Después de permanecer alrededor de cuatro meses y medio casi ajenos al coronavirus y todo lo que ello conlleva, el virus se instaló en el Sur mendocino en los primeros días de agosto y desde entonces no deja de expandirse.
Los datos que surgen de San Rafael, General Alvear y Malargüe, por un lado, generan un alto grado de preocupación porque la tasa de duplicación de casos pasó de 25 días a 16,4. Sin embargo, hay otra cifra que trae alivio: más de la mitad de los contagiados están fuera del sistema sanitario o recibieron el alta médica.
Entre los datos suministrados por el laboratorio Covid de la Región Sur hasta el viernes por la noche y las altas informadas ayer desde el hospital de Alvear y el de Malargüe, sobre 1.982 contagios confirmados desde el inicio de la pandemia, hay 1.073 pacientes recuperados y 42 fallecidos. Con lo cual hasta ayer había 867 casos activos, con San Rafael a la cabeza con 576, seguido por Alvear con 201 y 90 en Malargüe.
También hubo 109 casos, desde agosto hasta ahora, detectados por prueba de anticuerpos (serología) en San Rafael.
La tasa de letalidad del virus está dentro de los parámetros generales y en el Sur es del 2.3%.
Al igual que en el resto de Mendoza, entre el 80% y 85% de los pacientes no requieren internación y del porcentaje restante, sólo el 5% necesita una cama de terapia intensiva. De los enfermos que llegan a la UTI, entre el 70% y el 90% es conectado a un respirador.
Otro factor a tener en cuenta es que el mayor número de contagios se da entre la gente joven, que en promedio es el 70% del total de positivos. En los tres departamentos coincidieron en que el principal foco infeccioso son las fiestas o “juntadas”.
“En San Rafael, seguido por Alvear y Malargüe, venimos con un aumento progresivo de casos y eso no va a descender por ahora. El sistema viene exigido, respondiendo bien por ahora, con la situación de estrés y cansancio en el personal de salud pero en todo momento se trata de dar la mejor respuesta”, sintetizó Abel Freidemberg, coordinador del Ministerio de Salud en el Sur mendocino.
Dentro de las preocupaciones de las autoridades sanitarias están aquellos pacientes que tienen cobertura social y deberían recibir asistencia en las clínicas privadas pero que terminan en el hospital público.
En la última semana en San Rafael hubo un aumento del 20% de afiliados de PAMI y un 35% de afiliados de OSEP que ingresaron al hospital Schestakow. “En San Rafael la situación depende de que colabore en dar atención PAMI y también OSEP a sus afiliados, pero últimamente aumentaron en forma brusca los pacientes que utilizan camas hospitalarias (teniendo la de las dos obras sociales) y ponen en problemas a la gente que no tiene cobertura social”, sostuvo Freidemberg.
De los tres departamentos sureños, San Rafael fue desde el principio el más restrictivo. Sin embargo, el virus se instaló igual y avanza a diario. Ante esta situación, el funcionario del Ministerio de Salud evitó los pronunciamientos de corte políticos y se limitó a la cuestión sanitaria. “Hay que ser conscientes de que el virus llega a todos lados, y lo ha demostrado, pero si cumplimos con las medidas de prevención contribuimos a parar esto. Nada suplanta al autocuidado”, afirmó Freidemberg.
Ocupación
Hasta el fin de semana en el hospital Schestakow, de 11 camas de terapia intensiva destinadas a pacientes con Covid estaban ocupadas siete y de 47 camas con oxígeno para pacientes entre moderados a graves, 41 eran utilizadas.
En el hospital Enfermeros Argentinos, de Alvear, había 15 pacientes internados en los pabellones Covid (hay 26 salas habilitadas) y en terapia intensiva, de nueve camas disponibles había cinco ocupadas.
En el hospital Regional de Malargüe, de las seis camas de terapia intensiva, cinco estaban ocupadas con pacientes Covid. En tanto, de las 24 camas del sector clínica Covid, 11 estaban con pacientes. La Unidad de Terapia Intensiva en las próximas horas recibirá dos camas más, adquiridas con fondos de la Municipalidad de Malargüe.
Resultados más rápidos
En la semana que está por comenzar se implementarán en el Sur provincial los test rápidos de detección de antígenos con una especificidad del 100% y una sensibilidad del 96%.
La practicidad de los nuevos test es que no requieren de un biólogo molecular o un virólogo y se pueden hacer hasta en los centros de salud.
“Son exclusivos para detectar Covid-19 en pacientes sintomáticos. Prácticamente el paciente se va a poder retirar de la consulta con el resultado en la mano”, afirmó Abel Freidemberg.
Para sumar rapidez a la detección temprana de contagios de coronavirus, está cerca la puesta en marcha de un laboratorio en San Rafael que se sumará al que ya existe en el hospital Schestakow. La comuna aporta el equipamiento y la provincia el personal técnico. En este caso va a trabajar “con un método isotérmico, distinto al que se emplea en el Schestakow. Este método es de lectura más rápida y hasta más económica que los que se hacen actualmente. Va a contribuir mucho más al diagnóstico”, apuntó el funcionario consultado.
Otro beneficio que trae aparejado es que disminuirá notablemente los gastos en logística porque “es mucho lo que se invierte en el traslado de las muestras, las distancias en el Sur son considerables”, sostuvo el médico.
Para debatir
Dentro de los casos positivos que se detectan a diario, el personal de la salud no está excluido. Sin embargo, subyace un dato que si bien es medible por las estadísticas, adquiere mayor peso por el solo hecho de mirarlo al trasluz del sentido común y que además puede poner en debate hasta dónde sirven las prohibiciones.
Los contagios en el personal de la salud no se produjeron prestando el servicio a pacientes con coronavirus, sino que en todos los casos ocurrieron fuera del ámbito laboral.
“Está a la vista que los protocolos funcionan bien; nadie se contagió atendiendo pacientes, lo hicieron afuera”, apuntan. A partir de esa afirmación que corroboraron las autoridades sanitarias, un profesional hizo una deducción y lanzó un pensamiento en voz alta: “El mayor contagio está en los jóvenes y lo más común es que el hijo lleve el virus a la casa y de ahí se contagian los demás, como ha pasado con el personal de salud. Me pregunto ¿hasta dónde sirven las prohibiciones, que en muchos casos generan reacciones adversas, como con las reuniones? ¿Por qué no hacerlas pero con protocolos? De una forma u otra, al final todo recae en el cuidado personal”, se sinceró el médico.
Sorpresa y molestia en el Valle de Uco por el regreso al aislamiento
La sorpresa aún invade a Gustavo Soto, intendente de Tupungato, desde que su departamento junto a Tunuyán y el Gran Mendoza quedaron comprendidos dentro del DNU que firmó el presidente Alberto Fernández retrocediendo a esas zonas a la fase de aislamiento social.
“No alcanzo a entender y ni siquiera me da para pensar que sea una cuestión de diferencias partidarias. Creo que tomaron mal la información o se evaluó equivocadamente. No le escapamos al resto de lo que le pasa en Mendoza pero Tupungato es el que menos contagios tiene en el Valle de Uco”, se quejó el jefe comunal.
Más allá de los casos positivos que se dieron en la región, Soto aseguró que el sistema sanitario “está respondiendo bien” en su departamento.
Según los datos suministrados por las autoridades sanitarias, hasta el jueves había 3.558 casos positivos confirmados en Valle de Uco. Tunuyán encabezaba la lista de contagios con 1.812 casos, seguido por San Carlos con 889 y Tupungato con 814.
A diferencia de lo que ocurre en otras zonas de Mendoza, en el Valle de Uco la única terapia intensiva está en el hospital Scaravelli, en Tunuyán. “Ahora tiene 9 camas (la UTI) pero siempre estamos buscando para aumentar la capacidad”, confió Rodolfo Guillén, coordinador del Ministerio de Salud en esa zona.
Sobre el sistema, el funcionario reconoció: “Está bajo mucha tensión, muy al límite del esfuerzo, pero estamos dando respuesta. Las camas hasta ahora han sido suficientes aunque hay un alto nivel de ocupación, ronda entre el 85% o 90%”.
Por lo general, los pacientes que llegan a la internación tienen entre 55 y 60 años “y de ahí para arriba pero también hay pacientes más jóvenes pero porque tienen una patología de base”, agregó Guillén.
“No da para más, no se puede vivir eternamente encerrados. O nos mata el hambre o el coronavirus”, reflexionó el intendente Soto.
Pero el jefe comunal no se quedó allí y para este Día de la Madre defendió la decisión que había tomado el gobernador Rodolfo Suárez cuando habilitó las reuniones familiares y luego la revirtió el DNU presidencial. “Uno puede tomar cualquier medida en un papel, desde una oficina, pero la aplicación en la realidad es donde empiezan los problemas. Va a generar problemas (el Día de la Madre) este fin de semana, la gente se va a juntar igual, no se puede tapar el sol con las manos. La gente está harta con las restricciones y el Estado ya no tiene capacidad de control. Además nos preocupamos más por seguir una fiesta clandestina y no al delito. Esto llegó para quedarse por eso hay que cumplir los protocolos y lo demás va en la responsabilidad de cada uno”, concluyó.