La contracara de esta manera de trabajar es que suelen quedar una gran cantidad de materiales, archivos, ensayos, resultados provisorios y bases de datos que constituyeron la cocina del proceso de investigación. Todo aquello generado y guardado en soporte papel está sometido al deterioro del paso del tiempo por desgaste, olvido o acopio privado.
Durante mucho tiempo se consideró el conocimiento científico como interesante sólo para unos pocos. Igualmente, el producto de la investigación era accesible sólo para los poseedores de las claves de un entendimiento privilegiado, los científicos. Los ámbitos de difusión habitual estaban en universidades, congresos, libros y revistas especializadas, a veces, con el uso de lenguajes tan específicos que los mensajes parecían encriptados. Así se difundían resultados finales, fueran descripciones, diagnósticos o verdaderos hallazgos que podían cambiar la forma de ver “el mundo”.
La contracara de esta manera de trabajar es que suelen quedar una gran cantidad de materiales, archivos, ensayos, resultados provisorios y bases de datos que constituyeron la cocina del proceso de investigación. Todo aquello generado y guardado en soporte papel está sometido al deterioro del paso del tiempo por desgaste, olvido o acopio privado. Pensemos en archivos de encuestas originales, fotos, planos rescatados de alguna oficina remota, trabajos cortos que no llegaron a publicarse, informes parciales sobre algún tema. En síntesis, el trabajo cotidiano de un equipo de investigación científica deja huellas y ocupa espacios que, tarde o temprano, serán limpiados por la simple necesidad de renovar personas y proyectos.
Hoy, gracias a nuevas tecnologías que logran capturar los escritos y las imágenes asentados en soportes tradicionales, para incluirlos en poderosos medios de difusión, se está logrando rescatar materiales apilados en cajas o rincones olvidados. Es el caso de la producción de investigadoras e investigadores del Incihusa, gracias a la oportuna iniciativa y emprendimiento de la dirección y los equipos técnicos que acompañan, se pueden ofrecer documentos de la investigación social y ambiental en general.
El repositorio Incihusa Digital, que puede consultarse, se inaugura con un conjunto de materiales que constituyen el Fondo Civit-Manchón. El contenido aún no está completo, pero ya se ha cargado lo suficiente como para dar cuenta de la obra de dos investigadoras reconocidas en los ámbitos del Conicet y de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo. Se trata de María Estela Furlani de Civit y de María Josefina Gutiérrez de Manchón, geógrafas que han invertido gran tiempo y esfuerzo en proyectos territoriales, dirección de becarios y tesistas de licenciatura y de doctorado, así como también pioneras en la elaboración de informes para el asesoramiento territorial a oficinas públicas.
La información producida por las profesoras Furlani de Civit y Gutiérrez de Manchón, testimonia el ejercicio de la Geografía en Mendoza y en la Argentina, por sus aportes a la teoría y la práctica de la disciplina, en fructífero coloquio científico con referentes de la Universidad Nacional de Cuyo, en especial Josefina Ostuni. Justamente quien escribe este aporte para la difusión del Incihusa Digital, como discípula y colega, tiene el orgullo de haber sido una investigadora que intentó seguir sus pasos. Pasos signados por el sentido de ética profesional, que les permitió transitar por diferentes paradigmas científicos, incorporando las adaptaciones necesarias para que la Geografía siempre esté al servicio de la sociedad, sin desvirtuar su naturaleza.
El fondo abarca materiales de proyectos desarrollados aproximadamente entre 1965 y 2005. Contiene publicaciones que no se encuentran en otros sitios, informes inéditos, mapas, planos, fotografías, mayormente capturados a partir de soporte papel, pero también en soporte digital de los últimos años. Este contenido es testimonio de diferentes tipos de actividades de indagación en el espacio geográfico, como relevamientos en trabajos de campo, reflexiones teóricas, sistematización de datos, elaboración cartográfica, diagnósticos. Las áreas más estudiadas han sido lugares del territorio provincial y argentino, en especial los oasis de la provincia de Mendoza. Se encuentran estudios muy bien respaldados por información sobre distribución de población, relaciones entre ciudades y campo, uso del agua en zonas áridas, uso del suelo, ciudades y pueblos, impacto de las transformaciones económicas, tecnológicas y problemas ambientales, ordenamiento territorial.
La información incluida en el fondo hasta el momento surge de 22 proyectos de investigación. La producción inventariada supera los 150 trabajos y los datos primarios recopilados ya llegan casi a 100. Es necesario aclarar que se entiende por producción a los resultados incluidos en un trabajo, sea publicado o inédito, que explica y desarrolla una temática completa. En cambio, los datos primarios constituyen un conjunto de antecedentes de cualquier tipo que se utilizan como insumos vinculados con un tema de interés, pueden ser apuntes, documentos, con detalles sobre hechos, cifras, notas. En este repositorio se estimó conveniente incluir no sólo los datos generados por el propio equipo científico, sino también aquellos recolectados en oficinas o surgidos de intercambios con otros grupos que, por su antigüedad o especificidad, tienen valor como fundamento de procesos observados en el territorio. Por ejemplo, croquis o mapas antiguos.
Hemos iniciado una tarea que estimamos será continua y se alimentará con los bienes intelectuales de la comunidad científica del Incihusa, acercando los saberes estandarizados a los saberes populares, de los cuales también se nutre. Por mi parte, convencida de que el trabajo de las personas habla más de ellas que el mejor de los discursos, este fondo Civit-Manchón es un reconocimiento a quienes, como ellas, demuestran que la pasión puesta en el trabajo es un estilo de vida que construye ideas fértiles. También es un homenaje a la ingeniera magister Ana María Sedevich, quien puso gran empeño en armar este repositorio, con la fuerza de un león desplegó su tarea cotidiana hasta que la vida material la abandonó, pero dejó sus huellas dentro y fuera de las paredes de nuestras oficinas.
A modo de ejemplo destaco entre la producción que puede consultarse en el repositorio, el micrositio dedicado al Atlas de la Frontera Oeste Argentina, un proyecto de principios de la década de 1980, en el que pueden observarse fotografías de distintos lugares del área estudiada. Disponible en: http://incihusa.mendoza-conicet.gob.ar/atlas/ o en la dirección del Incihusa Digital: http://168.96.252.158:9090/jspui/
