Es uno de los atractivos turísticos más convocantes de la Alta Montaña mendocina que el próximo 13 de marzo cumplirá 118 años desde que fuera inaugurado, en conmemoración a la paz alcanzada por Argentina y Chile luego de un conflicto limítrofe surgido a fines del siglo XIX.
El monumento al Cristo Redentor tiene una historia sumamente interesante que se extiende desde su concepción hasta su emplazamiento, a escasos metros del límite internacional, dentro del Paso de Uspallata, elegido por una parte de las tropas sanmartinianas para cruzar y liberar a Chile en 1817.
El camino de acceso es de suelo natural y está conformado por una docena de curvas distribuidas en poco más de ocho kilómetros. Es un recorrido sinuoso que demanda conducir con precaución y que ofrece vistas panorámicas espectaculares de la cordillera de Los Andes.
Tal como ocurre cada año con el inicio de la temporada estival, los equipos de la Dirección Provincial de Vialidad deben desarrollar un conjunto de intervenciones para habilitar la traza, es decir, quebrar y retirar de los grandes bloques de nieve que se producen en invierno, ampliar las curvas, y perfilar todo el camino, entre otras.
“Este año los trabajos de despeje de nieve y recomposición del camino se extendieron durante tres semanas. Es una labor que requiere de toda la experiencia de nuestros maquinistas, porque deben operar sus motoniveladoras entre los 3.600 y los 3.850 metros de altura sobre el nivel del mar”, indicó Osvaldo Romagnoli, titular del ente vial.
Turistas argentinos y de distintas partes del mundo llegan principalmente en verano hasta la localidad de Las Cuevas, ubicada a 210 km. de la ciudad capital, para visitar el lugar.
El ascenso se puede realizar en vehículos en buen estado y en aquellos que cuentan con doble tracción. Es necesario tener en cuenta que a mayor altura las temperaturas bajan considerablemente y el viento suele ser muy frío, con lo cual se recomienda contar con información adecuada previo a realizar la experiencia.