Científicos de la Escuela de Medicina de Harvard, en Estados Unidos, publicaron un artículo en The American Journal of Clinical Nutrition donde concluyen que la dieta mediterránea puede reducir el riesgo de fragilidad que ocurre en el 10 o 15% de los adultos mayores. Para los investigadores es fundamental prevenir y tratar esta enfermedad ya que si no derivan en otros problemas de salud.
Enfermedad de fragilidad
Se manifiesta como vulnerabilidad biológica relacionada con la edad y una disminución de las reservas fisiológicas, lo cual limita las capacidades y genera resultados adversos para la salud. Es considerada un síndrome geriátrico caracterizado por la debilidad, la pérdida de peso y la baja actividad.
Si bien tiene características propias del envejecimiento, como la disminución de las reservas fisiológicas (homeostasis), no es lo mismo, ya que la fragilidad gira en torno al metabolismo energético y los cambios neuromusculares.
Algunas características son:
- Pérdida de peso no intencionada: en un año más de 5 Kg o el 5% del peso corporal.
- Debilidad muscular: sobre todo se observa una caída en la capacidad para agarrar y apretar objetos.
- Cansancio fácil o baja resistencia a pocos esfuerzos.
- Lentitud al caminar.
- Baja capacidad para realizar actividad física.
- Beneficios de la dieta mediterránea para prevenir la fragilidad
Los investigadores del Hebrew Senior Life, una filial de la Escuela de Medicina de Harvard quisieron establecer el papel de la dieta mediterránea en la prevención de la fragilidad, para lo cual establecieron un trabajo con 2.384 adultos de 33 a 86 años que no estaban diagnosticados con fragilidad.
Para dicho estudio se controló la adhesión de los participantes a la dieta mediterránea y la ingesta de antioxidantes (vitaminas C, E y carotenoides totales), las cuales se estimaron a través de un cuestionario, en combinación con evaluaciones de fragilidad, que realizaron y supervisaron durante 11 años.
Según el trabajo publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, cada unidad de puntuación más alta en el patrón dietético de estilo mediterráneo (es decir, una mayor adherencia a la dieta mediterránea) redujo las probabilidades de fragilidad en un 3%.
Antioxidantes
El estudio también determinó que una mayor ingesta de antioxidantes específicos, como el carotenoides, incide fuertemente en disminuir la probabilidad de desarrollar fragilidad en hombres y mujeres de mediana edad y mayores del Framingham Heart Study.
Sahni y Courtney Millar, quien también lideró el trabajo, concluyeron que los hallazgos observados “sugieren que la adherencia a una dieta de estilo mediterráneo y una mayor ingesta total de carotenoides se asocian con la prevención de la fragilidad a lo largo del tiempo, particularmente en adultos menores de 60 años”.
Otros estudios indican que la dieta mediterránea protege la salud cardiometabólica, disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y ACV.
La dieta mediterránea enfatiza el consumo de frutas, verduras, legumbres, pescado, lácteos descremados, cereales integrales y aceite de oliva virgen extra y limita o evita las carnes rojas y las grasas saturadas.