“Todavía me dicen que tengo que conseguir un productor que ponga plata y nos lleve a tocar a Buenos Aires . Pero hace rato que no hago esto por plata, ni para triunfar, ni para nada. Sigo haciéndo rock and roll porque es mi pasión”, dice.
Es un personaje de la región y pese a que es un referente del rock and roll en la zona, nunca tocó en Buenos Aires. No tiene nada que envidarle a los mejores.
“Todavía me dicen que tengo que conseguir un productor que ponga plata y nos lleve a tocar a Buenos Aires . Pero hace rato que no hago esto por plata, ni para triunfar, ni para nada. Sigo haciéndo rock and roll porque es mi pasión”, dice.
Sergio Darío Giménez, Gallineto, o simplemente el Galli, es emblema del rock esteño, ese que en los 80 y 90 fue un fenómeno provincial, generador de bandas y música, de una movida increíble para un pueblo relativamente chico.
Gallineto es uno de los pocos que, durante cuarenta años se ha mantenido activo, vigente, siempre tocando, siempre componiendo, además de ser un personaje de la región, una referencia en cualquier ambiente.
“San Martín fue la Seattle argentina”, dice el Galli, refiriéndose a la ciudad de Estados Unidos que fue la cuna del grunge, ese subgénero del rock que se caracteriza por guitarras distorsionadas, melodías repetitivas y batería pesada.
En Seattle surgieron bandas como Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden y Alice in Chains. Y En San Martín surgieron los músicos y las bandas más potentes de esos años de democracia joven, de movida cultural en todas partes, de reencuentro en las calles.
El Gallineto es parte de eso, testimonio, ejemplo y referencia.
“El Este tenía un estilo propio, muy definido que no existe en otra parte. Era una marca. No sé que era. Los guitarristas tenían, tienen aún, una onda particular. Una onda más parecida a la de los americanos. En la ciudad, en Mendoza, tocan más parecido al estilo inglés”.
Fueron años increíbles, noches increíbles. “Una época tremenda. Había cuatro bandas tocando un mismo viernes, bandas buenísimas, y la gente iba a todo. Había una movida tremenda”, recuerda. Y en esa movida la local Radio Merlín fue determinante.
En marzo cumple 63. Parado en la puerta de su casa, esa que construyó su abuelo, que tiene la puerta en la ochava, el Galli es parte de ese paisaje de colores gastados, una ciudad zurcida, a veces exaltada y a veces suicida. Gallineto se parece a ella. Dice que tiene cierto grado de felicidad. Que hay cosas que lo hacen feliz. “Trabajar no. Trabajar no me hizo feliz nunca. Como será de feo trabajar que te tiene que pagar”, dice, citando una frase repetida por Facundo Cabral y que ya la habría dicho primero Charles Chaplin.
Aun así, es un laburate metódico, responsable. “Cuando me tengo que levantar, me digo: ¡Vamos, Gallineto, que son 20 lucas! y voy”.
Antes fue panadero, jardinero, mozo, ayudante de cocina, administrativo, lustrador de muebles y “chofer de gente non sancta. Hice de todo, loco. Y no agarré algunos laburos de mucha guita por que no iba a poder tocar”, dice.
Cuenta que era “yo tenía 18 años y un día me llaman para un laburo de muy buena plata. Yo entraba si o si, porque estaba acomodado con el capo máximo. Cuando voy a la entrevista con un gerente, me cuenta que me daban un bíper que yo tenía que tener prendido las 24 horas, y tenía que salir a laburar cuando me llamaran. Era una petrolera. Entonces dije: ´¡Pero, entonces, no voy a poder toca´, y les dije que no. Mi viejo me había acompañado y se le desfiguró la cara, pero se quedó callado y nunca me dijo nada. Siempre fue así, siempre me jugué por la música y nunca tuve un plan B”.
En estos cuarenta años de historia hubo instantes en donde, si se hubieran tomado decisiones distintas, quizá Gallineto y alguna de sus bandas hubiera llegado al obelisco y muy posiblemente se hubiera quedado allí, “pero siempre tuve la idea de hacer las cosas desde acá, que se yo…”.
Tal vez el momento clave fue cuando crearon la banda Parenalila. “Era tremenda esa banda. Modestamente, cuando apareció Soda Estéreo, nosotros ya habíamos hecho esa música…. y lo digo sin compararme con Soda. Cuando aparecieron los Ratones Paranoicos nosotros éramos mucho más rollingas que ellos. Más aún: no existía la palabra rollinga y nosotros ya lo éramos. Nos decían los New Rolling, nos decían. Pero siempre quisimos hacer las cosas desde acá”, pero parece que Dios no sabía dónde quedaba General San Martín y solo seguía atendiendo en Buenos Aires.
Dice que hay otras cosas que lo hacen feliz, además de la música.
“El amor, de un montón de formas. A mi sobrino, a la familia, el amor de pareja, al fútbol”.
Esto último, el fútbol, también es una pasión gallinística. “Siempre fui muy futbolero. Jugaba mucho y varios equipos fueron a hablar con mi papá para que fuera a jugar para ellos. Pero resulta que si sos futbolista no podes ser rockero y tuve que elegir”.
Peor cuenta que, muchos años después, volvió al fútbol. Es DT o auxiliar de DT, de acuerdo al momento, de un equipo de mayores de 40 que juega en una liga amateur. “Antes de empezar, hace 7 años, jamás imaginé que me levantaría los domingos a las 7 de la mañana para ir a la cancha con esta gente. La verdad, no lo puedo creer. Pero ahora no puedo dejar de hacerlo. Me hace muy feliz, me hace muy bien. Me hace bien al físico y a la cabeza, ¿me entendés?”
-“Todavía la historia no terminó. Quisiera tocar en el Independencia. Ahí no toca cualquier boludo y quisiera tocar ahí”.
-“Queda pendiente ir a tocar a Buenos Aires. No importa donde. A un bar de Quilmes o a cualquier lado”.
-“TREN es la mejor banda de todas”, dice, refiriéndose a su banda actual. “TREN es muy power. Es una banda ´tren menda´´. Todo lo demás fue para llegar a esto”.
-“A mi sobrino Francisco le decimos alpiste, porque es como mijo”
-“Como le dijo una vez Cacho Castaña a Mirtha Legrand: Yo nunca tuve problema con la droga. Siempre conseguí”.
-“Yo siempre pude manejar esto, pero tengo gente que quiero mucho con muchos problemas con la falopa”.
-Saliendo adolescente, Gallineto formó el dúo acústico “Vida”. Después otro dúo: “Supercielo” que fue legendario para la historia del rock del Este y que después se transformó en banda.
-Después vino la banda “Parenalila”, que era parte del tridente rockero más rico que tuvo la zona, junto con “Raivan Pérez” y “Luzbelband”.
-Los integrantes fueron cambiando, siempre con Gallineto y el Ciego Giménez al frente. Marcelo Herrero, Gustavo Morán, Enzo Campagnucci, entre otros.
-Quedaron temas inolvidables: “Lobisón”, “Días ácidos”, “Corazón Dividido”, “Gato Bar”, entre muchos.
-Después, con Carlos Rogel, Mimi Orozco y Gustavo Morán formó “Los Vicios del Conde”. También pasaron por ese grupo Alejandro Ravazzani, Mícoli… De ellos quedó “El Santo Remedio”.
-Finalmente Gallineto decide ser solista. Graba el CD “Crudo” y arma un grupo que lo sostenga con Paulo Giorgi, Mauricio Blanco y el “Maggi” en batería. Graban el disco “Vengo de vuelta” y se presentan en vivo en todo Mendoza ya bajo el nombre “Gallineto y los trenes”.
-Hace un tiempo formó T.R.E.N. (Tanto Rock es Necesario), con su compañero de siempre, el baterista Enzo Compagnucci, y ahora con el guitarrista Emiliano Di Césare.
-“TREN es lo mejor. En marzo vamos a tener una gran presentación ¡Ojo, estén atentos¡”