El deporte es una inmejorable herramienta de inclusión y de integración. No importa quién sea cada una de las personas, cuál sea su origen o su nombre y apellido, cuando comienza la práctica del deporte, en la cancha, todas las personas son iguales. Y la disciplina y los valores transmitidos no discriminan por lugar de origen, de nacimiento, por apellido o por contactos (o, al menos, no deberían hacerlo).
El rugby, tan vapuleado por momentos, es uno de los deportes que más trabaja sobre los principales valores que hacen a la integración, la inclusión, la contención y la igualdad entre las personas. El caso de Espartanos, que comenzó como un equipo de rugby intramuros e integrado por internos de la Unidad Penitenciaria 48 de San Martín (Provincia de Buenos Aires) y actualmente es una fundación con unos 50 equipos en cárceles de todo el mundo, es un claro ejemplo de ello.
“Espartanos arrancó en marzo de 2009, con un entrenamiento de 10 personas de la Unidad 48 de máxima seguridad San Martín. Yo había trabajado en un Juzgado Penal y acompañé a un amigo a visitar una cárcel. Lo que vi cuando llegué fue a mucha gente sin hacer nada y ahí me di cuenta de que había que hacer algo, pero no sabía qué. A mi me había hecho muy bien en rugby, por lo que quise ir por ahí”, rememora Eduardo “Coco” Oderigo, ex jugador de rugby y co fundador de Espartanos, que arrancó como aquella práctica entre personas privadas de la libertad en la provincia de Buenos Aires y hoy tiene equipos hasta en establecimientos carcelarios de Italia, España y Kenya, entre otros países.
Oderigo y los referentes de la fundación estarán en Mendoza el viernes y sábado, en coincidencia con el partido que la Selección Argentina de Rugby (Los Pumas) y su par de Nueva Zelanda (los All Blacks) disputarán el sábado en el Estadio Malvinas Argentinas por el Rugby Championship.
En la ocasión, “Coco” Oderigo brindará una charla relacionada a la manera en que el rugby ayuda a bajar el índice de reincidencia de personas privadas de la libertad.
“Después de los primeros años y las primeras experiencias de Espartanos, nos dimos cuenta de que las personas que habían sido parte del equipo y salían en libertad, no volvían a caer detenidas por otros delitos. Si se tiene en cuenta que eran todas de una misma zona, en caso de reincidir, debían regresar sí o sí a esa misma cárcel. Pero, si bien había reincidentes, entre aquellas personas que habían pasado por Espartanos mientras estaban detenidas, la reincidencia bajó de 65% a menos de 5%”, explica Oderigo.
Para el referente, el click que suele hacer el rugby en las personas –en quienes están privadas de la libertad, pero también en cualquiera que lo practica- tiene que ver con el sentido de pertenencia y con sentirse acompañadas por un equipo. En pocas palabras, es esa sensación de sentirse apasionados por algo que los hace sentir que forman parte y, a la vez, les da confianza y compromiso.
“Los valores que incentiva en rugby son los valores que tiene cualquier deporte en general, y que se tendrían que aplicar en toda la vida. Pero siento que, además, el rugby da esa posibilidad de poder descargar, de manera lícita y controlada, toda la bronca que uno puede llegar a tener. Son, por lo general, chicos que vienen o venían muy cargados, y pueden descargar todo eso en la cancha”, se explaya Oderigo.
En Mendoza, la experiencia de Espartanos se ha replicado con el equipo Los Caciques. Se trata del primer equipo de rugby mendocino integrado por un grupo de personas privadas de la libertad y que se encuentran alojados en el módulo 2-4 del penal de Almafuerte (Cacheuta). Los referentes de Caciques también participarán de las actividades que Oderigo encabezará en Mendoza durante el fin de semana.
De un entrenamiento de 10 personas a una fundación con presencia en todo el mundo
Aquella primera visita que Oderigo realizó a la Unidad Penitenciaria 48 de Máxima Seguridad en San Martín (Provincia de Buenos Aires) en marzo de 2009 fue el punto de partida para Espartanos. Y todo comenzó como una simple práctica.
“Yo tenía 37 años en aquel momento y había jugado en el SIC hasta los 35. De hecho, algunos amigos me gastaban y me decían que yo había creado a Espartanos para poder seguir jugando al rugby en mi propio equipo, ya que había dejado de jugar profesionalmente dos años antes”, cuenta entre risas “Coco” Oderigo, quien hoy tiene 51 años.
Desde el primer momento, “Coco” se percató de toda la violencia contenida que había en los internos alojados en esa unidad carcelaria, y él pensó –también desde el primer momento- en el rugby como una herramienta para contener, pero a la vez para incluir.
Claro que el comienzo no fue fácil, pero Oderigo mantuvo la calma. Porque tampoco, en ningún lado estaba escrito que todo se resolvería con simpleza.
“El director de la cárcel creyó que incentivar a los muchachos a que jugaran al rugby era echar nafta al fuego, porque lo asociaba a un deporte con agresividad. Sin embargo, y aunque tiene esa agresividad, tiene reglas bastante claras. La primera práctica salió bien, por lo que regresamos. Y así sucesivamente”, rememora uno de los fundadores de Espartanos, que con el tiempo trascendió al mero equipo de rugby para convertirse en una fundación.
Inclusión laboral
Una vez familiarizados y apasionados con el deporte de la ovalada, “Coco” Oderigo creyó conveniente comenzar a fomentar otros valores. Y fue así como agregó a las actividades un escenario espiritual, para trabajar también en ese plano.
Después de cada entrenamiento, los muchachos que eran parte de Espartanos rezaban el rosario. Pero, además, la ya creada fundación comenzó a trabajar en la capacitación de los internos para que lograran reinsertarse al mundo laboral. Así las cosas, aquellas personas que eran parte del equipo de rugby, también iniciaron capacitaciones en oficios con el objetivo de estar preparados para una salida laboral cuando recuperaran la libertad.
“Armamos un centro educativo con 3 aulas, un gimnasio y una cancha de rugby de césped sintético. Entonces, los muchachos podían aprender oficios, entrenarse, trabajar su espiritualidad y prepararse para encarar la vida cuando salieran de la cárcel”, enumera.
En Mendoza y en el caso de Los Caciques, una de las condiciones es estar estudiando en cualquiera de los niveles que se dictan intramuros, así como también participar de alguno de los talleres laborales. No obstante, en el caso de la Unidad 48 de San Martín –y en otros establecimientos de Buenos Aires- hay una superpoblación, por lo que es difícil garantizar la terminalidad educativa. No obstante, a quienes practican rugby, y como parte de las actividades de la Fundación Espartanos, se los capacita en oficios también.
En la base fundacional de Espartanos, en la mencionada Unidad 48 de máxima seguridad, actualmente hay 300 personas privadas de la libertad. En todo San Martín, en tanto, hay 3 cárceles y son más de 700 los jugadores, entre quienes se destacan jugadoras mujeres también.
Presencia en todo el mundo y el caso mendocino
En toda Argentina hay 69 unidades penitenciarias que adaptaron el modelo del rugby como herramienta de inclusión e integración en 21 provincias. De hecho, el modelo de Espartanos llegó también a España, a Kenya, a Italia, a Uruguay, a Chile y a El Salvador. En total, hay 50 equipos de Espartanos y sus derivados en 7 países.
Se trata de equipos de hombres y mujeres, ya que el modelo se ha replicado en cárceles masculinas y femeninas. La gran mayoría de los integrantes son internos e internas de entre 18 y 35 años.
“También hay más de 100 empresas que se animaron a dar trabajo. En realidad, ellas entraron al circuito y encontraron una gran oportunidad con la fundación, ya que muchas de ellas encontraron un problema dentro de sus propios staff. Tenían dificultades para formar equipos y no conseguían compromiso, por lo que no lograban trabajar justamente en equipo. Y en las personas que pasaron por Espartanos encontraron que estaban muy trabajados esos valores, por lo que encontraron y aprovecharon esa oportunidad”, concluye Eduardo “Coco” Oderigo.
En 2016, el modelo de Espartanos hizo base en Mendoza. Fue dentro del Área de Deportes del Servicio Penitenciario de Mendoza que se creó Los Caciques, el primer equipo de rugby intramuros de Mendoza. Está integrado por internos del complejo Almafuerte y, al igual que el modelo madre, ha permitido fortalecer las prácticas deportivas, tomándolas como una herramienta más para favorecer la resocialización de las personas privadas de libertad.
“Rugby e Inclusión” fue el nombre que adoptó, hace 7 años, el programa en Mendoza. Y, al igual que en Buenos Aires, se ha logrado disminuir la reiterancia, la conflictividad y la violencia intramuros de aquellas personas que, estando privadas de libertad, han sido parte del equipo.
Dentro del Servicio Penitenciario de Mendoza y del complejo Almafuerte existen algunos requisitos que se les exige a los internos para que puedan ser parte de Los Caciques. En primer lugar, hay que tener excelente conducta. Además hay que asistir a la escuela en cualquiera de los tres niveles que se dictan intramuros (primario, secundario o universitario), y también participar de alguno de los talleres laborales.
Actualmente hay dos módulos de Almafuerte donde ya se practica este deporte, aunque el programa ha ido expandiéndose también a los complejos de San Felipe y Boulogne Sur Mer, donde ha comenzado a practicarse, aunque bajo la modalidad de rugby seven.
Las actividades de Espartanos en Mendoza
Aprovechando la disputa de la fecha del International Rugby Championship en Mendoza, Eduardo “Coco” Oderigo y otros referentes de la Fundación Espartanos visitarán Mendoza el fin de semana.
La primera de las actividades oficiales será una charla abierta en el estadio cubierto Aconcagua Arena, prevista para el viernes 7 de julio a las 18 y con entrada libre y gratuita. La temática estará relacionada a la forma en que el rugby ayuda a bajar el índice de reincidencia entre las personas privadas de su libertad.
Además, y con el objetivo de seguir multiplicando el compromiso y los valores, Oderigo, dará a conocer el trabajo que se realiza desde la fundación, además de brindar su experiencia y testimonio. También estará presente en el partido que el sábado disputarán Los Pumas contra los All Blacks.