La muerte de un colectivero de 47 años, identificado como Carlos Román Bergano, enlutó la mañana del domingo último en Mendoza. Y el accidente causó una gran consternación, ya que en el mismo episodio resultaron heridos 17 pasajeros que viajaban a bordo del colectivo que guiaba Bergano y que chocó contra un árbol en el Parque General San Martín.
Por razones que aún no han logrado ser establecidas -el episodio está siendo investigado y aún restan los resultados de los peritajes-, el interno 123 de la línea 201 (Grupo 200) reportó una falla en el sistema de frenado, por lo que atravesó el cantero central de la rotonda de Avenida del Libertador y Las Tipas, y chocó de frente contra un árbol.
Según reconstruyeron algunos sobrevivientes, en los instantes previos al accidente -y que fueron sus últimos segundos de vida- el conductor intentó reducir al máximo las consecuencias del inminente e inevitable choque. Y, agregan, fue clave para que no haya más víctimas fatales.
“Hay que esperar a las pericias, por supuesto. Pero, por las características, puede haber habido fallas en el sistema de frenado, en la caja de velocidades y hasta no habría que descartar tampoco una falla humana”, destacó el mecánico y especialista en mantenimiento de colectivos, Walter Moyano.
“Si te vas quedando sin frenos, con una caja de esas, debería haber marcado la falla en el tablero. Y no sabemos si eso ocurrió. Habría que revisar una posible falla de caja automática”, destacó Moyano.
Además, resaltó que, por lo general, cuando el colectivo se va quedando sin frenos -por la falta de aire-, el coche debería ir frenándose solo.
“Es muy raro que no se haya activado tampoco el freno de emergencia, que es como un freno de mano”. agregó.
COLECTIVOS CON TRES TIPOS DE FRENADO
Las unidades del transporte público del Gran Mendoza (Mendotran) deben completar la verificación técnica cada 6 meses, y puntualmente la unidad involucrada en este trágico episodio la tenía en vigencia (vencía en marzo de 2025).
Cualquiera de estas unidades tiene tres sistemas de frenado. El principal es el sistema de frenos de aire, que funciona -como lo indica su nombre- por la presión del aire que activa los frenos cuando el conductor pisa el pedal. A lo largo de su funcionamiento, el aire se va almacenando en varios tanques de presión, mientras que es un compresor el encargado de presurizarlo en el motor.
En caso de que haya alguna fuga o falla en el sistema principal de frenado, los colectivos mendocinos cuentan con un sistema autónomo de frenado, que bloquea las ruedas. Es un sistema que no se activa manualmente, sino que se pone operativo de manera automática y siempre que haya una falla en el sistema principal de frenado de aire y se pierda la presión.
Como tercera alternativa, en el hipotético y desgraciado caso de una falla en estos dos sistemas -freno de aire y freno autónomo-, también las unidades cuentan con la posibilidad de un frenado manual, con características similares características a las del freno de mano de cualquier vehículo. Al activarse, se frenan las dos ruedas traseras.
Incluso, está hasta la posibilidad del frenado de emergencia con la caja y que consiste en ir rebajando velocidades con la caja de cambios.
En base a su conocimiento, el mecánico Moyano considera que no debería descartarse que haya fallas en la caja de velocidades -por ejemplo, que pueda haberse trabado-, ni tampoco una falla humana.
“Las pericias serán claves para confirmar qué pasó”, concluyó.
CÓMO ES LA VERIFICACIÓN TÉCNICA DE LOS COLECTIVOS EN MENDOZA
Las unidades del transporte público del Gran Mendoza (Mendotran) deben completar la verificación técnica cada 6 meses. Puntualmente, la unidad involucrada en este trágico episodio la tenía en vigencia (vencía en marzo de 2025).
A priori, los tres sistemas de frenado con que estaba equipada funcionaban con normalidad. O al menos es lo que se vislumbró cuando el colectivo salió a servicio a las 5:29 del domingo 10 de noviembre.
El director de Transporte de la Provincia, Luis Borrego, explicó que las verificaciones técnicas de los colectivos se hacen en los mismos talleres en los que se completan las de los autos particulares (RTO). Y que, por día hábil, se completan 10 de estas revisiones.
“Además, cada una de las empresas tiene sus propios talleres para hacer lo que es el mantenimiento preventivo de forma permanente, independientemente de la verificación técnica. Justamente por ello es que, como el control es constante, casi todas las unidades pasan la verificación técnica sin inconvenientes, ya que traen el mantenimiento preventivo”, resumió Borrego.
El funcionario y aclaró que es imposible hacer elucubraciones o sacar conclusiones del trágico choque del domingo hasta tanto no se tengan los resultados de las pericias que permitan determinar qué y por qué falló el colectivo y terminó estrellado contra un árbol.
“Puede suceder que haya alguna falla en un colectivo, Por eso la empresa y el propio chofer lo revisan todo antes de salir de la empresa. Y, de detectarse alguna falla, debe informar a la empresa. En ese caso, debe salir alguno de los vehículos de auxilio”, sintetizó el director de Transporte.
Entre otras tantas cosas, y para que reciban la habilitación semestral, a los colectivos se les exige durante el examen de verificación que la línea de pesado sea la correcta, así como también se controla la suspensión, la inyección, el sistema de frenado (el principal -de aire- y los dos de emergencia), las luces en general (altas, bajas y guiñes), y el estado de la carrocería.
También se revisa el estado de las cubiertas, que los asientos estén correctamente fijados al suelo y que no haya vidrios rotos. Al igual que en los vehículos particulares, se exige el matafuego reglamentario y que cuente con un sistema de balizamiento adecuado.
Además, ya por fuera de lo estrictamente mecánico, se corrobora que esté la unidad identificada con el color que corresponde (más que nada por un tema de control).
Si bien los talleres en los que se hace la verificación de los colectivos son los mismos que están habilitados para los vehículos particulares, no todos estos establecimientos cuentan con equipamiento para vehículos pesados. Por lo que, en la práctica, no son más de 3 los que concentran estos controles.
CONTROL A LOS MICROS EN MARCHA
Cuando la unidad sale a la calle, por medio de un sistema inteligente de transporte todos los colectivos del sistema Mendotran son monitoreados por GPS. A su vez, este sistema contiene una central de información y de comunicación con las centrales de cada uno de los grupos prestadores del servicio. En caso de problemas mecánicos, el conductor debe detener la unidad, suspender el recorrido y dar aviso a la empresa a través del GPS para que se envíe asistencia mecánica.
“El sistema de transporte público en el Gran Mendoza opera con 1.350 unidades todos los días. Además, hay cerca de 80 unidades de auxilio para todo el sistema y que salen a la calle ante algún desperfecto”, resumió Borrego.
Por día, en tanto, el Mendotran completa 8.000 recorridos en diferentes vueltas, lo que significa más de 200.000 vueltas al mes en el Gran Mendoza. En números más finos, se trata de 320.000 kilómetros recorridos por día. Y si de transacciones hay que hablar -viajes que se registran en el sistema SUBE- son más de 800.000 por día hábil.