En Guaymallén buscan avanzar sobre dos proyectos que apuntan a mejorar la circulación en el Acceso Este. Por un lado, se estudia ensanchar esta vía de circulación con alta carga de tránsito, sobre todo en la zona más cercana a la Ciudad de Mendoza e incorporar una tercera trocha por mano. Es el proyecto “de máxima”, aseguran en la comuna. Es que parte del desafío es contar con el presupuesto necesario para la obra, lo cual aún no está resuelto.
Por otra parte, en caso de que esto no pueda concretarse en una primera instancia, se considera hacer dos rotondas: una a la altura de calle Urquiza y la otra en calles Avellaneda y Azcuénaga, que tienen la misma trayectoria y serían la continuación a uno y otro lado del Acceso. La intención de estas obras es mejorar la vinculación hacia el norte y el sur del departamento, atravesado por la arteria y, sobre todo, descongestionar el cruce de calle Arenales.
Por ello, la Municipalidad de Guaymallén y la delegación local de la Dirección Nacional de Vialidad firmaron un convenio para colaborar en el desarrollo de los estudios necesarios para hacer el proyecto ejecutivo de ambas obras.
El detalle
La transitada arteria funciona como un muro que divide ambos sectores del territorio guaymallino. La idea que se baraja es hacer dos cruces, para unir Urquiza a ambos lados del Acceso Este y Avellaneda con Azcuénaga. Por otro lado, la intención es poder construir una trocha más en cada sentido de marcha para agilizar el ingreso a la Ciudad de Mendoza.
Así, el intendente Marcos Calvente y el titular del Distrito 4° de Vialidad Nacional, Guillermo Amstutz, firmaron el acta acuerdo para avanzar en los estudios necesarios para el desarrollo de las obras.
Los estudios abarcan desde la geología del suelo, los aspectos ambientales y paisajísticos, entre otros elementos que se usan en los cálculos estructurales y el proyecto ejecutivo necesario para empezar los trabajos.
Hay dos alternativas de obra en análisis. La más factible es hacer rotondas a nivel del Acceso Este, a la altura de Urquiza y de Avellaneda-Azcuénaga, similares a las que se hicieron sobre el Acceso Norte en Las Heras.
La otra alternativa es “peraltar”, es decir, elevar la calzada del Acceso y que Urquiza y Avellaneda pasen por debajo, un esquema similar al del cruce de Arenales, Estrada o Dorrego. El costo resultaría muy elevado para las arcas municipales, casi 15 millones de dólares, por lo que Calvente pretende tener el proyecto listo y, si el dinero aparece en algún momento, poder avanzar en la concreción, explican desde el municipio.
Dado que el proyecto pretende la refuncionalización integral del Acceso, se incluye también el mejoramiento de las colectoras, con cordón, cuneta y banquina. Se busca un impacto urbano que solucione definitivamente la congestión del tránsito en el cruce de Arenales, que vincule la parte sur y la parte Norte en Avellaneda y en Urquiza y al tiempo de garantizar un Acceso Este seguro, bien señalizado, iluminado y con velocidad controlada.
Calvente dijo que “el acta de colaboración genera un marco legal para avanzar en los estudios que pretenden dar solución a un problema histórico, la falta de conectividad que genera el Acceso Este en el departamento. Estamos contentos de seguir trabajando en esta sintonía. Vamos a empezar a desarrollar estudios técnicos para arribar en el corto plazo a un proyecto y una vez que tengamos ese proyecto, elaborar un plan para la búsqueda de financiamiento y poder materializar la obra. Es un hecho histórico y marca que la resolución de este problema es una política de estado de esta gestión y que se va a trabajar fuerte para darle solución”.
Más parque y desagües
Además del ensanche y los cruces, también se trabajará en la extensión de la forestación del Parque del Acceso Este hasta el límite departamental. La idea es plantar forestales de calidad y de porte con un sistema de riego inteligente.
Al estudio vial se suma el de los drenajes ineficientes en la actualidad de la Ruta Nacional 7, el anegamiento en el encuentro de esta ruta con la 40, los desagües transversales , las alcantarillas y cunetas. Todo ello con estudios hídricos y cálculos de secciones que permitan disminuir los riesgos.
