La guerra de las Malvinas cumple 40 años, el conflicto bélico que se desató en 1982 entre la Argentina y el Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, ubicadas en el Atlántico Sur. Fabián Sevilla y Ariel Sevilla dos hermanos gemelos mendocinos cuentan en su libro “Malvina, historias en papel de chocolate” la historia de este enfrentamiento desde la perspectiva ingenua de un pequeño niño de 12 años, y la cruel realidad del sufrimiento de un soldado.
El libro está destinado a niños de 11 y 12 años y adolescentes, y narra la percepción de un chico de 12 años en 1982, sobre la guerra de Malvinas. Se cuenta cómo el pequeño vivió el día a día de la guerra. Pero, además, los autores buscaron sumar la visión real de la guerra, con el relato de un soldado por medio de cartas.
“Para escribir el libro nosotros no solo recurrimos a nuestros recuerdos, ya que teníamos 12 años durante la guerra de Malvinas, sino también pedimos prestados recuerdos de amigos y conocidos que también tenían esa edad. En este aspecto se muestra una visión más ingenua de la guerra”, contó Fabián Sevilla uno de los autores.
Y agregó: “Y a la misma vez, la historia está atravesada por cartas que escribe un soldado que está en la isla. Y esas cartas, cuentan la verdad de la guerra, ponen la visión de la realidad. Para poder construir esas cartas recurrimos a testimonios de excombatientes y padres de caídos en Malvinas”.
Para Fabián la percepción ingenua de este chico de 12 años, fue, de algún modo, la percepción ingenua que tuvimos los argentinos en 1982, donde teníamos un solo discurso, el que manejaba el gobierno militar. Un discurso distorsionado, triunfalista, mientras la realidad era otra. “Esta visión ingenua es como una metáfora de la visión ingenua general de los argentinos y por el otro lado la verdadera visión de un soldado, donde su día a día era el frío y el miedo a que lo maten o a matar a otros”.
En referencia a la elección del enfoque del libro, su autor explicó: “Elegimos que el narrador sea un niño porque el público era adolescente, y también porque hay mucho contado desde los soldados como protagonista, y no desde cómo lo vivió el argentino común, en definitiva, todo el país estuvo en guerra. Los soldados tuvieron que poner el cuerpo y dar la vida, pero todo un país estuvo en guerra y vivió hasta apoyando esa guerra. Por eso la idea fue contarla a través de los ojos de un chico de 12 años. Mucho de lo que le pasa a este chico, son cosas que nos acordamos mi hermano y yo cuando teníamos esa edad”.
Y agregó: “Esta novela está pensada para adolescentes y chicos de entre 11 y 12 años, pero nos hemos encontrado escuelas donde están leyendo el libro chicos de tercero y cuarto grado, por lo que vemos que hemos conseguido una novela que puede pertenecer a lectores de un amplio rango lo cual es importantísimo para un escritor”.
Asimismo, la comisión de Cultura y Turismo de la Cámara de Senadores de Mendoza declaró a la novela de Interés Cultural, luego de que la senadora Gabriela Testa presentó un proyecto que fue aprobado el martes 22 de marzo.
Otra guerra, la misma
Frente al contexto bélico actual que golpea al mundo, Fabián opinó: “La diferencia entre la guerra de Malvinas con la actual de Rusia y Ucrania es que Malvinas se peleó en un lugar donde no había civiles. Ahora quienes mueren no son solo soldados sino niños, adultos, ancianos. Son distintas guerras, pero en definitiva es la guerra en sí”.
“Me parece una visión anacrónica ver por televisión imágenes que eran más típica de verlas en la época del 80´y 90´ donde todavía la guerra era algo “normal” porque veníamos del siglo XX, el siglo de las grandes guerras”, reflexionó el escritor.
Y agregó: “Si bien, en este momento hay 17 focos de guerra en el mundo, la guerra de Rusia y Ucrania parece ser más taquillera, pero por ejemplo en Siria hay guerra desde hace muchos años. La guerra es guerra donde sea y el resultado siempre es el mismo: la muerte. Las guerras son caprichos políticos personales disfrazados de causas nacionales”.
Pasión de hermanos
Fabián y Ariel son socios hace muchos años, comenzaron como periodistas y ejercieron durante 20 años. “Siempre trabajamos juntos, es un trabajo colaborativo de mucha discusión, de mucha preparación previa, somos muy sistemáticos, pero también plásticos. Hay mucha discusión para llegar a un acuerdo, que es buenísimo. Es una especie de competencia creativa, yo tiro una idea y él la enriquece, y yo la enriquezco, y así se consiguen las grandes ideas en esa competencia creativa”, contó Fabián.
Los escritores comenzaron a escribir cuando tenían 16 años teatro, y a raíz de eso estudiaron comunicación social. Durante 20 años se dedicaron al periodismo gráfico, escribiendo todo tipo de notas, pero en particular sobre historia.
“Mi hermano, Ariel renunció al periodismo para dedicarse a la historia, es profesor e historiador. Y yo renuncié para dedicarme a las letras y, además, ahora estudio para ser profesor de lengua y literatura. Tengo más de 250 libros publicados para niños y adolescentes, y mi hermano ya debe de ir por los 30. Es fruto de mucho trabajo”.