18 de abril de 2025 - 16:46

Este pueblo de 300 habitantes y a cuatro horas de Mendoza fue elegido entre los mejores del mundo

Con historia minera, paisajes únicos y calles que solo se recorren a pie, una localidad de San Luis fue elegida por la ONU como uno de los pueblos más lindos del mundo.

Enclavado en lo alto de las sierras puntanas, rodeado de arroyos y calles empedradas que resisten al paso del tiempo, un pequeño pueblo argentino de apenas 300 habitantes logró lo impensado: ser elegido por ONU Turismo como uno de los mejores destinos rurales del planeta. Se trata de La Carolina, ubicado a 86 kilómetros de la ciudad de San Luis, un rincón detenido en el tiempo que hoy figura en la prestigiosa lista de los Best Tourism Villages 2023.

La Carolina fue reconocida no solo por su belleza natural, su historia minera y su arquitectura colonial, sino también por su compromiso con un modelo de turismo sostenible. En 2023, y como parte de su apuesta por preservar su identidad, el pueblo decidió convertirse en peatonal. "Recorrer este lugar a pie propone una experiencia única, una conexión real con la historia y con la gente", expresaron desde ONU Turismo al momento de entregar la distinción.

La Carolina, San Luis.jpg
La Carolina fue elegido por ONU Turismo como uno de los mejores destinos rurales del planeta.

La Carolina fue elegido por ONU Turismo como uno de los mejores destinos rurales del planeta.

El pueblo se encuentra a unos 1500 metros de altura, al pie del cerro Tomolasta, y ha sabido conservar su fisonomía original del siglo XVII. Entre sus casas bajas, muros de piedra y el susurro constante del agua que corre por los arroyos, La Carolina ofrece un viaje directo al pasado.

"Es un pueblo de poesía y recuerdos de oro", señalan desde Meteored, en alusión a su glorioso pasado minero. De hecho, el nombre del pueblo proviene de la mina de oro La Carolina, explotada desde 1792. Aún hoy pueden visitarse los túneles donde se extraía el mineral, como testimonio viviente de aquel esplendor. La calle principal desemboca directamente en el cerro, como una metáfora del vínculo entre el pueblo y la montaña.

La Carolina, San Luis4.jpg
La Carolina fue reconocida no solo por su belleza natural, su historia minera y su arquitectura colonial, sino también por su compromiso con un modelo de turismo sostenible.

La Carolina fue reconocida no solo por su belleza natural, su historia minera y su arquitectura colonial, sino también por su compromiso con un modelo de turismo sostenible.

Entre sus principales atractivos turísticos se encuentra la posibilidad de convertirse en "minero por un día", utilizando antiguas técnicas de extracción de oro en el Río Amarillo. También se puede realizar rappel, trekking, cabalgatas, arreo de llamas y visitas arqueológicas. Uno de los sitios más visitados es la Gruta de Inti Huasi, donde se conservan vestigios de la cultura Ayampitin.

Pero La Carolina no solo vive de la minería y la naturaleza: también tiene un lugar especial en la literatura argentina. Aquí nació el poeta y filósofo Juan Crisóstomo Lafinur, cuya casa fue transformada en museo. "La gente llega buscando oro y se encuentra con poesía", comenta Amalia, una de las guías locales.

La Carolina, San Luis 2.jpg
La Carolina no solo vive de la minería y la naturaleza: también tiene un lugar especial en la literatura argentina.

La Carolina no solo vive de la minería y la naturaleza: también tiene un lugar especial en la literatura argentina.

La decisión de convertirse en un pueblo exclusivamente peatonal también marcó un antes y un después. “No fue fácil, pero entendimos que esta es nuestra manera de cuidar el entorno y la tranquilidad que tanto nos caracteriza. Los autos no entran, pero los abrazos y las historias no tienen límites”, cuenta entre risas Mateo, un vecino que vive allí desde hace más de 40 años.

Con calles que no conocen el ruido del tránsito y un aire cargado de historia y silencio, La Carolina se posiciona hoy como ejemplo de turismo rural a nivel mundial. Un rincón que invita a frenar, caminar y escuchar. Porque a veces, para avanzar, hay que detenerse.

LAS MAS LEIDAS