Tras confirmarse que mientras estuvo como tutor en el Colegio Del Salvador (en Buenos Aires) el religioso jesuita César Fabián Fretes abusó sexualmente de -al menos- 10 alumnos de esa institución, las autoridades de la Compañía de Jesús dispusieron que Fretes sea trasladado a Mendoza en 2003. En simultáneo iniciaron una investigación -que derivó la expulsión de Fretes en 2007-, pero también impusieron una orden de restricción para que Fretes no estuviera en contacto o cerca de niños mientras permaneció dentro de la orden Mendoza. Esta disposición nunca se convirtió en una legalidad formal, sino que fue más bien una consigna administrativa interna con la que se pretendía que el hermano jesuita no estuviera en las instalaciones del Colegio San Luis Gonzaga (perteneciente a los jesuitas de Mendoza y ubicado en el mismo predio) ni en otros espacios frecuentados por niños o niñas.
Y si bien en Mendoza no hay denuncias -hasta el momento- de posibles abusos cometidos por Fretes (quien falleció en 2015), un ex alumno del Colegio Del Salvador confirmó a Los Andes que él mismo fue testigo de cómo Fretes siguió en contacto con chicos que participaban de campamentos o retiros de los jesuitas en Mendoza.
“En 2005 vinimos de Buenos Aires a Mendoza con mis compañeros del Colegio Del Salvador. Estuvimos en la Ciudad de Mendoza y en San Rafael, en el Atuel donde fue el campamento. Y recuerdo que el último día, cuando estábamos por subir al micro para volver a Buenos Aires, apareció César (Fretes) para saludarnos y saludar a la gente del colegio que había viajado desde Buenos Aires. No sé si alguien lo llamó para avisarle dónde estábamos o cómo fue, pero yo mismo fui testigo de que él fue a vernos y saludarnos a todos”, resume este hombre a Los Andes, quien prefirió no ser identificado con su nombre y apellido, pero que completó el primario y el secundario en el Colegio Del Salvador, ubicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“No sé si eso se repitió alguna otra vez, con otro grupo que haya venido. Pero sí te puedo decir que, al menos una vez -y que yo lo vi- él siguió estando en contacto con chicos del mismo colegio del que lo habían trasladado luego de los abusos”, insiste el exalumno.
El hermano Fretes y su visita a los chicos que viajaron de Buenos Aires
Hace un par de semanas, dos de los alumnos que fueron víctimas de los abusos de Fretes cuando ellos estaban en sexto grado del colegio porteño y el religioso se desempeñaba como tutor se animaron a dar detalles sobre los episodios que vivieron en 2002. Se trata de Pablo Vio y Gonzalo Elizondo, quienes tenían entre 10 y 11 años cuando fueron víctimas. De acuerdo a sus relatos, Fretes les hablaba de temas incómodos relacionados sexualidad y masturbación e, incluso, a uno de ellos lo masturbó mientras estaba durmiendo en su cama y durante un retiro.
Los jóvenes, acompañados por el abogado mendocino Carlos Lombardi, realizaron recientemente -además- un reclamo administrativo al establecimiento y a la Comunidad Jesuita que incluye, entre otras cosas, una reparación económica por un monto millonario. Mientras que desde la propia comunidad reconocen que hubo, al menos, “10 o 12 víctimas”, los jóvenes que contaron públicamente su padecimiento dicen que han recopilado cerca de 20 testimonios de la misma cantidad de alumnos que sostienen haber sido abusados por Fretes.
Luego de que Vio y Elizondo expusieran lo ocurrido a las autoridades del Colegio Del Salvador -fue algo interno y no hubo denuncia judicial en ese momento-, las autoridades dispusieron en 2003 el traslado de Fretes al templo y a las dependencias jesuitas de Mendoza y con la mencionada orden de restricción de acercarse a niños o niñas. El campamento del que habla el exalumno consultado por Los Andes se celebró en 2005, justamente dos años después de que Fretes llegara a Mendoza y dos años antes de que se decidiera su expulsión de la comunidad y su dimisión como hermano religioso (decisión que fue adoptada desde el Vaticano y por el padre superior de los Jesuitas a nivel mundial).
“Recuerdo muy bien el momento en que apareció y nos saludó a todos. Nosotros éramos chicos y estábamos en otra, por lo que mucha importancia no le dimos. Como era la última noche habíamos salido a caminar por el centro y comprar lo que quisiéramos llevarnos a Buenos Aires. Pero cuando volvimos a donde nos estaba esperando el micro, vi que estaba César (Fretes) y que se había acercado a saludarnos. Y estuvo un largo rato con nosotros”, describe el hombre, quien cuenta que en ese momento él y sus compañeros estaban en cuarto año del secundario, por lo que los adolescentes que estaban en el lugar tenían entre 16 y 17 años.
Incluso, durante ese mismo viaje de Buenos Aires a Mendoza aprovecharon los alumnos del Colegio Del Salvador para cruzar a Chile y participar de la beatificación de un cura jesuita que había vivido en Chile.
Los abusos de Fretes
César Fabián Fretes vivió sus últimos años en Mendoza. Desde 2003, cuando llegó trasladado mientras se lo investigaba en Buenos Aires y hasta 2015, cuando falleció como consecuencia de un cáncer que padecía. En 2007 fue expulsado de la Compañía de Jesús luego de confirmarse que había cometido, al menos, una decena de abusos a alumnos del Colegio Del Salvador. Pero no regreso a Buenos Aires, sino que se quedó en Mendoza, donde tenía familia.
Luego de que se conocieran las historias de los dos ex alumnos que hicieron el reclamo administrativo al colegio y a la comunidad religiosa y que se supiera que el acusado había recalado en Mendoza, el delegado del provincial para Prevención de Abusos Sexuales de la Comunidad Jesuita en Argentina y Uruguay, Álvaro Pacheco destacó a Los Andes que Fretes fue trasladado a esta provincia para que no haya entorpecimientos en la investigación interna. Además, informó que a Fretes le asignaron tareas en la sede central de la comunidad en Mendoza (manzana comprendida entre calles San Martín, Colón, 9 de julio y San Lorenzo, en el centro) y que tenía la mencionada restricción para acercarse a menores de edad y, especialmente, al colegio San Luis Gonzaga.
“No existen denuncias en Mendoza, lo que puede hacernos pensar que se cumplieron las restricciones con que se lo trasladó”, destacó Pacheco hace unos días a este diario, y resaltó que Fretes estuvo en el colegio porteño entre 1999 y 2003 donde, a diferencia de sus últimos años en la orden y ya en Mendoza, tuvo roles educativos y de contacto con los chicos. Pero el testimonio del exalumno que estuvo con él durante el campamento en Mendoza en 2005 demuestra que Fretes si mantuvo contacto con más chicos, por lo menos en una oportunidad más.
Durante los últimos días se conoció además otra novedad sobre las funciones que desempeñó Fretes en Mendoza, por fuera de este reciente testimonio. Y, si bien siguen sin haber denuncias contra él en la provincia, hay evidencia de que las funciones administrativas de Fretes dentro de la compañía en suelo mendocino no se limitaron exclusivamente al templo central. De acuerdo al listado de curas y religiosos que estuvieron en la sede de Jesuitas en Mendoza en 2004 -con información de la Arquidiócesis de Mendoza-, César Fabián Fretes se desempeñó como “ministro. Ecónomo” y quien “colabora en la Parroquia Virgen de los Pobres”.
Entre los denunciantes esto genera ciertas dudas, a tal punto de que no se sienten en condiciones de descartar que Fretes haya estado en contacto con más niños o niñas en esa parroquia (ubicada en el Barrio San Martín, de Ciudad), lo que hubiese implicado un nuevo incumplimiento en la restricción de acercamiento. En especial porque a la parroquia asisten vecinos de la comunidad, entre ellos familias enteras y niños de una escuela ubicada a menos de 10 cuadras del lugar.
Ante esta novedad, el delegado de los Jesuitas, Álvaro Pacheco destacó hace algunos días que “puede ser que (Fretes) fuera a misas dentro de la parroquia los fines de semana”, aunque insistió en que -incluso en esta dependencia- debería haber seguido cumpliendo la prohibición de acercarse a menores.
“El hecho de que haya estado colaborando en la parroquia no lo eximía de su prohibición de acercarse a niños, por lo que es algo que debería haberse seguido y controlado en ese momento. Porque, además, cerca del lugar está la escuela Padre Llorens, y había muchos niños en la zona”, agregó Pacheco, quien insistió en que no hay denuncias contra Fretes mientras estuvo en Mendoza ni en la compañía en Mendoza, ni en la Justicia ni en el Arzobispado.
“Como ‘Ministro’, él se ocupaba de cosas administrativas, así se le llama a las funciones tales como el orden, la cocina, abrir la puerta. Pero él no se podría haber desempeñado como párroco, ya que no era cura. Y tampoco debería haberse podido acercar a niños”, destacó el vocero de la compañía. E invitó a que si existen personas que hayan sido víctimas de Fretes en Mendoza, realicen la denuncia.
César Fabián Fretes nació en 1970. En 1988, con 18 años ya cumplidos, ingresó al seminario de los jesuitas, donde permaneció entre 7 y 8 años. Al momento de ordenarse como religioso, lo hizo como “hermano” y no como “sacerdote” de la Compañía de Jesús. Esto le permitió llevar adelante distintas tareas administrativas, pero no confesar. No obstante, para los “hermanos” también se mantienen los votos de castidad.
Precisamente como hermano se desempeñó durante 19 años dentro de la Comunidad Jesuita, primero en Buenos Aires y luego en Mendoza. En 2002, mientras Fretes desempeñaba funciones dentro del ámbito educativo del Colegio Del Salvador, una serie de denuncias por abusos sexuales cometidos contra niños que estudiaban en el colegio de varones lo ubicaban como autor.
Fretes tenía 37 años cuando perdió su estado clerical y se quedó en Mendoza hasta que en 2015, con 45 años murió como consecuencia de un cáncer que padecía. Sus últimos años fueron de mucho padecimiento, precisamente a raíz de su complicada situación de salud. Y él mismo lo evidenció en su cuenta de Facebook, donde mantenía al tanto a sus amigos y conocidos sobre su estado de salud.