Graciela Romera: “Me han ofrecido otras radios, pero debo sentir esa unión de lo emocional con lo comercial”

Madre, amante de la música y de los viajes. Así se define esta comunicadora social, de “herencia cuquera” y “emprendedora de toda la vida”, que hace dos décadas hizo posible que los proyectos radiales de Mario Pergolini desembarcaran en Mendoza.

Graciela Romera: “Me han ofrecido otras radios, pero debo sentir esa unión de lo emocional con lo comercial”
Graciela Romera se define en su Instagram como madre, publicista, amante de los viajes y la música. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Se crió rodeada de discos, porque su papá era quien a través de Musicana ambientaba la espera de todos los mendocinos en los consultorios, en los negocios, en los clubes... Por eso, cuando Graciela Romera eligió la orientación de su carrera no dudó en abrazar ese mundo. Así, como comunicadora social se abrió paso en el área comercial y en el éter para ser el nexo y contribuir a que desembarcaran en Mendoza las radios de Mario Pergolini.

“No me veía en un noticiero ni siendo notera; me gusta la producción y la parte de la negociación me brota desde la sangre”, admite quien ahora es directora comercial de Metro 95.5 y socia de We do Agency Empresa de identidad y comunicación 360.

Su otra pasión, la ha llevado a compartir tantas experiencias junto a su hija Bianca, de 24 años. Cuenta que algunos primos fallecieron jóvenes, entonces se planteó: “Si voy a morir como todos, que sea con mis sueños y los de mi hija cumplidos”. Desde que se divorció, empezó a “cumplir sueños de madre e hija”. Han pasado la blanca Navidad en Nueva York, han disfrutado del Caribe, han recorrido Londres, Amsterdam, Bélgica, Venecia, España, entre otras ciudades. “Viajar es enriquecedor; conocer gente, lugares, costumbres es como leerte un libro todo el tiempo”, argumenta.

Graciela Romera hizo la secundaria en el CUC y estudió comunicación social en la UNCuyo.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Graciela Romera hizo la secundaria en el CUC y estudió comunicación social en la UNCuyo. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Esta descendiente de migrantes de Andalucía se define como una “emprendedora de toda la vida” y confiesa que trabaja en los proyectos que cree. “Si yo bajé Rock and Pop fue porque por mi sangre corría rock. Me han ofrecido todas las radios del mundo, pero debo sentir esa unión de lo emocional con lo comercial porque vender por vender nunca fue nuestra idea”, se sincera sentada en el living de su casa iluminada por el sol de la mañana que destaca en la ventana las cuatro macetitas con los rostros de los integrantes de los Beatles.

“Perderme en mis ideas y pensamientos, me ha permitido tener mis utopías plasmadas”, dice haciendo gala de las características que le otorga el signo zodiacal por haber nacido el 28 de febrero.

Quién es Graciela Romera

Me crié en un gueto español -grafica-. Vivíamos toda la familia junta en el mismo terreno entre costumbres españolas”, recuerda Graciela sobre su niñez y adolescencia. Confiesa que no tomó mate hasta que llegó a la facultad de Ciencias Políticas de la UNCuyo y que, por entonces, su mamá Ángeles López -ama de casa- la trataba de “tú”.

Su papá, José Romera, también andaluz, trabajó un tiempo en la compañía telefónica Entel y luego emprendió con Musicana (hasta que falleció en 1996). “Soy la rebelde de la familia”, dice al diferenciarse de su hermano, licenciado en administración de empresas.

De “esencia rockera”, a los 18/20 años se compraba la revista Pelo y la Rolling Stone, que en esa época estaba en inglés. Pero no sólo se devoraba estas publicaciones, además estaba atenta y se anticipaba a la salida de los discos que solía ser en marzo y setiembre. Los encargaba en las disqueras de entonces o los pedía directamente a Buenos Aires porque algunos no llegaban a Mendoza. Y tampoco faltaba a los recitales. “Tengo más recitales...”, apunta como tratando de llevar una cuenta imposible porque aún sigue yendo, ahora con Bianca.

Graciela Romera junto a Mario Pergolini cuando este año estuvo en Mendoza. / Instagram Graciela Romera
Graciela Romera junto a Mario Pergolini cuando este año estuvo en Mendoza. / Instagram Graciela Romera

La música para mí es la vida. El día que no pongo música, preocupate porque algo sucede”, advierte y da fe de ello el jazz que suena suave de fondo para ambientar la entrevista.

Otro punto de unión con su hija es la secundaria. Las dos tienen “herencia cuquera”. “Siempre aposté a los valores que me transmitió el CUC. Siempre fue un colegio súper inclusivo: tengo amigas humildes y otras de grandes apellidos”, apunta y destaca esa iniciativa de “dibujar el centro de estudiantes con la imagen de las tribus”.

“Es lúdico, es el juego en la cultura, no desde el lado político... Eso es un gol. Es el primer colegio inclusivo y hoy más que nunca lo sigue siendo”, detalla en tanto asegura que es un semillero ya que varios de quienes trabajan con ella estudiaron en el Universitario Central.

Experiencia radial

Mientras estaba en la facultad, Graciela empezó a trabajar en publicidad y en otras actividades comerciales. Destaca que fue su única experiencia como empleada. “Después todos han sido proyectos míos. Te comprometés al 100 por ciento”, sostiene y aclara que considera a quienes trabajan con ella como colaboradores y no empleados.

“Con mi marido (Daniel Pacheco), en ese momento, siempre habíamos tenido la idea de bajar la Rock and Pop”, dice Graciela tras confesar que son “admiradores y ahora, por suerte, amigos” de Mario Pergolini.

A comienzos de este milenio, no era tan fácil tecnológicamente como ahora. Pero lo consiguieron. Y, desde el llamado en marzo de 2000 que les daba el ok para llegar con la mítica señal a los mendocinos hasta el 24 de agosto de ese año, se puso manos a la obra y se empapó de todo para que ese equipo liderado por Pergolini que incluía a Juan Di Natale, Bobby Flores, Flavio Posca entre otros, se escuchara en estas latitudes.

Esos meses fueron “una etapa de bastante tensión” en la que Graciela se convirtió “en una de las pocas mujeres que sabe desde los tornillos, los cables, la antena, la torre, el equipo, los amplificadores hasta la parte creativa y comercial”. Encuentra la explicación en su forma de ser: “Hace falta algo acá, hago esto; hace falta algo allá, hago eso”, apunta.

El balance con la Rock and Pop incluye más de 15 años “de un montón de experiencias y de conocer gente y de aprender”. “Cuando me separo, me alejo un poco de la radio y abro una central de medios”, explica Graciela a la vez que cuenta que había tendido líneas para traer otra de las estaciones de Pergolini.

Mario Pergolini estuvo al frente de la mañana de Rock and Pop por dos décadas.
Mario Pergolini estuvo al frente de la mañana de Rock and Pop por dos décadas.

“Como era un producto muy cuidado, muy cerrado, me decían que no. Pero me acuerdo patente un día que estaba corriendo en el Parque y me llama un asistente para ver si todavía estaba interesada... Dije que sí, obvio. Me respondió: buscate una frecuencia y dale”, rememora los comienzos de Metro 95.5 que logró salir al aire allá por setiembre de 2016 “con un perfil más asociado a la música electrónica”.

Más cerca en el tiempo, como salida al cierre impuesto por la pandemia de Covid-19, Graciela y su hija aprovecharon el tiempo haciendo cursos virtuales en una institución de Buenos Aires sobre marketing digital y community manager. Así crearon We Do, la empresa desde donde se realizan campañas digitales pero también para medios tradicionales. “Creo que la gente se está dando cuenta de que las redes también están saturadas y están volviendo un poquito a los medios tradicionales”, precisa.

Evolución y cambios en las radios

Desde sus primeros pasos arrancando los 2000 hasta ahora, Graciela advierte que la radio ha ido cambiando, aunque ese proceso se ha acelerado en los últimos tres años. Ahora la gente más joven se mueve en canales como Instagram, YouTube, Twitch.

La tecnología y las plataformas no son lo único que ha mutado. También la manera en que las nuevas generaciones abordan la actividad. “La pasión hoy está desdibujada. Nosotros proyectábamos y éramos apasionados de las cosas. El vivir el día a día como viven los pibes hoy es diferente; no tienen un foco o sí: saben que quieren tener mucha plata y estar en la vidriera, pero no tienen un plan para mantener. La pasión, en realidad, no está asociada a esto que es vivir la vida e ir por su camino”, diferencia.

-¿Qué te ha animado a seguir en los tiempos difíciles?

-En mi faceta natural de emprendedora, todos y cada uno de mis proyectos requirieron mucha energía, tiempo y dinero. Pero sobre todo pasión. El remachar siempre el mismo clavo, ese clavo en el que uno cree, el que uno desea, el que uno quiere alcanzar es el motor que justifica todo el resto. Si de inspiración sirve: todos los que crean en algo vayan por eso; no importa lo que les digan, lo que los demás opinen. Si uno realmente, ama lo que hace y cree en lo que hace no solamente se hará realidad, sino que dará frutos, alegrías y no tanto. En definitiva de eso se trata la vida.

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