A tan sólo días de que entre en vigencia la obligatoriedad de la Revisión Técnica Obligatoria (RTO) en la provincia, los mendocinos ya se vuelcan en masa sobre mecánicos y talleres de RTO, lugares que en las últimas semanas se han visto colmados y con largas filas de espera. El tren delantero y los frenos son los mayores problemas que presentan los vehículos, y el principal motivo de los que no logran aprobar la revisión.
El 1 de enero de 2022 será oficialmente obligatorio circular con la oblea que certifique haber pasado la Revisión Técnica Obligatoria, en autos de más de 3 años y motos de más de 2 años de antigüedad. Es por eso que en las últimas semanas “hay mucha gente viniendo a controlar y arreglar sus vehículos”, afirmó Gastón Mattus, mecánico con 20 años de experiencia, en diálogo con Los Andes. “Asisten tanto antes, como después: antes para prepararlo y después para solucionarles algún problema que les salió”, completó.
Si bien “diciembre siempre ha sido un mes de mucho trabajo porque la gente va planificando para irse de vacaciones”, Gastón reconoció que este año el flujo de clientes ha aumentado más de la cuenta por la obligación de hacer la revisión. Eso fue lo que hizo Pablo, usuario de 27 años: “Yo hice un control general antes de ir a hacer la RTO, para que no saltara nada. También porque me voy de vacaciones y voy a usar el auto, y quiero que esté en condiciones independientemente de la RTO”, confesó a este diario. En su caso particular, lo llevó a “un mecánico especializado en revisar el tren delantero, y alineación y balanceo. Después lo llevé a un mecánico general para que hiciera una revisión de bujías, frenos, y todo ese tipo de cosas”.
En ese sentido, Gastón explicó que los mecánicos “hacemos la revisión integral del vehículo y marcamos lo que tienen que hacer para que pasen la RTO sin mayores problemas”. En general, el principal inconveniente que presentan los coches “es el tren delantero y los frenos, también revisan el tren trasero y los ruiditos de la suspensión”, manifestó. Además, advirtió que “los autos más viejos están complicados con la emisión de gases”. Sin embargo, para Mattus “depende de dónde van a hacer la técnica es si son más o menos quisquillosos con algunos asuntos, hay lugares que no están capacitados para hacerlas”.
Es que su experiencia personal con el trámite no fue buena, y así lo relató: “Me pasó hace poco con una camioneta que tiene tracción integral, que la pusieron en los rodillos y no pasó la técnica. Es una camioneta automática, y los tipos ni sabían que a esa camioneta no la podés poner en esos rodillos porque le terminás rompiendo la caja de cambio, ellos tienen que tener una máquina especial para ese tipo de camionetas. Me dijeron ‘no se lo puedo hacer’. Los operarios ponen el vehículo en la máquina y la máquina dice si algo está bien o mal, y listo”. “Uno se pregunta si es un kiosquito más, como la gran mayoría de los impuestos que pagamos, o si es algo serio”, dijo como conclusión.
En el caso de Pablo, la revisión de su vehículo fue minuciosa y entre la espera y el control estuvo aproximadamente 1 hora y media: “Fui sin turno, llegué y había una cola de 10 autos aproximadamente, por lo que tuve que esperar. Mientras hacía la fila ya me revisaron todas las luces, delanteras, traseras y la bocina. También controlaron en el baúl que tenga todo lo necesario, como el kit de primeros auxilios, el chaleco refractario, y demás”. Después, relató, su auto pasó por tres “estadíos” más, entre galpones, rodillos y fosas, en donde lo revisaron por completo. El único problema que tuvo fue que “tengo que cambiar las luces, porque tengo led y me dijeron que no se podía usar más ese tipo de luces”.
Más allá de todo, para Gastón Mattus fue importante opinar que “si nosotros fuéramos Suiza y pedimos RTO está perfecto, pero somos un país tercermundista y las calles son un desastre”. En ese sentido, detalló que “el problema principal es la plata, que la gente no tiene para tener el vehículo en condiciones. Pero al margen de eso, el problema es el estado general de las calles”, temas que ya fueron motivo de controversia en la política mendocina, entre el diputado nacional Omar De Marchi y el gobernador Rodolfo Suárez.