El junio la compañía aérea LAN anunciaba que dejaría de operar en el mercado interno y que desarmaría la filial local del grupo. El viernes por la noche formalmente la empresa comunicó que dio de baja al programa de retiro voluntario para los empleados y cerró sus puertas.
“Se cerró un acuerdo con poco más de 1500 empleados de los 1715 que tenía la empresa en el país. No aceptaron la oferta de la compañía 193 trabajadores. Lo que sigue ya depende del camino judicial que tome la residual de lo que fue Lan Argentina”, dijo una fuente de la compañía.
Fue anoche cuando la aerolínea les comunicó a los sindicatos y a cada uno de los 193 que no firmaron un acuerdo que la relación laboral estaba extinguida por el cierre definitivo de la operación local. “Lan Argentina S.A. es consciente del impacto de este doloroso pero inevitable proceso y reconoce el esfuerzo y compromiso de todos sus colaboradores a lo largo de estos años”, termina el comunicado de la línea aérea al que tuvo acceso el medio de comunicación La Nación.
Luego de la partida del la empresa la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) reportó que la línea aérea de bandera, Aerolíneas Argentina, tuvo en enero un 80% del mercado. Para mostrarlo en números en enero del año pasado tenía 59% de la torta compartida con Lan (16%), Flybondi (9%), Norwegian (7%) y Andes (1%).
Un año después quedan dos empresas áeres además de Aerolíneas. Jetsmart, con 11% del mercado, y Flybondi, 7%. Claro que el mercado interno se derrumbó: cayó 78% por ciento en un año.
“El impacto que ha tenido la pandemia del Covid-19 en la filial argentina y la dificultad de generar los múltiples acuerdos necesarios para enfrentar la situación actual configuraron un escenario en extremo complejo, donde no fue posible visualizar un proyecto viable y sustentable en el tiempo, generando que Lan Argentina dejara de volar desde y hacia 12 destinos domésticos después de 15 años de operación ininterrumpida. Sin embargo, los cuatro destinos internacionales que cubría la empresa a Estados Unidos, Brasil, Chile y Perú continúan siendo operados por las otras filiales del grupo”, comunicó la compañía.
Desde junio, la empresa negoció uno por uno con cada empleado. El pack de beneficios para entrar en el programa de retiro voluntario incluyó una indemnización de acuerdo a los valores vigentes por la normativa Covid-19, además de mantener en algunos casos la obra social por un tiempo y ofrecer tickets para vuelos que opera el grupo.
“Ya se devolvieron los hangares que la empresa tenía en el Aeroparque Jorge Newbery y todos los espacios comerciales en los aeropuertos de todo el país. También se achicó el espacio de las oficinas. Y se acordó la finalización de las relaciones con diversos proveedores. Latam Perú, Brasil y Chile, que operan los destinos internacionales, dejaron un apoyo de unos 300 empleados para tareas de check-in, comercial y algo de administración. Eso es todo”, dijo una fuente cercana de la empresa.
“Cumpliendo con los compromisos asumidos con sus clientes, la compañía continúa gestionando la devolución de los tickets domésticos, mientras que los vuelos internacionales serán realizados por las otras filiales del grupo”, termina el comunicado de la empresa.