16 de febrero de 2025 - 08:00

Furor por los vinilos: de la nostalgia por lo retro a una tendencia que conquista nuevas generaciones

En la era digital, el disco de vinilo revivió, gana adeptos y son cada vez más coleccionistas y jóvenes que se suman a esta tendencia que genera espacios de intercambio y trabajo.

En un mundo dominado por la inmediatez y la música digital, donde las plataformas de streaming permiten acceder a millones de canciones con un solo clic, la pasión por los discos de vinilo resurge con fuerza. No se trata solo de una moda ni de un capricho nostálgico, sino de un renacimiento que conquista a nuevas generaciones y reafirma su vigencia entre los coleccionistas.

El vinilo, que parecía haber quedado en el olvido con la llegada del cassette, el CD, y la posterior digitalización de la música, volvió a cobrar protagonismo no solo en las generaciones que crecieron con este formato, sino también entre los jóvenes que, por curiosidad, por herencia o por sus artistas favoritos, se suman a esta experiencia a la que muchos consideran un "ritual".

Furor por los vinilos
Ringo Obregón junto a su colección de vinilos.

Ringo Obregón junto a su colección de vinilos.

En Mendoza, este fenómeno mundial no pasó desapercibido, y cada vez son más los espacios, físicos y virtuales, dedicados a la compraventa e intercambio de discos de vinilo. Como así también las fiestas o sunsets en los que se musicaliza con discos de pasta.

"Es una tendencia que no solo está anclada a lo retro, sino que también tiene la particularidad que ha sumado artistas nuevos y público nuevo. Hay pibes de 20 años que compran vinilos como lo hacíamos nosotros a esa edad", comentó Gustavo "Ringo" Obregón (53), fundador del Club del Vinilo en Mendoza, DJ y uno de los referentes de la colección de vinilos en la provincia.

El boom por el vinilo también permitió que locales que siempre se dedicaron a la venta, se mantengan con el paso del tiempo, y dio lugar a nuevas disquerías. Por otra parte, resurgieron DJs que pinchan con vinilos o aparecieron nuevos en la escena, atraídos por este formato.

Furor por los vinilos
Furor por los vinilos, crece la cantidad de gente que compra y colecciona discos.  Ringo Obregón dj que usa y colecciona vinilos. Foto: Los Andes

Furor por los vinilos, crece la cantidad de gente que compra y colecciona discos. Ringo Obregón dj que usa y colecciona vinilos. Foto: Los Andes

Ritual, nostalgia o herencia detrás de la pasión por los vinilos

Parte de este resurgimiento, que solo fue en ascenso desde 2005 y que cobró más fuerza a partir de 2015, está relacionado con un sentimiento de nostalgia o melancolía, de quienes crecieron con el vinilo. Aunque, para Obregón también hay una "contrarreacción" en esto de volver a escuchar música en vinilo.

"Si es tan práctico tener toda la música del mundo en tu celular, la tenés, no la valorás, suena de fondo y nadie se sienta frente al teléfono a escuchar un disco. La practicidad, lo gratuito, conspiró contra la escucha atenta o concebir un disco como una obra", explicó.

También se debe a la búsqueda de una experiencia musical más auténtica, que comienza desde el momento en que se elige el disco, se extrae cuidadosamente de su funda y se coloca la aguja sobre el surco. Hay algo especial en ese sonido que muchos aseguran que los formatos digitales no pueden igualar.

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En este tiempo en el que la música se consume por playlists aleatorias y saltando de una canción a otra, mientras realizamos otras actividades, el vinilo invita a escuchar un álbum completo, a apreciar la obra tal como el artista la concibió porque para muchos "escuchar vinilo es un ritual", sintetizó Cristian Aguirre (47), coleccionista de vinilos y dueño, junto a Gastón Arro (51), de la disquería Mellon Collie (España 1029), que nació como showroom y luego como local a la calle, gracias al aumento del consumo retro.

Furor por los vinilos
Gastón Arro de Mellon Collie en su local. Foto: Marcelo Rolland / Los Andes

Gastón Arro de Mellon Collie en su local. Foto: Marcelo Rolland / Los Andes

"Para mí es un fetiche para todas las edades porque el objeto en sí produce placer", reflexionó Aguirre sobre el efecto que produce en los coleccionistas cuando consiguen ese disco tan ansiado o esa joya que pocos tienen y lo que gira en torno al formato fìsico.

En esa línea, Ringo explicó que otro de los motivos del furor, en los no tan jóvenes, es la adrenalina al momento de "salir a la pesca y hurgar hasta encontrar una joyita a buen precio". Tiene más aventura que tener todo ahí, al alcance de la mano".

Otro acercamiento al vinilo se da por herencia musical, como le ocurrió a Luciana Amat (43), que de niña se vio atraída por la colección de vinilos que tenía su papá en uno de los muebles de su casa. "Me acuerdo ver todos esos discos, esas tapas... Me llamaba mucho la atención la gráfica, la foto, la vestimenta de la gente", relató con añoranza. Es que el arte de tapa y el diseño también juegan un papel fundamental en la experiencia sensorial del vinilo.

Luciana recordó que en su adolescencia juntaba dinero para comprar discos en Amadeus y cuando creció heredó las bandejas y vinilos de su padre. Hoy es de las pocas mujeres DJs que pone música en Mendoza con discos de pasta y hasta creó su proyecto “Hippocampus” con el que viaja "pinchando" música.

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Luciana Amat es Dj y pincha música con discos de vinilo.

Luciana Amat es Dj y pincha música con discos de vinilo.

Un regreso que traspasa generaciones

Hace poco menos de diez años que el boom por los vinilos contagió a las nuevas generaciones, sobre todo después de que artistas contemporáneos, de diversos géneros, lanzaron sus trabajos en este formato.

Un ejemplo de ellos es la cantante estadounidense Taylor Swift que vendió más de 700 mil copias de su disco "The Tortured Poets Department" en formato vinilo, rompiendo un récord en la industria musical. También artistas como Olivia Rodrigo, Coldplay, Lana del Rey, Billie Eilish, por solo mencionar algunos, se subieron a esta ola. En Argentina, podemos mencionar a Dillom, pero también a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, que comercializan en vinilo sus dos primeros discos: Gulp! y Oktubre.

Moisés Britos (27) -que no creció con los vinilos- compartió que su primer acercamiento al vinilo fue a los 14 años con un disco en particular que le "voló la cabeza" en un Musimundo. "Me acuerdo que lo compré, lo puse en un lugarcito en mi pieza e iba todo el tiempo a mirarlo. Tenía el celofán porque no lo había abierto, pero no tenía dónde reproducirlo. Recién a los 18 pude conseguir un tocadiscos valija, lo escuché y me volví loco de nuevo", recordó.

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Moisés Britos tiene 27 años y colecciona discos de vinilo.

Moisés Britos tiene 27 años y colecciona discos de vinilo.

"Después me metí a grupos de compra y venta, empecé a investigar más sobre los vinilos", contó y resaltó que en principio coleccionó CDs, hasta que descubrió que "tiene otra magia escuchar en vinilo, el sonido, la cercanía que te da es diferente, es muy personal, las emociones... es un ritual, como sentarte a tomar mates".

Además, considera que en su generación "se romantizó mucho por películas o series", pero porque también hay un "dejo de nostalgia de algo que uno no vivió". Por su parte, Gastón Arro contó que a su disquería asisten muchos chicos, de 11 o 12 años, acompañados por sus padres. "Mucho es herencia, en un gran porcentaje. Pero otros vienen por curiosidad, por investigar porque lo vieron en las redes", contó y destacó que tienen clientes de todas las edades, hombres y mujeres por igual.

El comercio online de vinilos permitió la expansión del mercado

Las plataformas de compra y venta, como Market Place, Mercado Libre, entre otros y las redes sociales, permiten a los coleccionistas acceder a ediciones de otros países, lo que amplía la oferta.

Las redes se convirtieron en un espacio clave para los intercambios y es donde está toda la información. Incluso, hay un lenguaje casi mundial para la venta de vinilo en el que se detalla nombre de la obra, año de edición, calificación de la tapa y del disco.

Furor por los vinilos
Furor por los vinilos, crece la cantidad de gente que compra y colecciona discos. Gastón Arro de Mellon Collie discos ordena los vinilos en su local. Foto: Marcelo Rolland / Los Andes

Furor por los vinilos, crece la cantidad de gente que compra y colecciona discos. Gastón Arro de Mellon Collie discos ordena los vinilos en su local. Foto: Marcelo Rolland / Los Andes

El precio del vinilo es muy relativo, puede ir de los $1.000 a los $300.000. El valor se da por una conjunción de varios elementos: por el artista, que haya podido mantenerse vigente en el tiempo y se haya convertido en artista de culto; las condiciones en las que está el disco y que sea de época, no una reedición. La tapa debe estar en condiciones y ser original, pero también depende de la cantidad de impresiones que se hicieron, si fue menor, es mayor el valor en el mercado.

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