Luego de que el Gobierno nacional desclasificara archivos sobre un OVNI en Bariloche en 1995, el piloto argentino que protagonizó el estremecedor contacto contó detalles de esa rara experiencia.
Aquel 31 de julio de 1995, Jorge Polanco llevaba 18 años como piloto de Aerolíneas Argentinas, pero nunca imaginó lo que estaba a punto de atestiguar. Al mando del vuelo AA674, con destino a San Carlos de Bariloche (Río Negro), Polanco notó cómo una nave extraña lo siguió durante 14 minutos.
“Yo era el comandante del vuelo. Llegando a Bariloche nos avisan desde la Torre de Control que había habido un corte de luz. Estuvimos a punto de volver a Aeroparque. Al rato nos informan que se había retomado la energía con un generador auxiliar del aeropuerto, utilizado para estos casos”, recordó el hombre.
A continuación, Polanco inició la aproximación, pero quedó sorprendido por una luz a lo lejos, como a unas 12 millas del aeropuerto, y a lo que se llama la posición geográfica a las 11 del reloj (arriba al fondo). Sin embargo, desde la Torre de Control le aseguraron que no tenían nada, solo un avión de Gendarmería.
“Era un avión militar con dos gendarmes que resultaron dos grandes amigos y luego fallecieron”, destacó Polanco sobre los testigos presenciales del evento más importante hasta ahora de avistaje.
De acuerdo al ex piloto, estas personas pudieron observar el momento en que el OVNI se puso prácticamente a su lado y comenzó a acompañar en el descenso del Boeing 727 hacia el aeropuerto internacional Tte. Luis Candelaria. Luego, vino lo peor.
“Cuando estábamos por tocar la pista se volvió a cortar toda la luz. El operador del sistema me explicó luego que el generador se aceleró a fondo solo, comenzó a sacar humo y se paró; el aeropuerto se quedó a ciegas. En ese momento tomé conciencia de que algo no estaba bien e iniciamos la maniobra de escape”, relató Polanco, en diálogo esta mañana con la periodista Nancy Pazos para el programa “Ruleta rusa”.
“Hago la maniobra de escape y cuando alcanzo los 10 mil pies, comienzo a virar por derecha, hacia el lago. En ese momento veo nuevamente la luz. Nivelé la altitud para no llevarme por delante el avión de Gendarmería, que estaba 300 metros más arriba. Cuando vuelvo la mirada, le pasé cerca, casi rozando el plato volador y volví para la vertical del aeropuerto”, señaló.
“La tripulación del avión de Gendarmería me informó después, de forma personal, que el objeto me siguió por debajo y que cuando comencé el alejamiento para volver a aterrizar, el OVNI desapareció hacia el Cerro Otto. Fue algo muy duro, fueron muchos minutos de contacto real con una nave persiguiéndome. No fue un ratito, fueron 17 minutos en total”, sintetizó.
Semejante experiencia quedó guardada en detalle en la mente de Polanco. Describió que el OVNI tenía unos 30 metros de diámetro, como “un plato sopero de esos profundos para comer guiso de lentejas, pero invertido”.
“Tenía luces verdes que giraban a gran velocidad y en la parte de arriba una luz naranja que parecía que respiraba. Eso me marcó toda la vida", afirmó el piloto, quien lamenta no haber tenido una cámara par en ese momento, a diferencia de lo que ocurriría hoy con la tecnología disponible.