Fortalecer la atención primaria de la salud es una promesa que se escucha gestión tras gestión. Sin embargo, el área sigue presentando desafíos y problemáticas que se profundizaron o se hicieron más visibles con la pandemia.
La escasez de profesionales, en particular de algunas especialidades, es una de las situaciones más críticas, no sólo por el impacto sino por la complejidad que implica su resolución. Pero además, el acceso a turnos sigue siendo un cuello de botella: conseguirlos muchas veces requiere un peregrinaje o una larga fila a la intemperie desde mucho antes de que salga el sol y la línea telefónica habilitada para tal fin no funciona adecuadamente.
La crisis sanitaria de los dos años previos, sumada al deterioro de las condiciones socioeconómicas, dejaron huella y han puesto en evidencia las flaquezas.
Es el eslabón más territorial de un sistema público que, además, está absorbiendo una mayor demanda para dar respuesta a quienes en el último tiempo han perdido su cobertura de salud.
En este escenario, esta instancia que debería atenuar la asistencia a efectores de atención más compleja, termina por expulsarla hacia estos cuando la gente busca asegurarse una respuesta. Sin vehículo, con un familiar enfermo a cuestas y la billetera flaca, se evita la posibilidad de andar de acá para allá para ir a lo seguro. Justamente lo que siempre se ha querido cambiar.
“La pandemia fue disruptiva en todo el sistema de salud y el primer nivel de atención fue especialmente afectado porque, acostumbrados a trabajar con la prevención, con el cuidado integral, con los controles, la pandemia cambió completamente ese modo de trabajar y de alguna manera condiciona su funcionamiento”, remarcó la Ministra de Salud, Ana María Nadal.
Explicó que ahora el desafío es restituirle al primer nivel el perfil que le es propio y que perdió durante la pandemia. “Para trabajar esa restitución y reacomodar todo hemos hecho ya en la zona Metropolitana Norte y en la Sur, dos grandes jornadas, lo hemos vuelto a poner en agenda y hemos reordenado las prioridades, tiene que ver con retomar la agenda del primer nivel y no sólo con el recurso humano”, explicó y dijo que están especialmente abocados a esto desde hace un mes.
¡Un doctor por acá!
La escasez de profesionales es señalada como el principal problema, tanto por médicos, directores, pacientes e incluso el ministerio. Es un arrastre de años, tiene varias aristas y está asociado a la escasez de ciertas especialidades, pérdida de cargos y condiciones de trabajo que no seducen. En algunos centros de salud esto afecta la atención y, entre otras cosas, reduce el acceso.
Sucede que hay cargos que se pierden cuando un médico deja el puesto, por ejemplo, porque se jubila, y según contaron algunos trabajadores, estos no son cubiertos.
Explicaron que los salarios muchas veces no seducen y eso dificulta cubrir espacios, sobre todo en territorios más alejados del Gran Mendoza. Varios señalan que hay centros que no tienen problemas y otros, bastantes, y que en general entre los primeros se cuentan los de cabecera y a medida que se alejan o son más pequeños, pueden empezar las complicaciones.
“No hay profesionales que quieran atender por el sueldo miserable que reciben y el grado de violencia al que se exponen en lugares tan peligrosos donde están enclavados algunos centros”, comentó una pediatra.
Daniel Jiménez, secretario adjunto de Ampros (Asociación Mendocina de Profesionales de la Salud), refirió que esta es la carencia más crítica y se asocia en gran medida a la cuestión salarial, pata fundamental de la crisis que actualmente vive el sistema sanitario de la provincia, con médicos que prefieren ir a trabajar fuera de Mendoza. Para el gremio, parte del problema es que no se respeta el convenio colectivo de trabajo, no se llama a concurso o no se paga la formación como este indica.
“Al Sur, Valle de Uco y el Este, no quieren viajar porque por más que se les de la zona de promoción no les conviene entre lo que cobran y los costos de traslado”, apuntó Jiménez.
“Siempre hemos tenido dificultades para radicar recurso humano en algunos lugares porque tiene que ver con la distancia y el desarraigo, pero no tenemos renuncias masivas”, dijo Nadal. Señaló que es un tema que se reitera y que la dificultad es que no se tienen los suficientes especialistas. “Los problemas los tenemos más para cubrir especialidades como clínica médica, de familia, ginecoobstetricia y pediatras”, enumeró pero dijo que es porque cada vez eligen menos dedicarse a esas ramas. Se suman carencias en licenciados en enfermería, en Psicología, fonoaudiólogos y farmacéuticos, según Ampros.
De todas formas, la funcionaria subrayó: “Probablemente no tengamos especialidades en todos lados pero no todo se soluciona poniendo un especialista en un centro de salud sino haciendo una red de atención y eso es un proceso”, en el que dijo están trabajando.
Más demanda en el sector público
Tanto en los centros de salud como en el Ministerio reconocen que llega cada vez más gente porque ha perdido su cobertura de salud, porque ya no pueden solventar una prepaga o una obra social, muchos porque están desocupados. También hay quienes al no tener una buena respuesta por parte de su financiadora la buscan en el sistema público cuando no pueden pagar la atención particular.
Y entonces viene el problema de los turnos: son pocos y la línea telefónica no funciona bien. Carolina, una usuaria frecuente de un centro de Maipú destacó que siempre la han atendido bien pero que es difícil el acceso. “Me parece mejor la atención en la sala que en el hospital pero no me estoy haciendo atender en la sala con el pediatra o el médico clínico, porque tenés que ir a las 5 de la mañana a hacer cola, empiezan a dar los turnos a las 7 de la mañana y depende de la especialidad es la cantidad de turnos que dan, a veces tres, dos o uno”.
Además contó: “Yo ahí voy a al psiquiatra, que me atiende re bien, pero me largué a llorar y por eso me dieron el turno y no he tenido problemas con los medicamentos”. Dijo que para tener atención para sus dos hijas a veces tiene que ir dos días a hacer la fila de madrugada porque sólo le daban un turno y aceptó que a veces ha terminado por desistir de la atención y salir a buscar donde puede ir que pueda pagar o directamente no ir.
La ministra asumió que retomar el adecuado funcionamiento de la línea 148 es parte del compromiso “porque eso se cayó completamente con la pandemia”.
Varios problemas que se suman
Ante una mayor demanda, desde Ampros destacaron que el sistema de atención primaria, lejos de ampliarse, permanece igual desde hace muchos años. La directora de un centro comentó: “La población aumentó, la estructura del sistema quedó igual y los profesionales se reducen, antes había estabilidad en los equipos, ahora no, una buena proporción son contratados, con los enfermeros hacen malabares para cubrir puestos porque no alcanzan y entonces los trasladan, a lo que se suman los que tienen que tener varios trabajos”.
Mencionó que otro tema complejo que afrontan es el servicio de limpieza: “Antes cada centro tenía su propio equipo y hoy está tercerizado, vienen quizás tres horas y está abierto 11 horas, pero un chico vomita en cualquier momento y en cualquier lado o si hay cualquier otro accidente, lo mismo”, contó la profesional.
La pandemia también incrementó las necesidades de ciertas especialidades: en salud mental y de tratamiento fonoaudiológico, en particular entre los chicos que transitan los primeros años de la vida escolar.
En algunos centros reconocen que los turnos no se pueden dar con la frecuencia que se debiera y Carolina apuntó que a veces los profesionales terminan por conformar grupos de pacientes para poder abarcar la demanda.
“La pandemia ha sido un catalizador de los problemas estructurales del sistema de salud especialistas en salud mental nunca hubo muchos y la pandemia agudizó enfermedades mentales, pero psiquiatras en todos los centros de salud no vamos a tener”, remarcó la ministra Nadal.
La directora de un centro comentó que a veces hay faltantes de medicamentos ya que los que se envían desde Nación, a través del programa Remediar, a veces llegan a cuentagotas. “A veces llegan personas que han ido a tres o cuatro lugares antes con una receta en la mano, porque no han encontrado lo que les recetaron”, comentó una profesional. La ministra Nadal negó que haya problemas de abastecimiento de medicamentos, salvo algunas excepciones puntuales que se han resuelto con compras de emergencia.