Escuelas con más alumnos pero que mantienen brechas por vulnerabilidad: crearon un indicador que las mide

El Indicador de Desigualdad de Trayectorias de Aprendizaje fue elaborado por expertas de la Escuela de Educación de la Universidad Austral. Permite medir los aprendizajes mínimos de los estudiantes más vulnerables en relación a los menos vulnerables. En matemática en secundaria los logran 5 estudiantes con mayor nivel socioeconómico por cada uno del menor nivel.

Escuelas con más alumnos pero que mantienen brechas por vulnerabilidad: crearon un indicador que las mide
Escuelas con más alumnos pero que mantienen brechas por vulnerabilidad: crearon un indicador que las mide Foto: Orlando Pelichotti

Expertas en educación de la Universidad Austral diseñaron un indicador que permite poner en evidencia las brechas dentro del sistema. Puntualmente, las que existen en el aprendizaje entre los alumnos más y menos vulnerables.

Se trata de una fórmula que se alimenta de datos de pruebas de aprendizaje, que es aplicable a cualquier momento de los que se cuente con estos datos como a cualquier territorio, desde un país hasta provincias y establecimientos. Esto le permite comparar datos entre esas instancias.

El indicador busca arrojar luz sobre las diferencias en el logro de aprendizajes mínimos entre los estudiantes más y menos vulnerables a lo largo de su trayectoria escolar, expresaron en la presentación que se hizo a un reducido grupo al que fue invitado Los Andes.

El Indicador de Desigualdad de Trayectorias de aprendizaje fue elaborado por las investigadoras y profesoras doctora Cecilia Adrogué y doctora Eugenia Orlicki de la Escuela de Educación de la Universidad.

Expertas en educación de la Universidad Austral diseñaron un indicador que permite poner en evidencia las brechas dentro del sistema. Puntualmente, las que existen en el aprendizaje entre los alumnos más y menos vulnerables.
Expertas en educación de la Universidad Austral diseñaron un indicador que permite poner en evidencia las brechas dentro del sistema. Puntualmente, las que existen en el aprendizaje entre los alumnos más y menos vulnerables.

Allí se trabaja en tres líneas de investigación fundamentales: innovación educativa, educación del carácter y calidad de la educación. En esta última se enmarca el nuevo recurso.

Al iniciar el proceso de búsqueda para desarrollar un indicador que permitiera poner en evidencia aspectos del sistema educativo, llegaron a la conclusión de que en la actualidad el acceso es amplio, por lo que no sería ese el mayor desafío. De hecho, los últimos años en Mendoza, incluso se ha logrado mayor permanencia -menos abandono- lo que ha implicado una ampliación de la matrícula. Sin embargo, y tal cual expresan diversos estudios, las condiciones socioeconómicas de los estudiantes y sus familias son determinantes para su trayectoria y calidad de aprendizaje.

Lo que tomaron en cuenta son los aprendizajes mínimos que se esperan de los alumnos para su nivel. Al tomar un determinado grupo y exponerlo a la fórmula, las conclusiones fueron impactantes: hay una brecha muy notoria entre los dos extremos de la escala social, es más marcada en matemática que en lengua y se agrava en la secundaria. En ese segmento, se puso en evidencia que en matemática, en tercer grado, por cada chico del segmento más vulnerable que adquiere esos aprendizajes lo logra 1,47 no vulnerables. Ese mismo grupo, evaluado varios años después, en el último año del secundario, mostró que por cada estudiante del menor nivel socioeconómico que adquieren esos conocimientos esenciales, lo hacen 5,05 estudiantes del nivel más alto. Básicamente 5 veces más. Por eso resaltan que no solo permite mostrar la brecha entre estos sectores, sino cómo se incrementó a medida que avanzó la trayectoria: en ese caso, 655%.

La educación como igualadora

La doctora Eugenia Orlicki explicó que han trabajado en cobertura, acceso y deserción, y llegaron a la conclusión de que la mayoría de los niños están conectados con el sistema educativo. Por eso, se centraron en las diferencias dentro del sistema y consideró que lo que lograron permite reflejar uno de los principales desafíos de la educación en la actualidad: la desigualdad en las trayectorias de aprendizaje.

Adrogué mencionó que los últimos años se ha reducido el abandono: “Hace 20 años 50% terminaba el secundario, hoy lo termina el 80%”, apuntó. “Cuando hay este aumento de matrícula, puede suceder que el nivel de aprendizaje cambie, pero en realidad lo que está sucediendo es que se ha incorporado gente que antes quedaba fuera”, agregó. Por eso subrayó la importancia de que la educación funcione como un igualador de oportunidades. “Estamos viendo grandes avances en acceso, pero vemos un elemento pendiente que es la brecha en los aprendizajes y nos pareció que este indicador podía ser una herramienta importante para mirar hacia adelante”.

Sobre sus intenciones señaló: “Intentamos arrojar cuál es el momento crítico y la disciplina crítica para saber dónde focalizar los esfuerzos”.

En cuanto a qué hacer frente a esto, opinó que hay que ver cómo fortalecer la enseñanza y debe ser trabajo de expertos.

En definitiva, permite esbozar un escenario para saber donde están las mayores problemáticas y desafíos, donde se debe intervenir más y donde se está acompañando mejor.

La investigación revela que, en Lengua, aproximadamente el 70% de los alumnos menos vulnerables alcanzan los aprendizajes mínimos en los tres momentos evaluados. En contraste, entre los alumnos más desfavorecidos, el porcentaje de aquellos que logran los conocimientos mínimos disminuyó del 50% en tercer grado al 34% en sexto año
Foto: Orlando Pelichotti
La investigación revela que, en Lengua, aproximadamente el 70% de los alumnos menos vulnerables alcanzan los aprendizajes mínimos en los tres momentos evaluados. En contraste, entre los alumnos más desfavorecidos, el porcentaje de aquellos que logran los conocimientos mínimos disminuyó del 50% en tercer grado al 34% en sexto año Foto: Orlando Pelichotti

Orlicki destacó sus virtudes. Por un lado, que no depende de una sola fuente de datos, sino que puede usarse con diversas fuentes. Es independiente del tiempo y del ámbito, y puede ser aplicado a estudios longitudinales, es decir, seguir toda la trayectoria del chico.

Cómo se aplica el indicador

La variable más relevante es el nivel socioeconómico, para lo cual tomaron a todos los alumnos y los ordenaron por nivel socioeconómico (NSE). A partir de allí se quedaron con el primer y el último quintil, es decir el 20% más bajo y el 20% más alto. Esto implica que son los más y los menos vulnerables.

El indicador es el cociente entre dos números. El numerador es el porcentaje de alumnos que alcanzan aprendizajes mínimos entre los menos vulnerables. El denominador es el porcentaje de alumnos que alcanzan aprendizajes mínimos entre los más vulnerables. Para aplicarlo tomaron un grupo de estudiantes (cohorte) y siguieron su trayectoria entre 2011, cuando estaban en primer grado, y 2022, cuando terminaban el secundario. La base de datos fueron pruebas de aprendizaje que se tomaron en distintos momentos de sus trayectorias: en tercer grado (TERCE), en sexto grado de primaria (Aprender) y en sexto año de secundaria (Aprender).

“La investigación revela que, en Lengua, aproximadamente el 70% de los alumnos menos vulnerables alcanzan los aprendizajes mínimos en los tres momentos evaluados. En contraste, entre los alumnos más desfavorecidos, el porcentaje de aquellos que logran los conocimientos mínimos disminuyó del 50% en tercer grado al 34% en sexto año. Esta diferencia se traduce en un aumento del 47% en la brecha a lo largo de la trayectoria escolar en Lengua”, explicó Adrogué.

En el caso de Matemática, los resultados son aún más preocupantes. “En tercer grado, el 72% de los estudiantes menos vulnerables alcanza el nivel mínimo, mientras que, entre los más vulnerables, este porcentaje es del 49%. Sin embargo, en sexto año, estos porcentajes caen dramáticamente a 36% y 5%, respectivamente. Esto refleja un alarmante incremento del 655% en la brecha a lo largo de la trayectoria escolar en Matemática”, señaló Orlicki.

Desde la universidad destacaron: “El indicador pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar las desigualdades educativas en Argentina, subrayando la importancia de políticas y prácticas que promuevan una educación más equitativa y accesible para todos; así como la urgencia de la mejora de los aprendizajes en matemática. En este Día del Maestro, más que nunca, se reafirma el compromiso de trabajar hacia un sistema educativo que brinde igualdad de oportunidades a todos los estudiantes, independientemente de su contexto socioeconómico”.

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