Son 20 días durante los que, en la práctica y en el día a día, no hay diferencias ni jerarquías delimitadas. Son todos pares, seres humanos con un objetivo claro: aprender de convivencia, camaradería y empatía. Son 20 días en los que calentar el agua para preparar algo de desayuno puede tomar hasta 3 horas, por lo que hay que tener paciencia. Y disciplina. No, no es un reality show ni uno de esos programas documentales que abundan en la televisión o el streaming.
“La cumbre del Aconcagua es una anécdota, un premio”, resume el coronel Arnaldo Miguel Sara, segundo comandante de la Brigada de Montaña 8. Y es precisamente esta repartición del Ejército Argentino la que coordina, año tras año, la Expedición Aconcagua, una misión que se repite cada mes de enero y en la que –personas más, personas menos- cerca de 200 integrantes de la fuerza (militares y civiles) participan de una travesía que comienza en noviembre –y antes también- y que llega a su fin en marzo, cuando culminan las actividades estivales que tienen como escenario toda la Cordillera de los Andes mendocina y que incluye diferentes cerros de entre 4.000 y 6.000 msnm.
“La esencia es entrenar la camaradería, el trabajo en equipo y la disciplina. A veces hay que sacrificar la cumbre en aras de la camaradería, porque uno tiene que regresar con el compañero que está mal, incluso sin que esa persona llegue a estar mal. A veces, uno ve que tiene frente a sus ojos la cumbre, pero la otra persona necesita bajar. Y hay que bajar con ella, Es una escuela a cielo abierto de disciplina y que forma el carácter”, agrega Sara.
Esta temporada, la Expedición Aconcagua de la Brigada de Montaña 8 comenzó el 6 de enero y llegará a a su fin –operativamente hablando- mañana, jueves 26 de enero. Entre personal militar, de logística, sanidad, comunicación, transporte y de patrulla de rescate, son casi 200 las personas que están participando en las distintas cordadas dentro del Parque Provincial Aconcagua. Por ejemplo, entre los participantes de la edición actual hay hasta un capellán, quien también se ha propuesto hacer cumbre en el cerro. Pero que, además, es el encargado de dar misa cada domingo a todos los participantes.
“Toda la preparación de la Expedición Aconcagua y de todas las actividades estivales terminan sirviendo para aplicar en distintas situaciones de asistencia a civiles. El martes al mediodía, por ejemplo, un helicóptero Lama del Ejército que se encuentra en Puente del Inca salió al rescate de un médico de Carabineros de Chile que se perdió en el Cerro Nevado del Plomo y que sufrió un edema pulmonar. Este cerro se encuentra más al sur del Aconcagua. Y parte de la preparación que se hace en la Expedición Aconcagua y en otros operativos apunta a preparar al personal para poder participar de estos episodios”, agrega el coronel Sara.
La asistencia a personas varadas en Alta Montaña en medio de un temporal, la intervención temprana ante un accidente o tragedia e, incluso, las primeras tareas para liberar la calzada –por ejemplo- cuando un camión queda atravesado en la ruta congelada (algo que ocurrió el invierno pasado) son otras de las intervenciones en las que, por lo general, la Brigada de Cazadores de Alta Montaña 8 “Teniente Ibáñez” participa como primer protagonista. Y son para estas tareas –entre otras- para las que se preparan con estas expediciones.
“La prioridad número uno del Ejército es prepararse para las actividades operacionales. Sin embargo, en el mismo contexto de esa preparación, puede llegar a surgir un evento de emergencia civil, por lo que todo se supedita a salvar la vida de esa persona. Y recién una vez culminada esa tarea, se retoma la preparación operativa”, resume el segundo comandante de la Brigada de Montaña 8.
A modo de ejemplo, además del rescate del camión atravesado en la Curva de la Soberanía del año pasado, Sara enumeró las intervenciones durante los aludes de barro y la tragedia del colectivo de Turbus en Horcones (registrada en febrero de 2017 y donde murieron 19 personas) “Somos los primeros en intervenir porque estamos en el lugar. Las patrullas de rescate del Ejército están a disposición del requerimiento de cualquier actividad civil, por lo que suelen participar en los distintos operativos de rescates o asistencia”, acota.
Siempre listos
Si bien la más ambiciosa de las expediciones de la Brigada de Montaña 8 es precisamente la del Aconcagua, el 15 de noviembre comienzan las actividades para prepararse y aclimatarse. No solamente para salir al Coloso de América, sino también para estar “siempre listo” ante cualquier emergencia en la que deban participar en la siempre hostil cordillera.
Incluso, los exámenes médicos y preparativos logísticos se adelantan un año, para que nada quede librado al azar en lo que a preparación se refiere. Si luego la naturaleza o el Aconcagua tienen otros planes en mente, eso ya es imposible de manejar o anticipar. La predisposición espiritual, anímica y económica también comienza a prepararse un año antes.
“Las actividades de preparación de verano se extienden entre el 15 de noviembre y el 15 de marzo. Son todas en la montaña, aunque en distintos niveles. En esos 4 meses se llevan adelante actividades de ascensiones, de reconocimiento, de mantenimiento de refugios y de la veranada (llevar al ganado a pastar a las alturas). Todo se hace en los campos de pastoreo y en los refugios del Ejército, lo que no quiere decir que no estén abiertos a todo el mundo en caso de que se necesite. El Ejército no es más que un eslabón, pero los montañeses del mundo suelen dedicarse con pasión a la actividad”, destaca Sara, quien agrega que los 20 días de enero que se dedican al Aconcagua suelen coincidir con la mejor ventana.
La Expedición Aconcagua es apenas un peldaño más –el más alto- en toda la preparación. Sin embargo, la brigada se está preparando en la montaña todo el tiempo. En lo que va de la temporada, por ejemplo, personal militar ha registrado 69 cumbres en el Aconcagua, pero en total contabilizan más de 500 cumbres en todos los cerros de entre 4.000 y 6.000 msnm. El año pasado, en tanto, la Brigada 8 tuvo 1.060 cumbres en toda la cordillera.
“La preparación de los grupos consta de distintas etapas y comienza en los meses de noviembre y diciembre, con todo lo que se considera aclimatación. Se comienza con cerros de 4.000 y 5.000 msnm, para ir viendo cómo se trabaja ante la falta de oxígeno, por ejemplo. El Cerro Plata es uno de estos primeros cerros. En base a esto, se elabora la matriz de riesgo de cada persona”, se explaya Sara.
En qué consiste la Expedición Aconcagua
La primera vez que el Ejército Argentino llevó adelante la llamada Expedición Aconcagua fue durante la década de 1930, en la época del teniente Nicolás Plantamura al frente de la Brigada de Montaña 8. De hecho, Plantamura se convirtió en el primer militar en hacer cumbre en el Aconcagua.
Durante la misión –que, dependiendo de las características se extiende a lo largo de entre 20 y 25 días-, los expedicionarios tienen como objetivo “probarse” en la altura. Por ello mismo realizan trabajos de porteo de carga a los diferentes campamentos (Cólera, Nido de Cóndores y refugio Berlín, entre otros). Se encargan de llevar agua, medicamentos, abrigo extra y comida de altura.
“Esas cosas se llevan para la misma expedición o bien para quien lo necesite. Si hay un civil que necesita comida, medicamento o asistencia, se suspende la preparación operativa y se prioriza su bienestar. La prioridad es la persona, siempre, y no la cumbre”, insiste Sara.
La primera fase –de preparación- se lleva adelante en el cuartel de la Compañía Cazadores de Alta Montaña 8, ubicada a 2.750 msnm. Allí se controlan los parámetros y la preparación de cargas antes de partir. De allí parten caminando hasta Plaza de Mulas, el primer campamento dentro del Parque Provincial Aconcagua, con una detención intermedia en Confluencia. Ya en Plaza de Mulas se evalúan una vez más las condiciones del personal para continuar a los otros campamentos y refugios, y así continuar con el objetivo de “atacar” la cumbre.
Claro que esos preparativos son parte de un plan e, indefectiblemente, pueden llegar a sufrir modificaciones impulsadas –principalmente- por las condiciones meteorológicas y el estado de aptitud de la expedición.
Algunos números de la Expedición Aconcagua y otras
-Entre 4.000 y 5.000 msnm es la altura de los cerros incluidos en las actividades estivales de la Compañía de Cazadores de Alta Montaña 8.
-Más de 500 persona han hecho cumbre en distintos cerros en lo que va de la temporada.
-20 días dura la Expedición Aconcagua.
-Más de 200 personas han participado de la Expedición Aconcagua 2023.
-69 expedicionarios hicieron cumbre en el Aconcagua.
-El Ejército cuenta con 2 helicópteros, entre 35 y 40 mulas y el porteo a cargo del propio personal. El Ejército tiene sus propios campamentos, carpas y equipamientos.
-A partir de 2003, todas las actividades quedaron nucleadas en la Compañía de Cazadores de Alta Montaña 8.
Anteriormente, cada cuartel iba al Aconcagua cuando quería/podía (entre diciembre, enero y febrero). Pero a partir de 2003, con la finalidad de disminuir posibilidades de accidentes, se reunieron todas las compañías en una única expedición.