La tendencia a postergar la maternidad o buscar un hijo más a una mayor edad se afianza en Mendoza. Esto a tal punto que actualmente, 2 de cada 10 bebés que nacen en la provincia lo hacen de una madre de más de 35 años.
Según los últimos datos procesados por el Ministerio de Salud de Mendoza, durante 2023, representaron el 18% de los nacimientos. Esta proporción ha ido en aumento sostenido los últimos años y de hecho es lo que observan también los médicos en los consultorios.
En 2003, representaban el 13,05%, una década después, habían aumentado a 14,55% y en 2018 ya eran 16,37%.
Tal escenario puede asociarse mayormente a un paulatino cambio en el proyecto de vida. Cada vez más mujeres estudian y se insertan en el mercado laboral y, a diferencia de lo que ocurría hace unas décadas, su plan primario no es la maternidad, de hecho, muchas personas optan por no tener hijos.
Así, primero estudian, trabajan, tienen experiencias y prefieren tener un hijo cuando ya se sienten más consolidadas.
Cambios
“Es algo que vemos hace muchos años ya, más de 10 años, y tiene que ver con el tema social, que significa planificar una familia, las mujeres priorizan muchas veces primero la carrera universitaria, después la inserción laboral y el ascenso dentro de su trabajo, hasta que en algún momento, cuando se empieza a buscar un embarazo tienen seguro más de 35 y te dirá muchas veces más de 40″, relató el doctor Cristian Palomba, médico tocoginecólogo y vicepresidente de l Asociación de Obstetricia y Ginecología de Mendoza (Obum).
Es entonces que muchas veces, se pueden requerir tratamientos de fertilidad, ya que si bien han cambiado las elecciones y formas de vida, el reloj biológico sigue siendo el mismo. En ese punto aparece otra variable en juego para impulsar un aumento: la cobertura médica a través de la ley de Reproducción Médicamente Asistida, más popularmente conocida como ley de Fertilidad, sancionada en Argentina en 2013.
La norma, que lleva por número el 26.862, establece que toda persona mayor de edad, cualquiera sea su orientación sexual o estado civil, tenga obra social, prepaga o se atienda en el sistema público de salud, puede acceder de forma gratuita e igualitaria a las técnicas y procedimientos realizados con asistencia médica para lograr el embarazo.
Hasta ese entonces, un tratamiento corría por cuenta del usuario, era verdaderamente costoso, lo que impide el acceso o quizás tras algún intento se debía optar por abandonar el proyecto. Tras su sanción, más personas han podido acceder e insistir en los intentos para concretar, destacó el profesional.
Para Romina, que tiene 37 años, el nacimiento de su segunda hija hace unos meses fue la oportunidad de vivir la maternidad por segunda vez, en otro contexto, concretar un anhelo y encontrándose parada frente a la vida de otro modo.
“Las circunstancias por las cuales decidí ser madre a esa edad fue porque a mi primer niño lo tuve a los 31 y no quería que fuera hijo único, siempre he pensado en tener varios hijos, entonces bueno, se dio la particularidad que a los 37 contaba como con todas las circunstancias buenas para ser madre nuevamente, es decir, tener mi casa, tener un buen compañero, tener un buen trabajo, tener ganas de ser mamá, así que básicamente la decisión estuvo dada por tener las circunstancias que uno siempre quisiera tener para ser mamá y esto de no tener un solo hijo”, relató.
La edad y los avances
Lo cierto es que durante mucho tiempo se trató a estas mamás como que requerían más cuidado y que podrían tener más riesgos tanto ellas como sus bebés. Esto ha ido mejorando, no solo por avances en la ciencia sino sobre todo porque con buenos controles, es más fácil anticiparse a cualquier situación. Esto además de mejoras dentro del sistema de salud y la formación profesional.
Pero toda esta situación a veces puede generar cargas extra a las personas gestantes.
Mayo Clinic, advierte que es una edad en la que es necesario considerar los riesgos. Entre ellos enumera:
- Se puede tardar más tiempo en quedar embarazada. Esto porque se nace con una cantidad limitada de óvulos y entre mediados y finales de los 30, la cantidad y la calidad de los óvulos disminuyen. Además, a medida que se envejece, los óvulos no se fecundan con la misma facilidad.
- Los embarazos múltiples son más comunes. La probabilidad de tener mellizos aumenta con la edad. Esto se debe a que los cambios hormonales podrían provocar la liberación de más de un óvulo al mismo tiempo. Por otra parte, las tecnologías de reproducción asistida, como la fertilización in vitro, también pueden influir en esto, aunque actualmente es infrecuente.
- El riesgo de diabetes gestacional aumenta así como el de tener un aumento de la presión arterial.
- Existe un mayor riesgo de parto prematuro y de tener un bebé con bajo peso al nacer.
- La probabilidad de tener una cesárea es mayor. Después de los 35 años, hay un mayor riesgo de tener complicaciones relacionadas con el embarazo que pueden llevar a un parto por cesárea.
- Hay un mayor riesgo de afecciones cromosómicas. Los bebés de madres mayores presentan más riesgo de padecer determinadas afecciones cromosómicas, como síndrome de Down.
- El riesgo de pérdida del embarazo es mayor.
“A esa edad te tratan de madre añosa”, resaltó Romina respecto de sus vivencias dentro del sistema de salud. Contó que había tenido su primer embarazo con algunas complicaciones por preeclampsia y hasta reposo total desde la semana 6, por lo que reconocía el riesgo de pasar por un segundo; sin embargo, esta vez, todo fluyó sin problemas.
“Este embarazo fue fantástico, trabajé hasta los 7 meses y medio, los controles siempre estuvieron muy bien, me sentí muy bien. Tuve un embarazo tan activo como tengo actividad al día de hoy”, recordó.
Consideró además: “En realidad los miedos surgen porque los médicos te dicen que sos una madre añosa, después de los 30 tenés ciertas complicaciones; realmente los que tienen miedo, en mi caso, fueron más el equipo médico, el equipo profesional, que yo como mamá (...) creo que la moraleja es que cada embarazo es totalmente diferente y que por ahí no tiene que ver con la edad, sino también cómo uno lo lleva y quiénes son los profesionales que acompañan”.
Al respecto, Palomba señaló que hay cosas que han cambiado: “En realidad una paciente de menos de 35 años que se queda embarazada, siempre se consideró que tenía más riesgos por la edad, pero realmente hoy en día una paciente que sana, que está embarazada después de los 35 años, que se acompaña sin hacer un tratamiento, no tiene mucho más riesgo que una paciente de menos de 35. Lo que sí se sabe y se ha estudiado, influye en el riesgo de todas las complicaciones perinatológicas del bebé y de la mamá, es el hecho de tener un embarazo con un tratamiento. Las pacientes que están embarazadas con un tratamiento de fertilidad, tienen más riesgo de hipertensión, de diabetes y demás, por el tratamiento, más que por la edad”.
En tanto, Mónica Rinaldi, directora de Maternidad e Infancia de la provincia señaló: “Las mamás de más de 35 años tienen más riesgo de tener malformaciones, síndrome genético o parto prematuro también, son las complicaciones más frecuentes”. Dijo que sobre eso no hay muchos cambios porque es una cuestión biológica y agregó que la mortalidad infantil es levemente más alta en ese grupo. “Por supuesto que siempre que el control del embarazo sea estricto, siempre van a tener mejores resultados”, subrayó.
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