Además de ser flamante virreina de la Vendimia del departamento de San Martín, la orgullosa representante de Buen Orden, Ariadna Quatrocci Pellegrini, de 25 años, es médica generalista egresada de la Universidad Nacional de Cuyo.
Nacida y criada en ese pequeño distrito de gente amable, donde todos se conocen, fue en pleno proceso de elección de reinas y virreinas departamentales cuando presentó un proyecto que tuvo un eco impensado: el control de los niños sanos de Buen Orden. Todo ad honorem.
Con el apoyo de la comisión Vendimia, Ariadna manifestó a través del “boca a boca” y de redes sociales que estaba dispuesta a controlar, en primer término, a los pacientes pediátricos para más tarde extender la iniciativa a los adolescentes, adultos y adultos mayores, cada uno con su problemática.
Y el resultado la sorprendió. “En tres días, más de 200 mamás anotaron a sus chicos para ser evaluados los viernes, día que destinamos para ese fin. Nunca pensamos que serían tantos, de modo que seguimos trabajando hasta agotar esa lista y continuar con otra franja”, contó “Ari” a Los Andes.
La primera vez que Ariadna atendió con su ambo blanco a los niños del pueblo fue en la biblioteca de Buen Orden, espacio cedido por la comisión Vendimia. La delegación municipal no había conseguido lugar en el centro de salud y ya estaba el compromiso. Los pacientes esperaban. Fue entonces que, en medio de una gran cantidad de libros, montaron una camilla.
Hoy, la actividad ya se lleva a cabo en la sala médica del pueblo a partir de la autorización y la buena voluntad de funcionarios de Salud del departamento.
“Me entusiasma muchísimo poder cumplir mi proyecto, que consiste en fortalecer la atención primaria en cada rincón de San Martín y debo reconocer que para ir en ese camino Buen Orden me dio el lugar por ser reina distrital”, relató.
“Claro que más tarde, al ser elegida virreina departamental, las puertas se me abrieron aún más. Estoy feliz”, subrayó. Hija de docentes rurales, aseguró que heredó de ellos su vocación de servicio. Ariadna, que tiene una hermana estudiante de Bioquímica, vive entre Buen Orden y Capital, donde se desempeña como médica en varios lugares. Se recibió a fines de abril del año pasado y pronto la espera la residencia.
“Cuando salí electa reina de Buen Orden empezamos a escuchar a la gente y sus inquietudes y allí surgió que existían algunas dificultades en materia de salud ya que, como suele suceder en el ámbito público, había más demanda que turnos, por lo que no se cubrían las necesidades y el sistema estaba saturado”, recordó.
“Ojo —diferenció— no es un tema con el personal, que siempre demostró buena voluntad, sino más bien con la administración de turnos y con una problemática a nivel global”.
Fue así que Ariadna puso manos a la obra. Advirtió que debido a la situación y también como consecuencia de la pandemia, muchos controles médicos habían quedado postergados, así como también algunas derivaciones a especialistas.
“Quiero aclarar que todo esto surgió con la mejor de las intenciones y, por supuesto, lo hago a voluntad. Llegar a los 200 niños no es fácil porque implica evaluarlos desde cero, armar su historia clínica y revisarlos de pies a cabeza. Agradezco la buena predisposición de los coordinadores de Salud que ceden el centro médico, donde contamos con espacio físico y existen insumos y podemos desarrollar la tarea con comodidad, además de tener la ayuda permanente de una enfermera que permite agilizar la tarea”, amplió.
Dijo Ariadna que el proyecto se inició con la franja de niños porque se trata del primer grupo etario, por lo que, cualquier factor que se altere, se extenderá toda la vida. “Sin embargo, seguiremos con otras problemáticas, como las de los adolescentes, además de prevención de accidentes y de eventos cardiovasculares, educación para salud, tercera edad y tiempo libre, consejos para evitar caídas entre los abuelos, etcétera. Incluiremos a todos los grupos en un proyecto grande y ambicioso que cuesta muchísimo armar pero con predisposición”, subrayó.
Es por eso que se enfocará en dejar pasar este tiempo en el que Mendoza está prácticamente abocado a la Vendimia para continuar desarrollando ideas durante todo el 2023. “Insisto, la problemática es global, no solo local. Hay mucha gente desprotegida en este caso fuera de lo que es la ciudad de San Martín; no existen guardias de 24 horas, los micros tienen escasa frecuencia y el sistema está saturado desde hace años”, puntualizó.
Ariadna se desempeña como médica de la ambulancia del Hospital Español y también en el hospital domiciliario de la Fundación Oncológica de Ciudad visitando a pacientes que se encuentran en sus hogares en Maipú y San Martín. También trabaja en el polo de salud de Vistalba. Anteriormente también atendió pacientes en el centro de salud de Potrerillos.
Feliz y entusiasmada con este virreinato que le abrió numerosas puertas, aseguró que sola hubiese sido imposible concretar esta idea para Buen Orden en particular y San Martín en general. “Me encontré, además, con un grupo de chicas maravillosas, trabajadoras y muy arraigadas a su tierra. Chicas que tiran todas del mismo carro”, graficó finalmente.
La noche del 28 de enero, cuando fue elegida virreina, el amor del público de Buen Orden la emocionó hasta las lágrimas. “Muchos chicos, mis pacientes, fueron a la elección con carteles: ‘Mi doctora es reina’, señalaban. No puedo pedir más”.
