Si bien la nubosidad complicó en algunos momentos, el eclipse lunar total impactó en la noche del domingo 15 de mayo a quienes tienen la oportunidad de disfrutarlo desde la mayor parte de América (incluyendo Argentina), como así también en los confines occidentales de Europa y África y el lado oriental del Pacífico.
El eclipse fue total porque la Luna entró en la sombra que proyecta la Tierra atravesando tres fases: penumbra, parcialidad y totalidad (tal como se ve en las fotos). La Luna se fue oscureciendo parcialmente hasta quedar con un tono rojizo inconfundible. Se mantuvo en ese estado durante 1 hora 20 minutos y después empezó a descubrirse a medida que salió del cono de sombra que emitía la Tierra.
El fenómeno arrancó a las 22.32 y terminó el 16 de mayo a las 3.50 de la mañana. Tuvo una duración de aproximadamente 5 horas y 19 minutos. Fue a las 0.29 cuando el eclipse fue total y tiñó la Luna de rojo.
El eclipse observado anoche se produjo porque la Tierra se interpuso entre la Luna y el Sol y bloqueó la luz que este último irradió, generando un cono de sombra que, según el ángulo en el que se encontraban los cuerpos, generó dos sectores: la umbra y la penumbra.
Es por este fenómeno que popularmente se conoce al eclipse total de Luna como “Luna de sangre” y el último evento astronómico de este tipo ocurrido el pasado 26 de mayo de 2021 fue denominado como “superluna”, porque además el satélite natural estaba más cerca de la Tierra.
El de anoche despertó expectativas entre los aficionados a la astronomía, ya que es el último fenómeno de este tipo que puede observarse bien desde el Hemisferio Sur y, según un mapa compartido por la NASA, también pudo observarse de forma completa la costa este de Estados Unidos y de manera parcial en África y Europa; pero no se pudo apreciar en Medio Oriente, la India, Asia y Oceanía.