“La pandemia me dejó una gran enseñanza: el respeto, la empatía y el valor de la salud”, reflexionó, emocionada, Fiorella Callezo, una de las primeras en salir del estadio Aconcagua Arena.
La clásica selfie con el papel en mano exhibiendo la felicidad de haber recibido la vacuna contra el Covid-19 se repitió ayer entre la gran mayoría de las más de 200 maestras jardineras que recibieron la primera dosis de la Synopharm en el estadio cubierto Aconcagua Arena.
Fue durante una prueba piloto, con muy buenos resultados, de la campaña que inició el Gobierno para los docentes y que continuará la semana próxima.
Privilegiada, agradecida y feliz se mostró Fiorella Calezzo, maestra jardinera de sala de cinco en el jardín de infantes Gregorio Aráoz Alfaro, de Ciudad. “Espero que aprendamos la lección que nos deja esta pandemia”, reflexionó, para enumerar el cuidado, la empatía y el respeto por el otro.
“El Covid me dejó la enseñanza de valorar la salud. Desconocemos el virus, que puede perjudicarnos o pasar desapercibido”, manifestó.
En plena cuarentena, trabajando sin horarios, en un contexto nuevo y con numerosas inquietudes de los padres, Fiorella también organizó su casamiento después de siete años de noviazgo.
“Boda, cuarentena, vacuna, inicio de clases: estoy completa”, bromeó, aunque insistió en señalar que anhela el momento de poder abrazar a sus “chiquitos”.
“Ayer –relató- vino a abrazarme una niñita de mi sala, la frené y le expliqué. Le prometí que lo primero que haré cuando pueda es darle un abrazo y un beso gigante. Le quise dar esperanza”.
Fiorella tuvo que cambiar su manera de trabajar, así como el sábado próximo también deberá modificar la forma de celebrar su historia de amor.
“El vals será solo con mi marido y mi papá y la reunión será íntima. Queremos protegernos y hacer lo mismo con los demás”, advirtió.
Carolina Albornoz también fue de las primeras en salir del estadio con una sonrisa y exhibiendo la planilla firmada. “Destaco la organización, el respeto y el estricto protocolo. Me sentí muy bien atendida”, contó.
Una vez que constataron que su nombre apareciera en los listados, le tomaron la temperatura y luego le colocaron la vacuna rápidamente para luego explicarle posibles efectos colaterales.
“¿Cómo estoy? Mucho más tranquila; es difícil ser maestra jardinera sin tener contacto con los chicos. En 30 días vuelvo para la segunda dosis”, señaló Carolina.
Los estudiantes de enfermería del Instituto de Educación Superior 9-015 del Valle de Uco también vivieron ayer un día histórico. “¡Adrenalina y muchos nervios!”, se sinceró Isabel Ortíz, acompañante de Trabajo Práctico y enfermera profesional, cuando se le consultó cómo vivió la jornada.
Un total de 20 alumnos fueron apoyo del personal del vacunatorio central y, según dijo, la experiencia fue “inigualable y movilizadora”.
A las 8 en punto el personal se convocó en el estadio para recibir la última charla de capacitación y poco después se hicieron presentes las maestras. “Todo muy nuevo para nosotros, pero estamos felices”, dijo Isabel.
Reconocimiento
Ayer se hicieron presentes en el lugar la ministra de Salud, Desarrollo Social y Deportes, Ana María Nadal, junto al Director General de Escuelas, José Thomas, quienes saludaron al personal e intercambiaron algunas palabras.
Tras felicitar al personal, la ministra indicó que se decidió iniciar con Nivel Inicial debido a las dificultades de esa franja para cumplir el protocolo de distanciamiento. “Luego continuaremos con el resto y haremos los esfuerzos necesarios para vacunar lo más rápido posible”, dijo Nadal. Agregó que no se contemplará fuera del calendario a los docentes con patologías o enfermedades de base.
Thomas, por su parte, aseguró que el proceso es “totalmente transparente” y que los vacunados quedan en un registro. “Los directores de las escuelas cumplen un rol esencial porque son quienes envían los listados del GEM. Es un proceso transparente y sin posibilidad de error. Ningún docente debe inscribirse, insisto, el directivo baja línea”, sostuvo.