Investigadores de la Universidad de Cambridge y del Imperial College London publicaron un estudio en Proceedings of the Royal Society con una herramienta online para calcular el riesgo de contagio de Covid-19 en interiores.
Allí se puede introducir distintos parámetros como las medidas del comercio, la ventilación o el porcentaje de infectividad de los ocupantes. De hecho, se está utilizando en la práctica en los departamentos de la Universidad de Cambridge.
No obstante, este no es el primer método que se usa para medir el riesgo de contagio en lugares cerrados. Para el público en general quizá sea más ilustrativa y sencilla la herramienta online elaborada por científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y que acompaña también a un estudio publicado ahora en PNAS.
Aunque todavía no está disponible en español, la herramienta permite introducir las unidades de medida (sistema métrico, en nuestro caso), el modo (básico o avanzado), el tipo de local, lo que hace la gente (si llevan mascarilla o no, si hablan, cantan…), el grupo de edad y la variante del virus (la original de Wuhan o la británica).
Una vez ingresados los datos, la herramienta tira el resultados de cuántas personas y durante cuánto tiempo serían aceptables para evitar el contagio.
Además, estima el tiempo máximo permitido para un número de personas que podemos elegir, y cuántas personas serían admisibles para un tiempo que también podemos elegir; todo ello, claro, suponiendo que en el local hubiera una persona infectada.
Sin barbijo
Por ejemplo, para un restaurante, hablando y sin mascarillas, suponiendo 25 personas en el local, estamos en riesgo si permanecemos más de 51 minutos.
Con 100 personas, bastarían 15 minutos para contagiarnos. Incluso con solo 10 personas en el local, el límite de seguridad serían 2 horas. Cabe destacar que estos ejemplos están pensados con la variante británica del virus.
Con barbijo y el caso de las escuelas
Los locales donde se usa barbijo en todo momento son notablemente más seguros: en el aula de una escuela con 25 niños, los niveles se mantienen por debajo del riesgo durante 38 horas.
Si además no se habla, como suele ocurrir en el transporte público, aún mejor: en un vagón de tren, esa situación que tanto terror injustificado causa, con mascarillas y sin hablar haría falta que lo ocuparan 50 personas durante 12 días seguidos para que se alcanzaran los niveles de riesgo de contagio; 14 días para el caso de un avión comercial.
En cambio y aunque la herramienta no ofrece una opción específica de gimnasio, un aula con 25 personas haciendo ejercicio sin mascarilla se convierte en un riesgo de contagio a los 13 minutos. Con mascarillas, el riesgo desciende drásticamente: 5 horas para esas mismas 25 personas.