas que se atienden en clínicas privadas no son urgencias
Guardias saturadas: 85% de las consultas no son urgencias en clínicas privadas

La sobredemanda de atención en las guardias por temas que no son urgencias ahora tiene un número que expresa la dimensión de la problemática. Se estima que en torno a 85% de quienes piden asistencia allí no cumple con las condiciones de urgencia o emergencia para las que están dispuestos estos espacios.

Una encuesta nacional puso en evidencia lo que sucede en sanatorios y clínicas privadas: 84,5% de quienes asisten van por asuntos ajenos a la esencia del servicio, lo que no puede esperar. Se trata de casos que podrían ser resueltos por consultorio u otros canales.

Se trata de un trabajo elaborado por la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina y la Cámara de Entidades de Diagnóstico y Tratamiento Ambulatorio (Adecra+Cedim) que abarcó más de un millón de casos de 28 instituciones de todo el país, con atención de adultos y de niños.

En Mendoza, asumen el mismo número, según los datos estimativos que maneja la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Mendoza (Aclisa).

Hospital Privado de Mendoza
Hospital Privado de Mendoza

El número es más o menos similar, o un poquito más alto, te diría que alrededor del 90%”, aceptó el coordinador médico de la entidad, el doctor Rodolfo Torres, quien aclaró que, sin embargo, no han hecho un relevamiento al estilo del nacional.

En las dos últimas décadas las áreas de emergencias pasaron a ser la primera, y a menudo única, vía de contacto rápido con los servicios de salud. Y esto es no solo para cuadros definidos o potencialmente graves, sino también para estados de bajo riesgo, con selección de días y horarios condicionados por cuestiones personales, sociales y laborales”, expresan los responsables del trabajo que se hizo en el país.

Lo que observaron allí es que del universo analizado, 2,6% de las consultas eran de alto riesgo, es decir que la vida del paciente corría peligro y requería atención inmediata; en tanto, 12,9% eran de riesgo medio.

Por qué se llenan las guardias

Se trata de una problemática sobre la que se viene advirtiendo hace largos años en el sector público. Es justamente uno de los grandes desafíos de las sucesivas gestiones: aliviar la carga sobre las guardias de los grandes hospitales, preparadas para atender urgencias y sobre todo cuestiones más complejas. De este modo, se ha perseguido descongestionar los efectores de mayor complejidad para que los usuarios se dirijan en primera instancia a la atención primaria, para lo cual han buscado fortalecer la red a través de los centros de salud. Pero los resultados son magros.

Los desafíos para conseguir turnos en el corto plazo son uno de los problemas. En el sector privado pueden demorarse hasta dos meses mientras que en el sector público suelen otorgarse para pocos días después, el tema es llegar al otorgamiento. Es que o bien cuesta comunicarse, o hay que hacer largas filas muy temprano, tendrán suerte algunos agraciados y el resto deberá repetir el procedimiento.

Eso hace que las personas opten por la guardia donde saben que, aunque deben esperar horas, tendrán respuesta inmediata. También ocurre que más allá de la necesidad de atención hay una cuestión cultural que cuesta romper: también hay muchos que se acercan a pedir recetas, la solicitud para leche maternizada u otras cuestiones que podrían resolverse por otros canales. Pero también sucede que esos canales deberían existir, ser comunicados para que la gente acceda y ser eficientes.

El caso de Daniela quizás refleje lo que le sucede a muchos. Tenía un cuadro respiratorio y no se sentía nada bien, además sabe que si acude a la oficina contagiará al resto de las personas. Pero para ausentarse al trabajo necesitaba, obviamente, un certificado médico. “El turno más cercano que pude conseguir fue para una semana después, imposible, no me servía, así que no me quedó otra que ir a la guardia. Pero claro, cuando fui, no hacían certificados, así que naturalmente no me quedó más opción que ir a trabajar, sintiéndome mal y pese a que trabajo en atención al público”, relató.

También puede suceder que la gente opte por la guardia porque es más cómodo no tener un turno sino que puede adaptarlo a sus horarios. Otro factor no menor es que en las consultas por obra social o prepaga, muchas veces se debe pagar coseguro mientras que en las guardias la atención es gratuita.

Guardias saturadas: 85% de las consultas no son urgencias en clínicas privadas
Instalaciones del edificio del Hospital Español ubicado en Erlich y Avenida San Martín de Godoy Cruz.
Foto: José Gutierrez / Los Andes
Guardias saturadas: 85% de las consultas no son urgencias en clínicas privadas Instalaciones del edificio del Hospital Español ubicado en Erlich y Avenida San Martín de Godoy Cruz. Foto: José Gutierrez / Los Andes

Torres apuntó otra causa que consideró de un peso crucial el último tiempo. “Hay cambios en los financiadores que está generando que los consultorios estén en una baja de atención y que las guardias estén en un pico sin techo para adelante, que esté creciendo”. Esto es lo que pasa, por ejemplo, en el PAMI, que es una obra social de las más importantes de consumo en consulta, y que ha puesto tope a la consulta de especialistas, un tope mensual y anual en la cantidad de consultas que pueden hacer a la especialidad”, explicó. Ante esto, cuando quieren autorizar una consulta, el sistema les alerta que no se puede porque se ha superado el cupo. No queda otra, los adultos mayores, mayoría abrumadora de sus afiliados, no tienen tanto tiempo para esperar y terminan yendo a la guardia. “Te dicen que está excedido y que tiene que ir a su obra social, la obra social no lo destraba tampoco, no tienen forma de destrabarlo, entonces, ese paciente termina yendo a la guardia”, apuntó.

Pero Torres sumó otro obstáculo: algunas obras sociales han sumado una validación por token, un número como el que otorgan los bancos para hacer gestiones a través de una aplicación. Dijo que es el caso de Pami y Osep. “Hace que sea menos accesible el sistema, ante la dificultad que tienen los afiliados para acceder al sistema normal, médico y especialista, terminan yendo a la guardia para hacer trámites más rápidos, inclusive para hacer recetas. Como la guardia no tiene este tope, lo terminan observiendo en guardia”, señaló. Es que no todos saben manejar nuevas tecnologías y las solicitudes o reclamos a través de otros canales como líneas gratuitas o correos no dan una respuesta eficiente ni a tiempo (o no la dan).

Consecuencias

Tales situaciones tienen sus consecuencias naturalmente. Las esperas en las guardias pueden extenderse durante largas horas ante la sobredemanda. Esto implica una sobrecarga para el sistema que responde como puede. Por otra parte, la atención de una consulta es mucho más costosa para el sistema en una guardia que en un consultorio, lo que encarece la prestación de servicios.

Por otra parte, no es la misma calidad de atención, el tiempo es limitado ante la necesidad de responder al resto. Además, Torres agregó: “Esto quita una oportunidad importante, que es la oportunidad de la prevención y el seguimiento, que la guardia no la tiene, ni el seguimiento horizontal, entonces esto realmente hace que sea un problema”.

A partir de este escenario, los directores de las entidades nacionales plantean la “necesidad urgente” de que autoridades, financiadores e instituciones resuelvan si ese 84,5% de las consultas “son de bajo riesgo adecuadas para una guardia médica o si esos pacientes deberían contar con opciones que representen mejor uso de tiempo y recursos”.

Enumeraron también los factores que consideran que incentivan a consultar en las guardias: problemas para dar respuesta en el primer nivel de atención o los consultorios externos, la facilidad de acceso y la disponibilidad de pruebas, estudios y especialistas más rápido que con un turno.

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