Un gran porcentaje de los estudiantes que repiten una o más veces un año no adquieren los aprendizajes esperados. Además, los estudiantes que siempre pasan de año alcanzan en mayor medida resultados satisfactorios o avanzados respecto de aquellos que han repetido.
Son parte de las conclusiones a las que ha llegado la Dirección General de Escuelas (DGE) al analizar los últimos datos obtenidos en relevamientos. Además, y en este punto se amparan, está a tono con lo que sostienen abordajes realizados fuera del país y organismos internacionales.
“Hay una guerra con la repitencia: si sirve, si no sirve, no quiero entrar en esa discusión -sostuvo el director General de Escuelas, José Thomas- pero en lo que no hay duda es en que los chicos que repiten no logran aprender y eso es lo que tenemos que resolver. Si es con otro formato de repetición u otro formato de régimen académico es el debate que tenemos que tener”.
Dijo que los datos están mostrando de manera contundente que no están aprendiendo
Escasos resultados
En el marco del Plan Provincial de Información Educativa, la DGE elaboró un informe a partir de dos operativos de evaluación provinciales realizados durante 2021 y 2022. Se tomaron el Censo de Fluidez Lectora y el Relevamiento Provincial de Aprendizajes (RPA) y las Pruebas Aprender que son nacionales.
Aunque se observa un escenario similar de bajo rendimiento en repitentes, en términos generales, los resultados académicos de los estudiantes que repiten son más bajos en la provincia que en la media del país. En Mendoza, entre los alumnos de sexto grado que repitieron una vez, 73% no supera el nivel básico en Lengua mientras que esa proporción es de 69,2% en el país. Entre quienes repitieron dos veces, 79,7% no lo supera a nivel local, versus 73,5%. En definitiva, en ese segmento solo dos o tres estudiantes logran un nivel satisfactorio o avanzado.
“En Mendoza no se verifica que la repitencia genere mejores resultados, ya que, si se compara el rendimiento de los/as estudiantes que han repetido al menos una vez con los que nunca han repetido, se observa que los primeros se encuentran en mayor proporción por debajo del nivel básico”, expresa el informe. “Por otra parte, los/as estudiantes de niveles socioeconómicos bajos se encuentran en mayor proporción en el nivel de desempeño ‘por debajo del nivel básico’ en comparación de estudiantes de nivel socioeconómico medio y alto”, agrega.
Expresa además que los resultados de Aprender 2021 van en el mismo sentido. De acuerdo a los resultados, se concluye que el hecho de que la relación sea negativa, implica que si el estudiante repitió al menos una vez en sus trayectorias educativas tiene menos posibilidades de tener un buen desempeño en Lengua y Matemática.
Los datos de la DGE reflejan que de los estudiantes que han repetido al menos una vez, la mayoría se encuentra y se mantiene en el grupo de menor desempeño.
Entre quienes han repetido al menos una vez, en nivel primario, 77% obtiene un bajo desempeño en Lengua y 92% en Matemática.
En secundaria 94% presenta la misma situación en Lengua y 97% en Matemática.
Bajo rendimiento en lectura de los repetidores
Para las autoridades educativas, hay una relación directa entre la lectura y el desempeño escolar. Una de las apuestas fuertes ha sido el censo de fluidez lectora que defienden como un gran recurso, en el que se cuenta cuántas palabras leen los alumnos en un determinado tiempo y su mejora a través de los meses. Aunque hay quienes han cuestionado que esta estrategia sea útil en términos de comprensión y mejora académica, para Thomas se trata de un primer escalón necesario y como parte de un abordaje más amplio que requerirá de otras herramientas.
Para la DGE, la fluidez lectora es un predictor de los resultados del RPA.
Y para reflejar apelan a los números obtenidos. Al realizar un cruce entre el censo de fluidez lectora y el desempeño académico se aprecia una vinculación entre quienes tienen magros resultados en ambos.
En estudiantes de 7° grado de primaria y 1° año de secundaria en 2021 y que han repetido el año escolar al menos una vez en su trayectoria, la mitad (54%) se encuentra en estado crítico. Los resultados obtenidos por la DGE reflejan que además, 44% tiene desempeño básico o medio y sólo 2% llega a un nivel avanzado. Es decir que 98 alumnos de cada 100 no logran superar el nivel medio.
En primaria, entre quienes obtuvieron un desempeño crítico o básico en fluidez lectora, 85,4% obtuvo bajo desempeño en el relevamiento de aprendizajes. Esa proporción desciende entre quienes mostraron un nivel medio o avanzado en lectura, ya que entre ellos 54,5% expresó bajo desempeño en el RPA.
En tanto, en la secundaria, el escenario fue similar: 80,4% y 50,5% respectivamente.
En el informe se remarca esta situación: “8 de cada 10 estudiantes que están en un nivel crítico o básico de fluidez lectora se encuentran en los grupos de bajo desempeño en el RPA. Esto muestra una clara relación entre los resultados de ambos relevamientos; lo que indica la importancia de focalizar en la mejora de Fluidez Lectora”.
Causas de repitencia escolar y estrategias
En este punto cabe preguntarse por qué no se obtienen resultados con la repitencia, sobre lo cual Thomas consideró que se trata de algo multicausal. Enumeró que por un lado no visibiliza el problema particular del estudiante, saber por qué no aprende. Sostuvo que lo visibiliza tarde, al final del año educativo y no al principio, cuando puede evitarse. Por otra parte afirmó que la repitencia tiene un costo emocional y agregó que además no se hace nada distinto con ese chico, no hay un abordaje diferencial y que la forma de mejorar saberes es atender a la diversidad.
Para Thomas, sí hay resultados cuando hay políticas direccionadas a los chicos más críticos y aseguró que en esas condiciones salen de ese estado. Esto en referencia al apoyo y seguimiento de trayectorias débiles.
Destacó que el censo de fluidez lectora es un buen recurso en tanto es un buen predictor y con puntos a favor como ser sencillo, de resultados rápidos, económico y que puede repetirse unas tres veces al año.
“Es un buen predictor para detectar cuales son las trayectorias educativas que más rápido necesitan apoyo, justamente para que no repitan o buscar otra forma de ayuda”, consideró el director.
Sobre los factores que inciden en la repitencia mencionó cuestiones metodológicas, dijo que permanecen formatos que se ha demostrado que no sirven. Mencionó el impacto de la forma de evaluación y la forma de devolución a los alumnos para que estos puedan identificar donde están las falencias y apuntar a mejorarlas. En este punto destacó la fortaleza de la evaluación formativa que se instaló fuerte a partir de los cambios que generó la pandemia.
Mirada internacional sobre la repitencia
Desde el gobierno escolar apuntalan su postura con lo que expresan otros organismos en el mismo sentido.
Uno es el informe de Argentina sobre los resultados del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE 2019), elaborado por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación de la Unesco.
Allí se concluye luego de detallar los magros logros obtenidos que la repitencia no sería efectiva para equiparar los resultados de aprendizajes y se asocia a un menor logro. Por ello, se propone desarrollar alternativas a la repetición de grado tales como sistemas de alerta temprana, apoyos pedagógicos para evitar rezagos y evaluaciones formativas para tomar medidas remediales oportunas.
Otro similar refiere a las investigaciones realizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tras evaluar los resultados de PISA.
Considera que la repetición afecta a los responsables de las políticas educativas, a los estudiantes y a sus familias. Refiere que el análisis de las seis ediciones PISA evidencia que los resultados de los estudiantes repetidores en las tres competencias clave evaluadas (lectura, matemáticas y ciencias) son claramente inferiores a los de los no repetidores. La repetición repercute negativamente en los resultados de los alumnos y alumnas, cuesta más al erario público y no aumenta la equidad del sistema educativo.
También menciona que los estudiantes de peores condiciones socioeconómicas tienen más riesgos académicos: “Uno de cada cinco estudiantes desfavorecidos de 15 años de edad ha repetido curso. Incluso entre los estudiantes con un rendimiento académico similar, la probabilidad de repetir un curso es 1,5 veces superior para los estudiantes desfavorecidos que para los más favorecidos”.
Por su parte, el Laboratorio de Innovaciones Educativas, Summa, que reúne especialistas y gobiernos de varios países señala que “los estudiantes que repiten un año tienen un retroceso de progreso académico de 4 meses en el transcurso de año comparados con los que avanzan al siguiente nivel”. Los estudios sugieren que es poco probable que los estudiantes que repiten un año se pongan al día con pares de un nivel similar que pasan de año, incluso después de completar un año adicional de escolaridad. Los estudios también sugieren que los estudiantes que repiten un año, son más propensos a abandonar la escuela antes de completar su trayectoria.