Tres departamentos mendocinos constituyen el “top 3″ del ránking de mayor uso del sistema de salud pública en la provincia, según la Encuesta de Condiciones de Vida 2022 elaborada por la Dirección de Investigaciones Económicas y Estadísticas de Mendoza (DEIE). Más de la mitad de los habitantes de San Carlos, Tunuyán y Lavalle recurren a la red de efectores públicos para atenderse.
De la misma encuesta, difundida la última semana, se desprende que el 40% de los mendocinos recurre a hospitales o centros de salud para recibir atención médica debido a que no cuentan con obra social o prepaga. Aunque la cifra ha disminuido de manera insignificante después de la pandemia de Covid-19, la dependencia del sistema de salud público sigue siendo muy importante.
La radiografía, además, muestra que a medida que los habitantes se alejan del Gran Mendoza dependen más de lo público porque no hay oferta, es más inaccesible llegar hasta un lugar donde recibir asistencia médica y hay menos recursos económicos para pagar una obra social o prepaga.
Así, una de las primeras conclusiones que se desprenden de esta investigación que realizó la DEIE es la desigualdad entre el área metropolitana y las zonas rurales para acceder a la asistencia sanitaria.
En comparación con años anteriores, las variaciones no han sido significativas. En 2019, el 41.5% de la población se encontraba en esta situación, mientras que en 2021 fue el 40.8%. Además, el número de personas con algún tipo de cobertura médica aumentó levemente del 58.9% al 59.2%.
Top 5
En los departamentos rurales se observa un mayor porcentaje de personas que dependen del sistema público de salud para atenderse, llegando al 54.7% de la población, mientras que en el área metropolitana el porcentaje disminuye al 63.8, debido a una mayor disponibilidad de oferta de lo público y lo privado y a mayores recursos económicos.
Los departamentos con mayor porcentaje de población sin cobertura privada son San Carlos con un 57.5%, Tunuyán con un 55.8%, y Lavalle con 55.2%. Le siguen General Alvear, con un 52,5% de pacientes en el sistema público sanitario y Tupungato cierra el “top five” del recuento, con 51,1% de cobertura de salud sólo pública.
En el Gran Mendoza, la oferta público-privada es mayor, con Ciudad liderando el podio con un 73.9% de su población con cobertura y un 26.1% sin el servicio. Es el departamento que menos utiliza el sistema público sanitario. Le sigue Godoy Cruz, con 29,1% de su población dependiendo sólo del sector público.
Quienes viven en zonas rurales presentan mayores dificultades en el acceso al servicio y deben recorrer distancias más largas para acceder a centros de salud, en comparación con aquellos que viven en áreas urbanas.
En cuanto al tipo de cobertura médica que eligen los mendocinos, el mayor porcentaje consigue obtener obra social (28.3%). Le siguen trabajadores de la administración provincial con la Obra Social de Empleados Públicos (OSEP) (16.7%) y jubilados con Pami, en un 11.2%.
“Con o sin obra social eligen lo público”
Pese a que la actualizada encuesta oficial muestra que 60% de la población tiene obras sociales sindicales o prepaga, más de la mitad demanda atención en hospitales públicos, más cuando se cuenta con un buen nivel de atención profesional y de alta complejidad, como en el caso del hospital pediátrico Humberto Notti.
Su director, Jorge Pérez, evaluó que la institución tiene tal prestigio en la provincia y a nivel regional que, aunque haya efectores privados a su altura, se elige este nosocomio porque cuenta con todos los servicios médicos de análisis, placas, especialidades médicas y “hasta se llevan la medicación”.
“Pensamos que son los sectores más vulnerables los que se atienden en el Notti, pero es mucho más amplio nuestro espectro de usuarios. En lo público, si falta algún especialista o prestación, se la deriva al Notti por la cantidad de prestaciones y lo completo del diagnóstico”, explicó Pérez.
A principios de año, la guardia del centro asistencial para menores llegó a atender a 900 pacientes en una guardia de 24 horas por el brote del virus sincitial respiratorio, de los cuales sólo el 70% fueron casos que requirieron la internación
“Hay una percepción muy arraigada en la población de que, ante cualquier síntoma, se acude a la guardia porque es el lugar por excelencia con profesionales muy entrenados. Sin embargo, quizás estamos complicando el trabajo y la asistencia de los casos realmente graves. A todos se los atiende por igual y se da respuesta”, aseguró el profesional.
En el caso del hospital Central, otro centro asistencial de complejidad aguda, su subdirector Enrique Ruiz comentó que es muy importante la demanda del sistema, no sólo por el porcentaje de la población que no tiene cobertura, sino porque allí “llegan las emergencias, como los traumatismos encéfalo craneanos”. “Debemos estar a la altura. Primero, atendemos la emergencia y queda en un segundo plano si la persona tiene cobertura o no”, detalló el galeno.
Y añadió: “En estos hospitales tan importantes para la provincia, con recursos humanos altamente calificados y aparatología de última generación, ofrecemos una prestación que no cualquier provincia tiene”.
La guardia del hospital Central asiste a casi 700 personas cada día, con distintos tipos de complejidad.
Frente a la consulta de si reciben los pagos con regularidad de las obras sociales sindicales, Ruiz recalcó: “El hospital cobra por estas atenciones médicas, aunque sí hay demoras”.
Crece la elección de prepagas
El vicepresidente primero de la Cámara de Entidades de Medicina Privada (Cempra), el mendocino Ricardo Lilloy, dijo en diálogo con Los Andes que, “a pesar de la situación inflacionaria, la gente no resigna tener una cobertura médica privada”. “Incluso así se baje a planes más económicos, no deja de contar con este servicio y esto es porque se encuentran con muchas dificultades a la hora de atenderse en los hospitales públicos”, apuntó.
Ex titular de OSEP y dueño de la prepaga Medimás aseguró que en los últimos años hay un crecimiento en la elección de cobertura médica privada entre un 3 y 4% anual y recalcó: “Ha habido una gran flexibilidad y un esfuerzo por parte del sector empresario para que no sean tan importantes los incrementos”.
Hoy acceder a una empresa de medicina prepaga, en términos generales, cuesta desde los $7.000 a los $45.000, siendo la cuota más elevada a medida que es mayor la edad del afiliado y, por ende, tendrá una atención más compleja.
A diferencia de otros lugares en el mundo, el sistema de salud público es el gran contratista del sistema privado para estudios de complejidad. También el privado puede solicitar y hacer convenios con el público. “En otros países son muy acotados los servicios que brinda el sector público porque hay una masiva utilización de lo privado”, analizó el empresario y concluyó que, históricamente, “el 70% de la población acude al privado”.