Federico Fader tiene 42 años, es entrenador de deportistas y entrenador de entrenadores pero no sólo eso, es Licenciado en alto rendimiento deportivo, Magíster en ciencias de la salud y el deporte, y sobre todo, tiene experiencia en lo que pocos tienen por estas tierras: el Dakar. Por eso también se dedica a la preparación de pilotos y ha tenido experiencias con grandes referentes locales.
Cuando ya se palpita la próxima competencia, que se realizará los primeros días de enero, Federico puede condimentar la espera con anécdotas desde adentro.
No nació en Mendoza, pero casi podría decirse que lo adoptó: vino a vivir a la provincia cuando tenía unos jóvenes 5 años, allá por 1985, cuando trasladaron a su padre por cuestiones laborales. Había nacido en Buenos Aires. Así fue que aquí hizo la escuela primaria, la secundaria, el profesorado y formó su familia.
Ha sido parte y partícipe necesario de eventos que tantos siguen por medios y redes, carreras de motos y autos de las cuales conoce cosas que nadie imagina. Es que ha conformado los equipos y ha sido entrenador de Orly Terranova, Sebastián Halpern y la legión mendocina.
Justamente con el primero es que dio sus primeros pasos fuertes en el mundo del Dakar, tras una propuesta que quizás no estaba pensada pero que definitivamente marcó su destino durante varios años y su perfil profesional.
“Empecé de la mano de Orly Terranova, yo estaba terminando la licenciatura en alto rendimiento deportivo en Buenos Aires en 2005, él me entrevistó, me preguntó si sabía manejar tecnología, inglés y si tenía el pasaporte al día y entonces me dijo: ‘en 6 meses nos vamos Egipto’ y así empecé, a viajar y asistir pilotos en el Dakar”, relató.
“Viajamos primero al Faraon Rally en Egipto, despues fuimos al Dakar original en África dos veces (...) cuando el Dakar vino a Argentina yo ya tenia 5 años de experiencia afuera y entonces sí ya tenía mi centro de entrenamiento en el barrio Bombal y llegué a tener 17 pilotos entrenando conmigo”, contó.
Para aquel entonces entrenaban con él los hermanos Caimi, Sebastián Halpern y Marco Scopinaro.
“Fui 6 Dakar consecutivos, era una preparación de todo el año, en 2010 cuando nació mi primer hijo yo estaba 3 o 4 meses viajando y en 2011 decidí no ir más”, recordó.
A puro desafío
Contó que cuando el Dakar vino a Argentina viajaba todos los meses para entrenar y armaron varios training camps: en las dunas de Catamarca, en el Nihuil en Mendoza, en el norte de Chile.
Explicó que un training camp es un campo de entrenamiento que dura varios días consecutivos con una carga de entrenamiento alta, quizás más de 7 u 8 horas por día.
“En 2010 armamos la legión, un grupo de 5 pilotos mendocinos: estaba Gonzalo Peñalba en moto, Lucas Lambertucci en moto, Daniel Merlo en moto, el Edu Pulenta en moto y el Seba Halpern en cuatriciclo”, recordó.
“Se llamó la legión mendocina, yo dirigí la preparación física de tres de esos pilotos, entonces armé los training camps en San Rafael y había que encargarse de todo, hasta de la comida, se levantaban a las 6 de la mañana y terminaban a las 10 de la noche, hay entrenamiento de todo tipo: psicológico, físico, de flexibilidad, de fuerza, con la moto, sin la moto”, detalló.
Entonces recuerda que el training camp más importante que le tocó vivir fue en 2008 en Alemania: “Con el equipo BMW, cuando Orly Terranova dejó la moto y pasamos a los autos, en ese caso éramos 96 personas en un hotel, el Sport Hotel, en el que está preparada toda la infraestructura para equipos (de diferentes deportes)”.
Contó que por aquel entonces no había entrenadores en el Dakar porque la butaca costaba muy cara entonces preferían llevar fisioterapeutas (saben nutrición y kinesiología) porque los pilotos sufren. Cuando iba él también tuvo que hacer cursos de masoterapia para hacer esa asistencia.
Destacó que Terranova fue uno de los primeros latinoamericanos y él tenía que hacer de todo: lavar los bidones con pastillas desinfectantes, encargarse de la parte nutricional y la hidratación, hacer masajes, navegar en el auto. “Al principio era así -contó- después pasé a ser team manager en el equipo de Halpern y ahí teníamos mejores condiciones y luego pase al equipo BMW con Orly y era un lujo, también fuimos con KTM oficial, con Marco Scopinaro donde también era un equipo de 70 personas, 22 vehículos de asistencia, entonces en los equipos profesionales picantes vos te dedicás exclusivamente a tu rol”.
También tuvo la experiencia de ir al mundial de enduro con Scopinaro y otros pilotos pero uno de los mayores logros fue que Terranova, bajo su asistencia, fue el primer latinoamericano en ganar una fecha de la FIA World Cup for Cross Country Rallies en el Rally de Túnez en 2009.
En definitiva, ha trabajado con pilotos de motos, cuatriciclos y autos, en equipos pequeños, medianos y enormes. Luego ha seguido asesorando deportistas de manera remota, on line, de distintos lugares del mundo. Incluso sigue asesorando pilotos del Dakar pero no los acompaña en las carreras. Este año fue entrenador de Sebastián Halpern.
“Es tiempo, dedicación, estar super entrenado, con Halpern, yo manejaba el vehículo, entonces dormíamos tres o cuatro horas y después había que manejar”, apuntó.
“En el Dakar de Argentina llevé el vehículo hasta Buenos Aires, después hacíamos entre 10 mil y 13 mil kms en 22 días manejando y tenés que saber manejar una camioneta doble tracción porque te metes a la arena y te quedas trabado, tenés que saber salir de ahí, es complejo, más complejo de lo que la gente ve por la tele”, resaltó.
Luego continuó el relato de sus experiencias: “En África es más complicado, hubo una etapa que hicimos 700 km en la arena con vehículos de asistencia y nos teníamos que bajar cada 10 minutos a inflar ruedas para que no se queden trabados y ahí en 500 km a la redonda no tenés nada, no hay hospitales, no hay agua, se arma y desarma la carpa todos los días”.
Difícil deporte de alto rendimiento
Fader hizo referencia a las dificultades que enfrentan los deportistas en Argentina y la región para llegar al alto rendimiento y por eso dijo, que son muy pocos, casi excepciones.
Mencionó que no se dedica a alto rendimiento porque es el 1% de la actividad: “Salvo en países desarrollados, no hay dinero, es imposible”.
“Es muy difícil para el deportista latinoamericano , no solo argentino, llegar al alto rendimiento, primero hay que tener condiciones, después otras cosas como la aptitud para entrenar y luego presupuesto y apoyo, pero Argentina tiene mucho talento”, opinó.
Explicó que un deportista de alto rendimiento persigue una posición a nivel internacional en un deporte, tiene un equipo interdisciplinario, son deportistas de élite. En este sentido señaló que hoy se confunde y hay deportistas amateur que entrenan mucho y se le dice alto rendimiento pero no lo son.
Dijo que en América Latina “no hay nada, no hay sponsor, hay poco, salvo algo en Chile que hay para motos (...) en Argentina es prohibitivo, no hay un centavo, para corredores menos”.
Agregó que el término alto rendimiento está muy bastardeado.
Resaltó que todo es a pulmón y los que llegan, como los Pumitas es porque hay apoyo de un club y de los padres. Otro ejemplo que dio es el de los futbolistas de grandes ligas, de los cuales la mayoría a ese nivel juega en Europa.