En la era actual, los valores y propósitos personales tienen un papel cada vez más relevante en la búsqueda de empleo. Las nuevas generaciones han demostrado permanentemente que, más allá del salario económico, su deseo es trabajar en empresas cuyas acciones estén alineadas con sus propias creencias y, en caso contrario, los colaboradores jóvenes están dispuestos incluso a renunciar si consideran que la organización no refleja sus principios fundamentales.
Para comprender mejor este fenómeno, es importante diferenciar entre misión, propósito y valores.
La misión es la razón de ser de una organización, pero hay algo que la subyace: el propósito trascendental y es este, justamente, el que atrae o no a la llamada “Generación de cristal”. El propósito trascendental está relacionado con el impacto en las personas, en la sociedad y en la humanidad.
Por otro lado, los valores son principios morales que definen comportamientos. En el último tiempo, las empresas han dejado de enfocarse en ese concepto que funciona como un gran pilar fundamental, para comenzar a definirse, más bien, a través de comportamientos concretos.
Del lado de los colaboradores, lo que realmente buscan son conductas personales alineadas con el propósito empresarial. En este punto, el trabajo más importante que tienen que hacer hoy las organizaciones está en el desarrollo de los líderes, en alinear sus valores y propósitos con el de la organización. Son ellos quienes van a transmitir valores a sus equipos, y quiénes demuestren la congruencia entre el propósito y las acciones corporativas.
“La incongruencia entre las acciones de la empresa y sus declaraciones de valores es la principal causa de insatisfacción de las nuevas generaciones. Los jóvenes demandan congruencia entre los valores organizacionales y las acciones reales de la empresa -lo que se conoce como walk the talk-. Si estas prácticas no van en sintonía con sus creencias personales, sienten que la organización no solo no los representa, sino que también miente”, explicó Beatriz Arias, Founder y directora de Coeducation Consulting.
A lo largo del tiempo, hay valores fundamentales que son relevantes –respeto, empatía, solidaridad, tolerancia–, a los cuales se han sumado nuevas causas que las organizaciones deben atender. La importancia por el cuidado del medioambiente y la sustentabilidad del planeta, la inclusión, diversidad e igualdad de derechos (en relación a las diferencias percibidas por género), son algunos de los nuevos valores que hoy guían a las organizaciones a adaptarse y repensarse.
Estos son pilares fundamentales para los jóvenes, que hoy buscan vincularse con generar un cambio trascendental en el mundo, además de la búsqueda más personal de construir una carrera.
Más allá de los jóvenes, los valores desempeñan un papel crucial en la motivación de todos los colaboradores. Cuando los valores personales y organizacionales están en armonía, los colaboradores se sienten más comprometidos e identificados con su trabajo, creando así un sentido de pertenencia, lo que puede potenciar su eficiencia y rendimiento. Por el contrario, cuando los valores están en conflicto, se crea una disonancia que puede afectar negativamente el bienestar emocional y la satisfacción laboral de los colaboradores.
“Definitivamente, si mis valores no se alinean con los de la empresa es momento de renunciar y buscar nuevos horizontes en organizaciones que defiendan propósitos con los que pueda identificarme. En este sentido, la rotación es normal y lógica. Las generaciones anteriores tenían mucha menos información sobre lo que podían hacer, ahora en cambio, están tentados por muchas opciones de carrera, trabajo, residencia y no piensan en cuestiones arraigadas. Entonces, con esa cabeza, es normal y recomendable que busquen otra compañía en la que trabajar”, señala Maia Martinez Mornaghi, Partner de Coeducation Consulting.
Hoy, las empresas tienen la oportunidad de generar un sistema cultural que promueva y respalde los valores compartidos. Además de comunicar claramente los valores y el propósito trascendental de la organización a través de los líderes, las empresas pueden promover la participación de los colaboradores en la definición y revisión de los valores corporativos. Esto va a contribuir a la fidelización de sus talentos mientras se construye un propósito inspirador y un futuro sustentable para las organizaciones.