Los países con mayores recursos accedieron antes y mejor a vacunas, sin embargo, el mundo mira azorado un nuevo rebrote de casos de Covid-19 que vuelve a poner en jaque los sistemas de salud.
En Europa se habla de la “pandemia de los no vacunados” ante un recrudecimiento de los contagios que ha sido calificada por la Organización Mundial de la Salud como “muy preocupante”. Allí 4 de cada 10 personas no están vacunadas. Lo mismo sucede en Estados Unidos, donde hay brotes puntuales y hay una misma proporción de no vacunados.
Sin embargo, las expectativas son altas en Mendoza y el país respecto de salir mejor parados ante una nueva posible batalla contra el virus. Especialistas consultados creen que en la provincia no se presentará una pandemia de no vacunados y lo atribuyen fundamentalmente a la que consideran una alta tasa de vacunación.
En Argentina 61% de la población recibió esquema completo y las autoridades nacionales sostienen que es más o menos similar en todo el país. De acuerdo a los datos publicados en el Monitor Público de Vacunación, la provincia tenía, hasta ayer, 53% de su población con esquema completo, aunque también se ha señalado que la carga de datos allí tiene demoras.
Antivacunas
Uno de los aspectos que se señala juega en contra de Europa y Estados Unidos es que tienen movimientos antivacunas más fuertes y eso ha implicado que sean muchos aquellos que deciden no inocularse. Por el contrario, se destaca que este discurso no ha tenido una alta penetración en Argentina.
La infectóloga, Noelia Linero, destacó que no cree que se vaya a hablar de pandemia de los no vacunados en Mendoza.
“En Argentina no - remarcó- creo que podemos tener buenas esperanzas sobre cómo se va a comportar la pandemia, al menos hasta donde se conoce”. Consideró que es más que aceptable la proporción de vacunados.
“Hay una diferencia cultural en cuanto a vacunas entre América Latina, Estados Unidos y Europa. Argentina siempre ha tenido una buena cultura de vacunas, las personas antivacunas no son un número importante, entonces mientras tengamos un buen ritmo de vacunación no deberíamos tener los mismos inconvenientes que ha tenido Europa”, explicó. Pero al mismo tiempo advirtió: “Dependemos más de los insumos, que es contar con las dosis de vacunas colocadas en tiempo y forma”. En ese sentido cabe señalar que, tras meses con complicaciones en el suministro de inoculantes, estas parecen haberse aliviado, hay entregas más frecuentes por parte de los laboratorios mientras que la combinación de distintos desarrollos fue un gran alivio para cumplir con los esquemas en el menor tiempo posible, tal cual dispuso hace unas semanas el Ministerio de Salud de la provincia. Pero la infectóloga destacó que el éxito va más allá del acceso a los sueros: “No sirve tener las vacunas guardadas en una heladera”, subrayó. Así lo ha demostrado la experiencia europea.
El doctor Sergio Saracco, director del Observatorio de Salud Pública de la facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo, opinó en el mismo sentido: “Nosotros vamos bien encaminados ya que tenemos la población de mayor riesgo con alta tasa de vacunación, por encima del 70 a 80%, la poblac total llegando a 60% y cubriéndose los más pequeños”.
Impacto
De todas formas, se sabe que las vacunas, aunque atenúan el poder de transmisión del virus no lo eliminan, pero apuntan a evitar cuadros graves que terminen en hospitalizaciones y muertes.
“Si bien habrá casos, como ya estamos teniendo un aumento y con incremento de la positividad, esto no se refleja en la ocupación de camas y es lo que busca la vacuna”, explicó el médico.
Por ello, en este escenario, nadie descarta que se presente un nuevo brote local. Si tal fuera el caso, es probable que el impacto sea mayor en no vacunados.
“Puede ser que encontremos un mayor número de casos y mortalidad en la población no vacunada, de todas formas, las personas que van a aquedar sin vacunar son las que menos factores de riesgo tienen para las formas graves y la mortalidad, es decir vamos a tener casos, pero mortalidad y gravedad se verá”, apuntó Linero.
Los expertos consideran que si los grupos de riesgo están vacunados ya hay una parte ganada. En este sentido hay que destacar que se están colocando terceras dosis o refuerzos a mayores de 50, entre quienes suele presentarse mayor proporción de cuadros graves y que se está colocando también a personas con patologías de riesgo o mayor exposición.
La vacunación es señalada además como una de las causas por las que no se ha presentado una tercera ola local. Se suma a una época del año en la que hay menos circulación de virus respiratorios, mayor ventilación de ambientes y menos reuniones sociales en espacios cerrados.
Mejor parados
Las fichas están puestas en que dure el impasse epidemiológico mendocino para seguir con la campaña. “Teniendo más de 60% de la población vacunada el riesgo de tener un alto impacto en cuanto ocupación de camas y mortalidad se reduce sustancialmente, se va a ver reforzado con el avance en la vacunación de los niños que demostró que dejaba abierta una puerta: si bien ellos no suelen enfermar son vía de contagio; en aquellos países donde se fue mejorando esa cobertura bajó drásticamente este riesgo”, remarcó Saracco.
Hizo referencia a que con la tercera dosis la protección para evitar un cuadro sintomático llega al 93%. Por ello consideró que si se sigue avanzando, y más con terceras dosis, se podrá estar en mejores condiciones para la temporada otoño-invierno, que es cuando aumentan las enfermedades respiratorias. Por otra parte, dijo que además, con la tercera dosis se baja la contagiosidad para disminuir el riesgo de una nueva variante que escape a la protección de las vacunas, que -subrayó- por ahora están cubriendo todas las variantes que circulan.