Los restos de Julia Pamela Flores, la nena wichí de 12 años que fue asesinada en la provincia de Salta, fueron velados y enterrados en un contexto de extrema pobreza.
El último adiós tuvo lugar este martes en la comunidad en la que vivía la menor, despedida que estuvo enmarcada por las múltiples carencias que sufren los habitantes del lugar. El cuerpo de Pamela fue depositado en un precario ataúd, el que fue colocado sobre dos sillas para que no estuviera en contacto con el suelo.
Además, el féretro fue cubierto con una carpa hecha jirones, la que estuvo apuntalada con palos a los efectos de formar un toldo sobre el cajón y evitar que se mojara con la amenazante lluvia.
En el lugar estuvieron presentes familiares y amigos de la Misión Kilómetro 2 y también vecinos de misiones aledañas. Cerca del mediodía se llevó a cabo una ceremonia alrededor del ataúd que dio paso al entierro en las inmediaciones de la comunidad.
Según lo detalló el diario El Tribuno, Tomás Flores, padre de la víctima, aseguró: “Pido justicia, que se esclarezca todo y que haya una investigación a fondo. Necesito justicia por mi hija Pamela y que esto no quede impune. Los culpables tienen que pagar”.
El femicidio de Pamela
Julia Pamela Flores era una nena de la comunidad wichí que había desaparecido el miércoles pasado y su cadáver fue hallado el sábado. El mismo estaba entre unos arbustos al costado de la ruta nacional 81, a 2 kilómetros de la localidad salteña de Pluma del Pato.
Según lo detalló TN, hasta ahora no hay resultados de la autopsia, pero la familia aseguró a medios locales que la niña fue encontrada con signos de violencia, posible abuso y una herida de arma blanca. Hay un menor de edad detenido acusado del femicidio.