Según una investigación, las escuelas que practican distanciamiento social, el uso de máscaras y otras precauciones no han experimentado una rápida propagación del nuevo coronavirus. No obstante, los expertos advirtieron que deben evitar las actividades deportivas en interiores.
Para llegar a esta conclusión, los expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos revisaron estudios de entornos escolares en su país y en otros.
“Como muchas escuelas han reabierto para recibir instrucción en persona en algunas partes de EEUU e internacionalmente, se han reportado casos de Covid-19 relacionados con la escuela, pero ha habido poca evidencia de que las escuelas hayan contribuido de manera significativa a aumentar la transmisión comunitaria”, escribieron investigadores en el Journal of the American Medical Association el martes.
“La preponderancia de la evidencia disponible del semestre escolar de otoño (boreal) ha sido tranquilizadora en la medida en que el tipo de propagación rápida que se observó con frecuencia en las instalaciones de convivencia o lugares de trabajo de alta densidad no se ha informado en los entornos educativos de las escuelas”, señalaron en el informe.
En tal sentido, se indica que los datos sugieren un camino a seguir para “mantener o regresar parcial o completamente a la instrucción en persona”. “Todas las medidas de mitigación recomendadas en las escuelas deben continuar”, afirman.
Estas medidas incluyen el uso general de barbijos, mantener la distancia física adecuada y los modelos de asistencia híbridos para limitar el hacinamiento. Otras incluyen aumentar la ventilación de la habitación y ampliar las pruebas para identificar y aislar rápidamente a las personas infectadas asintomáticas.
Así mismo, se considera importante “tomar medidas para reducir la transmisión comunitaria y limitar las actividades relacionadas con la escuela, como la práctica de deportes en interiores o la competencia, que podrían aumentar el riesgo de transmisión”.
Los investigadores analizaron estudios y datos de escuelas estadounidenses en Misisipí, Carolina del Norte y Wisconsin, así como escuelas en países de Europa.