Como si fueran los protagonistas de una taquillera telenovela de canal de aire por la siesta -o de una película románticas de esas que se pueden catalogar como “pochocleras”-, una pareja fue noticia hace poco menos de 2 meses en Mendoza. Y es que él y ella tenían todo listo para casarse y hasta habían enviado las invitaciones para la mega boda, además de los datos bancarios para recibir los regalos correspondientes.
Sin embargo, de un momento al otro -y sin demasiadas explicaciones-, avisaron con un mensaje de WhatsApp (en el formato de lista de difusión) que la boda se suspendía. El inesperado aviso llegó 4 días antes de la boda; tenían previsto casarse el sábado 18 de marzo, pero el martes 14 avisaron que todo se suspendía.
Y aunque en ese momento todo se convirtió en misterio, suspenso y hasta hubo rumores de que había sido una broma, el episodio tuvo su final feliz (como esas telenovelas y películas). Porque la feliz pareja mendocina dio el “Sí” la semana pasada y se convirtieron en marido y mujer.
A diferencia de lo que tenían planeado hace dos meses, el casamiento consistió en una ceremonia íntima, de la que participaron solo ellos y los testigos. Y, según se supo, el motivo de la suspensión de la fiesta en marzo -que en realidad terminó siendo una postergación- fue una difícil situación privada que debió atravesar la pareja por esos días.
Por fortuna para los novios, finalmente sellaron el amor con el primer beso de matrimonio, ese que se pudieron dar cuando escucharon esa frase que desde hacía tanto querían oír: “Puede besar a la novia”.
“Hace 45 días una pareja de amigos envía la tarjeta de invitación a su casamiento, el 18 de marzo. Hace 15 días, la confirmación de asistencia. Hoy, a 4 días, un mensaje informando la cancelación del casamiento”, escribió en la red social la mendocina, amiga de la pareja. Y, así como la bola de nieve que va creciendo mientras más rueda en caída, la historia tuvo una repercusión impactante e inmediata.
Y es que entre los amigos más cercanos de los que -se suponían- serían flamante marido y mujer a partir de ese sábado 18 de marzo, surgió un océano de dudas e incertidumbre a partir de ese inesperado mensaje. Porque ninguno de los dos brindó mayores precisiones sobre la suspensión de la boda y ni siquiera volvieron a reportarse -virtual ni personalmente- ante nadie durante los días posteriores.
“Desaparecieron, directamente. Los dos tienen el teléfono apagado desde que enviaron el mensaje y todos estamos igual de sorprendidos. En un primer momento pensamos que era por un tema de salud de algún familiar, pero -por lo que hemos podido averiguar- no tiene nada que ver con ello”, relató la amiga de la pareja oportunamente a Los Andes.
Cronología: de la suspensión misteriosa hasta el triunfo del amor
Los protagonistas de esta historia (se reservan sus nombres) jamás se imaginaron que toda una provincia -y más- terminaría hablando de su boda. O, mejor dicho, de su boda suspendida. Y es que la historia se tornó por demás en misteriosa y atrapante en marzo, luego de que los dos novios avisaran que suspendían la ceremonia 4 días antes de que se celebrara (de acuerdo al plan inicial).
“Querida familia y amigos, por la presente les queremos informar que el casamiento se suspende. Les pedimos una disculpa por las molestias ocasionadas. En la brevedad devolveremos el dinero de regalo de bodas. Muchas gracias”. Así de escueto y contundente fue el mensaje que recibieron vía WhatsApp el martes 14 de marzo los amigos y familiares de la pareja, que tenía previsto celebrar su boda el sábado 18 de ese mes. Y la notificación dejó a todos sus seres queridos y cercanos con la boca abierta.
Porque, tras enviar el inesperado mensaje, ambos apagaron sus teléfonos celulares y durante varios días no atendieron a nadie y ni siquiera recibían los mensajes que les enviaban. La boda estaba suspendida y no había más información al respecto.
La misteriosa historia de la boda suspendida se convirtió en ese momento en un viral dentro de la red social Twitter en Mendoza, luego de un primer tuit publicado por una amiga de la pareja.
“Hace 45 días una pareja de amigos envía la tarjeta de invitación a su casamiento, el 18 de marzo. Hace 15 días, la confirmación de asistencia. Hoy, a 4 días, un mensaje informando la cancelación del casamiento”, escribió en la red social una mendocina, amiga de la pareja, el martes 14 de marzo. Y, así como la bola de nieve que va creciendo mientras más rueda en caída, la historia tuvo una repercusión impactante e inmediata.
Entre los amigos más cercanos de los que -se suponían- serían flamante marido y mujer a partir de ese sábado 18 de marzo, surgió un océano de dudas e incertidumbre a partir de ese inesperado mensaje. Porque ninguno de los dos brindó mayores precisiones sobre la suspensión de la boda y ni siquiera volvieron a reportarse -virtual ni personalmente- ante nadie durante los días posteriores.
“Desaparecieron, directamente. Los dos tienen el teléfono apagado desde que enviaron el mensaje y todos estamos igual de sorprendidos. En un primer momento pensamos que era por un tema de salud de algún familiar, pero -por lo que hemos podido averiguar- no tiene nada que ver con ello”, relató esa amiga de la pareja oportunamente a Los Andes.
Devolvieron los regalos
Tal y como habían prometido los novios que habían suspendido la boda casi sobre la hora, en los días posteriores al aviso devolvieron los regalos que habían recibido. Sin embargo, nada se supo en -un primer momento- sobre los motivos de la cancelación.
“Actualizo info: los invitados empezamos a recibir la transferencia de regalo de boda”, explicó en un tuit publicado durante los días posteriores esa misma amiga de la pareja, quien había sido invitada a la boda y luego había recibido el mensaje de cancelación. “No me quiero ni imaginar lo que están pasando los chicos”, agregó, preocupada.
En ese momento, los amigos y familiares del novio y la novia recuperaron la tranquilidad al haber tenido novedades de ambos. Pero al principio, los novios no ahondaron en explicaciones ni indicios sobre qué fue lo que motivó la suspensión del matrimonio 96 horas antes de que se consumara.
En cuanto al regalo que devolvieron los novios en ese momento, fue el dinero que habían comenzado a recolectar -a través de una cuenta bancaria- para poder viajar de Luna de Miel a Ibiza.
En lo que tiene que ver con los motivos que derivaron en la postergación del casamiento, se supo que fue a raíz un difícil momento que atravesaron ambos en ese momento y que derivó en la suspensión momentánea de la celebración. No obstante, el amor siempre se mantuvo intacto y fue más fuerte. Y es algo que terminaron de confirmar tras convertirse en marido y mujer la semana pasada.