Las proyecciones para este invierno anticipan que tendrá menos nevadas y temperaturas más elevadas que las habituales para la época.
El sábado pasado, con el solsticio, comenzó oficialmente la temporada invernal en el hemisferio Sur. Esta vez un día antes (el año pasado fue el 21 de junio) dado que este es un año bisiesto.
Para esta temporada, como es propio de la época, no podrán evitarse los tiritones de los friolentos y las camperas “gordas”, aunque es probable que puedan aprovecharse más las tardecitas de sol tibio. Es que, de acuerdo a las estimaciones, se anticipa un invierno más cálido de lo habitual. De hecho, los meses de otoño precedentes ya presentaron temperaturas más elevadas de las que se esperaban según las medias anuales.
Pero no sólo eso, sino que además las proyecciones suponen un invierno más seco para Mendoza (que ya viene de una larga sequía) con menos precipitaciones níveas en la zona de montaña y de lluvia en el llano.
Así lo destacó Juan Rivera, doctor en Ciencias de la Atmósfera e investigador del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales del CCT-Conicet. “El panorama en el largo plazo para el invierno sería una condición deficitaria en acumulados de nieve en Alta Montaña; también habrá déficit de precipitaciones en el llano”, afirmó.
El Servicio Meteorológico Nacional en su informe trimestral, que incluye junio, julio y agosto, califica el período como estación seca. De todas las provincias, Mendoza es la que aparece en el mapa como la que presentará peores condiciones en cuanto a probabilidades de tener precipitaciones inferiores a la media. Estas probabilidades son superiores al 55%. A diferencia de otros territorios provinciales, que muestran diversos escenarios, esto abarca casi todo el territorio mendocino.
La excepción será el Sur, ya que en esa zona cordillerana se espera que las condiciones sean normales, como en toda la cordillera patagónica.
Cambio de condiciones
“Es esperable que esta seguidilla de frentes fríos y condiciones de inestabilidad en Alta Montaña en algún momento se corte”, apuntó Rivera. “Se van a dar más condiciones de estabilidad con menor ocurrencia de eventos significativos en la acumulación de nieve”, continuó el especialista.
Dijo que no se descarta la ocurrencia de nevadas tardías, que usualmente se presentan en octubre. “Siempre fueron bienvenidas estos últimos 10 años con inviernos poco nevadores, aunque los acumulados de nieve serán poco significativos”, remarcó Rivera.
El último Boletín de Información Hidronivometeorológica del Departamento General de Irrigación da cuenta de esta realidad, así como de brechas importantes entre las diferentes estaciones.
Hasta el 21 de junio en Horcones, el equivalente a agua nieve acumulado es el 15% de la media histórica y en la estación de Palomares, el 22%. Son las dos que muestran peores condiciones. En contraposición, en Malargüe lo acumulado es el doble de la media histórica y es la única estación que la supera.
“El llano está marcado por una condición de sequía que supera el año de duración. El oásis centro de Mendoza, San Rafael y Malargüe tienen un déficit muy marcado en las precipitaciones que también se ha dado en junio y con perspectiva de que continúe”, subrayó el doctor Rivera.
En cuanto a la Alta Montaña, se han dado algunas nevadas. Para el especialista serían las primeras interesantes aunque con un desfasaje importante, ya que las nevadas de mayo no llegaron con la intensidad habitual. “Eso hace que, en líneas generales, el acumulado de nieve esté por debajo de lo normal”, manifestó.
En cuanto al detalle intraestacional (dentro de la estación), la perspectiva es que se registren fenómenos significativos en los próximos días, sobre todo en la región cordillerana Sur.
La situación actual de nevadas en Alta Montaña cambiará. A partir de mediados de julio habrá condiciones de mayor estabilidad y menos irrupción de pasajes frontales que puedan dejar nieve.
Menos frío
El meteorólogo Juan Rivera señaló además que se atreve a asegurar que se registrarán temperaturas bastante por encima de lo normal.
Para el Servicio Meteorológico, hay entre 45 y 50% de probabilidades de que se registren en la provincia temperaturas superiores a las normales.
“Mayo fue un mes muy cálido para la región de Cuyo; en junio también se mantuvieron las temperaturas por encima de los valores normales, sobre todo de temperatura máxima, y se espera que esta condición se mantenga durante los próximos meses que restan del invierno, durante julio y agosto”, concluyó Rivera.
¿Llega La Niña en primavera?
Las condiciones en que se presentará el invierno, más seco y con temperaturas por encima de lo normal, no pueden atribuirse a un fenómeno de gran escala como La Niña.
“Las aguas del océano Pacífico tropical se encuentran en condición neutral, por lo que no puede hablarse de un evento del Niño o la Niña”, resaltó el investigador Juan Rivera. Sin embargo, anticipó: “Hay un leve enfriamiento que indicaría una transición hacia el evento La Niña que, de registrarse, se daría hacia fines de la primavera. De darse esta evolución hacia ese evento, habría una señal que reforzaría esta condición de déficit en las precipitaciones sobre la región”.
Este fenómeno, asociado a cambios de temperatura del Pacífico, impacta en Mendoza con disminución de nevadas y reducción del caudal de los ríos.