A 16 días de la Noche Buena y mientras cada fin de semana se conocen nuevos casos de fiestas clandestinas, desde el ministerio de Seguridad de la provincia informaron que aún no hay nada armado de cara a la posible proliferación de más con la llegada del fin de año.
Lo cierto es que muchas personas, cansadas de la cuarentena y con la laxitud que trajo la disminución de casos, organizan fiestas de las cuales, hay ecos en las redes sociales. Hay quienes comentan que ya se están armando para celebrar los últimos días del año, con el particular impacto de que tras el aislamiento muchos amigos dejaron de verse y esta es la oportunidad del reencuentro.
Sin embargo, pese a la intención de Los Andes de conocer cuáles eran las ideas que barajan desde el ministerio de Seguridad de cara a este escenario de corto plazo, la respuesta fue que no hay nada definido aún.
El contexto es complejo, ya las autoridades han hecho foco en las conductas de los jóvenes que dejan de lado las medidas preventivas ante la Covid-19 como el uso de barbijo y la distancia de al menos un metro y medio. En videos que se han hecho públicos de las tantas fiestas clandestinas que se han realizado en suelo mendocino últimamente puede verse que incluso se comparten bebidas y no se guarda distancia alguna.
Propuesta de base
Referentes del sector de boliches y entretenimiento han elaborado una propuesta para que puedan volver a la actividad estos entornos. De prosperar, vendrá el tiempo de los “eventos controlados”, como los han denominado, y que en términos generales implica que haya una especie de burbuja de amigos que bailan en un sector delimitado del lugar. Aclaran que no se trata del retorno del boliche tal cual se lo conocía hasta ahora, ya que eso por las condiciones actuales es imposible, pero esta alternativa la han tomado de un modelo para eventos que ya ha autorizado Nación.
Creen que esta opción puede permitir responder a una demanda real pero con respeto de protocolos de prevención de Covid-19. Pero además, puede ser un piso sobre el que pararse para dar forma a posibles celebraciones de fin de año.
La Cámara de la Industria del Entretenimiento de Cuyo (Idear Cuyo) ya tuvo un primer acercamiento el martes con el subsecretario de Relaciones Institucionales de Seguridad, Néstor Majul. Están puliendo esta propuesta para llevar mañana a una reunión ampliada en la que además de Majul esperan ser escuchados por referentes del ministerio de Salud (que son los que en definitiva dan el ok para las habilitaciones) y del área de Transporte.
Sería una manera de controlar, algo al menos, las conductas porque en lo clandestino esto no sucede.
“Hoy los chicos están viviendo la clandestinidad como normal, se violan todos los protocolos; creer que los chicos están durmiendo el sábado por la noche es una utopía”, señaló Rodolfo Martínez, vocero de Idear, quien remarcó además que van a fiestas clandestinas porque no tienen otra opción.
“Hoy como está la situación la Policía no da abasto para controlar, se hacen fiestas en el medio de la nada y te hacen dejar el auto atrás de un matorral, es un caldo de cultivo para muchas cosas”, resaltó.
Desde su punto de vista se está despilfarrando lo bueno que se ha hecho en la pandemia todo el año: “Creemos que la provincia ha tenido buen criterio pero la prohibición no está funcionando”.
Tras evaluarlo con especialistas en Seguridad e Higiene, han propuesto realizar estos eventos. Por el momento no habrá retorno a una pista de baile compartida por todos los asistentes. “No hay pista de baile, sino que se trabajaría con mesas, sillas, livings pero con sistemas de corralitos”, explicó. Esto implica delimitar el entorno donde permanecerá un grupo de asistentes sin tener contacto con el resto, sin taquilla ni barra y con pases para el baño (ver aparte).
La realidad innegable
Justamente por su carácter de clandestinidad, no hay control alguno, mientras que los encargados de controlar la Seguridad reciben denuncias y desbaratan cada tanto algunas fiestas, que seguramente son una ínfima parte de las que se realizan. Para hacerlas suelen buscarse puntos alejados o en zonas rurales.
El riesgo es que tanto relajo de por el piso con la baja de los contagios en el marco de las celebraciones de Navidad y Fin de Año para las que el menos por ahora podrán realizarse reuniones familiares o sociales al aire libre de hasta 15 personas.
Los hechos bastan como expresión de los riesgos de la falta de control en el marco de situaciones que en definitiva ocurren.
Valga recordar algunos casos emblemáticos como una de las fiestas detectadas en el perilago del dique Potrerillos que reunió a ni más ni menos que 400 personas y dejó por saldo toneladas de basura. Luego hubo otras.
También el caso de la que se realizara en embarcaciones dentro del dique El Carrizal y que le costó a los organizadores multas por miles de pesos.
Por aún, la Fiscalía de Rivadavia investiga un abuso sexual que se habría cometido durante una fiesta clandestina allí a mediados de noviembre. El abuso se habría realizado en una casa conocida como “La Madriguera”, donde se venían haciendo fiestas antes de la pandemia y luego, con las medidas dispuestas por la pandemia, estos encuentros de jóvenes de clase media-alta comenzaron a ser clandestinos.
En qué consiste la propuesta de “eventos controlados” para reabrir boliches
Evento controlado. Por el momento no habrá retorno a una pista de baile compartida por todos los asistentes. “No hay pista de baile, sino que se trabajaría con mesas, sillas, livings pero con sistemas de corralitos”, explicó Rodolfo Martínez, vocero de IDEAR.
Esto implica delimitar el entorno de manera física a través de alguna baranda o valla, para mantener la distancia de al menos 2 metros entre mesas que el gobierno provincial ha permitido a los restaurantes. El grupo podrá bailar en ese espacio pero sin acercarse a los otros. Proponen que sea para 15 personas por grupo tal cual se ha permitido como límite máximo de asistentes para las reuniones sociales.
Sin barra. No se incluirían barras para evitar la acumulación de personas, sino que habría una carta con QR y un mozo acercará la solicitud a la mesa.
Sin taquilla. La propuesta incluye venta anticipada o cobro de derecho a espectáculo en la mesa luego del ingreso.
Baños con pases por grupos. Para evitar la aglomeración de personas en los sanitarios se ha pensado en otorgar uno o dos pases por mesa para limitar el ingreso a alrededor del 20%.
Protocolos que resguardan. Martínez hizo hincapié en que se trata de entornos seguros y cuidados ya que ante todo habrá protocolos a seguir lo cual da garantías. Además de los responsables de los lugares, tendrán control del gobierno, sistema de cámaras y se cuidará el factor ocupacional. Sobre esto último explicó que si es en un lugar cerrado deberá ser como el de los restaurantes (75%) mientras que si es al aire libre quizás pueda ser mayor.
Horarios. Han pensado que se trabaje hasta las 5 de la mañana para considerar que a partir de las 5.30 ya hay servicio de transporte público. Esto implicaría revisar el horario permitido actualmente para circular por el gobierno ya que entre la 1 y las 5.30 sólo se puede circular de manera excepcional. Quizás este sea el mayor desafío. Pero por otra parte, Martínez destacó que sería aceptar lo que está pasando ya que creer que los chicos están durmiendo el sábado por la noche es una utopía y remarcó que van a fiestas clandestinas porque no tienen otra opción.