Laura Virginia Guiñazú tiene 31 años y, aunque nació en la provincia de Córdoba, siendo muy chiquita se instaló en Mendoza. Creció y se crió con su familia en Real del Padre (San Rafael), estudió Diseño de Indumentaria en la Universidad de Mendoza y, mientras estudiaba y tras recibirse, pudo congeniar sus dos pasiones: el teatro y su profesión. Y es que, además de ser actriz, Laura fue la responsable de vestuario de distintas obras de teatro en Mendoza.
Desde hace 5 años Laura vive Portland (Estados Unidos), y actualmente trabaja como asistente de diseño técnico en una empresa que crea mallas, además de toda la indumentaria de natación de la multinacional Nike.
“Trabajo en Nike Swim, que es una división de Perry Ellis International, empresa que tiene una licencia para hacer todo el swimwear de Nike. Allí soy asistente de diseño técnico. A grandes rasgos, los diseñadores técnicos creamos moldes, paquetes técnicos, damos indicaciones de cómo las prendas van a ser construidas. Hacemos la ingeniería de la prenda y todo eso lo comunicamos con las fábricas en Asia, y verificamos que estén construyendo el producto de la forma indicada”, cuenta la joven diseñadora de indumentaria mendocina quien ya está instalada en Estados Unidos.
Un trabajo divertido
Un día de trabajo de Lau comienza a las 8:30 y no termina sino hasta las 17. “Lo primero que hago es ver y responder e-mails. Lo que viene después es diferente cada día, depende la época del año en la que estemos. A veces vienen muestras de las fábricas y tengo que medirlas y hacer comentarios sobre la construcción. A veces tenemos fittings -pruebas con un modelo- de prendas que estamos desarrollando. Trabajo mucho dibujando imágenes de construcción de prendas en Adobe Illustrator y, a veces, hay que hacer moldería, que también se hace con un software”, describe la joven de Real del Padre.
Laura disfruta mucho de su rutina diaria y no duda en describir a su trabajo como “divertido”. “Lo que más me gusta es ver cómo evoluciona un producto, desde las primeras muestras hasta cómo queda cuando está terminado. Pero también me gusta mucho dibujar en Illustrator, ¡es lo que mejor se hacer!”, describe la diseñadora con entusiasmo su día a día.
Otro aspecto que destaca de su cotidianeidad es que le permite intercalar la jornada laboral con una envidiable y hermosa vida al aire libre, en pleno contacto con la naturaleza. “Una de las mejores cosas de vivir acá es poder disfrutar el verano cuando el clima es excepcional. Hay muchísima naturaleza alrededor, bosques, lagos, ríos, montaña, el mar está a una hora y media. ¡Siempre vamos a acampar en el verano, con Shardul y con mis amigos!”, explica.
Shardul es el esposo de Lau, a quien conoció en Estados Unidos y con quien se casó en enero del 2019. La fiesta fue en Bowen (General Alvear), a pocos kilómetros del distrito sanrafaelino en el se crió.
Una mendocina en Oregon
Hace 5 años, Laura viajó a Estados Unidos. Lo hizo como parte del programa Au Pair, que vincula a jóvenes de todo el mundo para ir a vivir y trabajar al país del norte como niñeras. Durante el año y medio que duró su estadía como parte del programa, Laura y Shardul (quien es de la India) se conocieron, se enamoraron y ambos regresaron a Mendoza para casarse a principios de 2019. Pero luego regresaron a Oregon, donde está situado Portland y donde conviven como la feliz pareja que son.
“Portland es una ciudad relativamente pequeña comparada con otras ciudades de Estados Unidos. Pero muchas cosas me gustan del lugar. Me encanta que es una ciudad con gente de mente muy abierta. Por ejemplo, entre muchas otras cosas, es muy común ver en Portland a la gente expresando su género cómodamente, tienen mucha conciencia por el reciclaje y el medio ambiente, siento que la sociedad es mucho más avanzada desde el punto de vista social” describe Laura.
El entorno de vida natural, la pureza y frescura del aire y la proximidad tanto de la playa como de la montaña y los bosques son los rasgos que la propia Laura describe como lo que más la hipnotiza y mantiene magnetizada con Portland. Claro que también tiene sus “peros”.
“Entre las cosas que no me gustan, está el clima, ¡sin dudas! Llueve 8 meses al año, y si bien ya me acostumbré un poco, soy mendocina y siguen sin gustarme los días grises”, cuenta con una sonrisa. “Otra cosa muy triste es que hay muchísima gente viviendo en carpas en la calle, una gran comunidad de homeless que viven por todos lados, es una realidad dura que la ves todos días. Pero en general es un buen lugar para vivir, ya que el balance entre el trabajo, la vida social y los costos es muy conveniente”, reflexiona.
La pandemia en Estados Unidos bajo la mirada de una mendocina
Tal como lo indica su status de pandemia, los contagios de Covid-19 y la evolución de la enfermedad marcaron un antes y un después en todo el mundo desde marzo del 2020. No hubo discriminación por continente ni por países, los contagios fueron y son una constante y el mundo y las rutinas cotidianas cambiaron por completo.
“Todo cambió mucho con la pandemia. En Estados Unidos no hubo cuarentena obligatoria y millones de personas empezaron a trabajar remoto, ya sea tiempo completo o algunos días a la semana, como es mi caso. El Gobierno nos dio 1.200 dólares como ‘stimulus check’ en dos oportunidades a todos los ciudadanos y residentes por el tema pandemia”, describe Lau sobre cómo se vivió y vive en el país del Norte en plena pandemia de coronavirus.
En cuanto a la actividad comercial y económica, la mendocina explica que –como en todo el mundo-, muchos negocios y empresas cerraron, otros tantos crecieron mucho más durante la pandemia, mientras que fueron varios los que sobrevivieron y actualmente siguen vendiendo casi igual que antes del inicio de la pandemia.
También resaltó que la vacunación llegó rápido y muy bien organizada. “Ahora, lo más nuevo que ha salido es que pedís online y te mandan a tu casa 4 test rápidos de Covid-19 para tener por las dudas, ¡son totalmente gratis!”, agrega.
Conectada a Argentina y a Mendoza
Más allá de su rutina ya adaptada a la vida (norte) americana, Laura Virginia Guiñazú intenta seguir de cerca –lo más que puede- las novedades de Argentina y de Mendoza. Y, por supuesto, el contacto con su familia y sus amigos y amigas está más presente que nunca.
“Obviamente extraño a mi familia y mis amigos. Pero también extraño el sol de Mendoza, la comida y, sobre todo, extraño la vida social. En Mendoza para mí es muy fácil pegar onda y hacer amigos, pero en Estados Unidos es mucho más complicado y tenés que salir mucho más de tu zona de comfort para lograr tener un vínculo con gente local. Por suerte igual tengo mis grupos de amigos en Portland que me hacen sentir que son mi familia”, describe Lau sobre lo que más extraña de Mendoza.
“No soy mucho de leer noticias, la verdad. Y la mayoría de las cosas que pasan en Mendoza, las veo en Twitter; a menos que estén pasando cosas importantes que me hagan de por sí buscar un diario y leerlo. De muchas cosas me entero por WhatsApp a través del grupo de mi familia y de mis amigas”, se sincera.