En un mundo donde los precios del papel higiénico y otros productos de consumo básico están en aumento, hay una conocida planta que emerge como una alternativa para limpiarse que es sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Se trata del boldo, promovido por expertos botánicos como Martin Odhiambo del Museo Nacional de Kenia. Claramente ha despertado el interés tanto en África como en Estados Unidos, donde se exploran nuevas formas de abordar los desafíos de la higiene personal de manera más económica y ecológica.
Según Odhiambo, entrevistado por BBC Mundo, el Plectranthus barbatus, conocido como boldo o Coleus barbatus, es el “papel higiénico africano”. Sus hojas, suaves al tacto y con un agradable aroma a menta, son comparables en tamaño y función al papel higiénico industrial.
El boldo es la planta que se usa como alternativa al papel higiénico
Esta planta, ampliamente cultivada en África y otras regiones, está captando la atención de quienes buscan soluciones prácticas y sostenibles para enfrentar los desafíos económicos y ambientales asociados con el uso de papel higiénico convencional.
Benjamin, un residente de Meru, Kenia, usó boldo como papel higiénico durante más de 25 años. Descubrió esta planta gracias a su abuelo, quien le enseñó cómo cultivarla y utilizar sus hojas como papel higiénico natural. Desde entonces, Benjamin cultivó boldo en su patio y disfrutó de sus beneficios tanto económicos como ambientales. Su historia refleja cómo el conocimiento tradicional y el uso de recursos naturales pueden ofrecer soluciones prácticas y sostenibles para enfrentar desafíos modernos como el costo y la disponibilidad de productos básicos.
Por otro lado, en Estados Unidos, el activista medioambiental Robin Greenfield promueve el cultivo de boldo como parte de una iniciativa más amplia para fomentar la sostenibilidad y reducir el consumo de productos industriales.
Con más de cien plantas en su vivero en Florida, Robin alienta a las personas a cultivar su propio papel higiénico utilizando boldo. “La diferencia es simplemente que hay una industria con el llamado papel higiénico”, explica. Para él, cultivar boldo y usarlo como papel higiénico es una forma de ser más consciente del impacto ambiental de nuestras acciones diarias y de tomar medidas concretas para reducir nuestra huella ecológica.
“A cualquiera que dude en probar el boldo como papel higiénico, le diría que deje de preocuparse por lo que la gente piense. Y simplemente se diga a sí mismo: voy a ser yo mismo”, dice el activista.
“En este caso, eso significa que voy a limpiarme con hojas muy suaves que yo mismo cultivo”, suma.
A pesar de que aún estamos lejos de una producción a gran escala y de su adopción generalizada, el interés en el boldo como alternativa al papel higiénico industrial está creciendo. Más personas se suman a la idea de utilizar recursos naturales de manera responsable y sostenible, buscando formas creativas de abordar los desafíos económicos y ambientales que enfrentamos en la actualidad.
La iniciativa de Martin Odhiambo en Kenia y la labor de activistas como Robin Greenfield en Estados Unidos demuestran cómo la naturaleza puede ofrecer soluciones simples y efectivas para problemas contemporáneos, al tiempo que promueve una mayor conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad ambiental.