Mendoza retornó este lunes por la mañana a la presencialidad absoluta, luego de la suspensión de esta modalidad como consecuencia de la pandemia de coronavirus. Transcurrieron 504 días desde la suspensión y el traslado del dictado a clases a la modalidad virtual -primero- y luego a la bimodalidad -combinando clases presenciales con online-, pero esta mañana algunos niveles de Mendoza retomaron a la presencialidad absoluta.
Se trata de 169.000 chicos de 4 y 5 años y de primero, segundo y tercer grado de todos los colegios mendocinos. Al tratarse de presencialidad absoluta, esto significa que acudirán a clases con total normalidad, como antes de la pandemia; aunque respetando los protocolos de seguridad y sanitario básicos y previstos a raíz del Covid-19.
La escuela 1-098 Carmen Ponce de Videla, ubicada en Ciudad de Mendoza, es una de las 1.200 escuelas en que esta mañana retornó la presencialidad. Y hasta allí llegaron los niños de primero, segundo y tercer grado -acompañados por sus padres- y con mucha expectativa por el retorno. Incluso, las autoridades del establecimiento destacaron que la asistencia en el turno mañana fue “perfecta”.
Presencialidad absoluta, por tandas
Cuatro meses y 13 días transcurrieron desde el 15 de marzo de 2020, momento en que el presidente Alberto Fernández dispuso la suspensión del dictado de clases presenciales en todo el país. Al igual que ocurrió con el aislamiento, en un principio fue anunciado solamente por 14 días, pero la evolución y el avance de la pandemia fueron extendiendo la medida. De hecho, aunque Mendoza retomó hoy la presencialidad absoluta, en la mayoría de provincias argentinas no han vuelto a las aulas de forma presencial y sostenida todavía.
El regreso a la presencialidad absoluta en el resto de los niveles se hará de forma paulatina y escalonada, según indicaron desde la DGE.
Cómo se hará
A través del Memorándum 222 la DGE estableció las condiciones del retorno a clases mientras que en un anexo agrega el Protocolo Marco Provincial actualizado.
Según establece, los centros educativos deben asegurar el cumplimiento de la distancia física mínima (distanciamiento social) entre todos los integrantes de la comunidad educativa. Para ello, de ser necesario, deberán redistribuir los espacios dentro de las aulas y en otros lugares de trabajo.
Deberán evitarse aglomeraciones mientras que la institución realizará un seguimiento de los motivos de ausencia de los estudiantes.
Se podrán utilizar espacios distintos al establecimiento educativo para el desarrollo de clases presenciales, tales como polideportivos, clubes, museos, bibliotecas y otros.
Además, se deberá preservar durante los recreos la distancia interpersonal de 2 metros, el aislamiento de los distintos grupos de estudiantes, el uso correcto de tapabocas todo el tiempo, la higiene de manos y otras medidas preventivas.
“Las/os niñas/os menores de 2 años de edad se encuentran exceptuados del uso de tapabocas. Las/os niñas/os de salas de 3 a 5 años de edad que cuenten con la autonomía suficiente para colocarse y quitarse el tapabocas por sus propios medios, deberían usarlo durante todo el tiempo que sea posible, en términos generales y de forma continua, excepto para comer, beber y realizar actividad física”, determina el protocolo.
También estará limitada la cantidad de estudiantes para el ingreso a los baños.
En caso de que un estudiante comience con síntomas compatibles con Covid-19 durante su jornada escolar, será trasladado a un espacio físico destinado para aislamiento transitorio. No deben asistir a la escuela los casos sospechosos de Covid-19 hasta que se descarten, los casos confirmados, los contactos estrechos de caso confirmado hasta que pasen 14 días del último contacto con un caso confirmado y los contactos estrechos de caso sospechoso.